ABAY Etiopía

Nuestros jóvenes, esos seres que Fátima Báñez pretende que hagan movilidad exterior con tal de disminuir las listas de demandantes de empleo en España, también van por el mundo con otros fines diferentes al dinero. Sergio forma parte de ABAY Etiopía, una ONG laica que trabaja en la ayuda por este inmenso territorio. Regresa de una estancia por estas tierras africanas. Pretende colaborar en la siembra de un futuro diferente al que está escrito para su población. Y me cuenta y no acaba, y sus ojos se abren mientras habla, y sus gestos van cambiando conforme recuerda y relata. A veces el silencio llega a su boca cuando determinados hechos llegan a su memoria. Su actuación se centró en una población de unas cinco mil almas (allí también tienen alma). Los niños, muchos de ellos, tienen un par de zapatillas, aunque se las quitan cuando juegan y corren para que no se les rompan. La ropa es un lujo tan escaso que no pueden escoger, solo tienen una muda. La energía eléctrica apenas existe, por lo que su vida transcurre en horario solar. Cuando la luna se apodera del firmamento, las casas de adobe, compartidas en su habitación con el burro, son su único destino. Es el momento de apartar los restos depositados por el animal y encender la vela que los iluminará hasta que llegue el sueño a los seis o siete hijos, junto a los padres, si es que la madre no es ya viuda, pues los varones mueren o desaparecen en sus intentos de llegar a la ciudad. Este pueblo sobrevive de una única cosecha de tef al año, en unos campos que son labrados usando aún el arado romano.

El agua es un bien escaso, casi tan escaso como la ropa, y los parásitos se apoderan de sus cuerpos recién nacidos acompañándolos el resto de sus días, lo que hace que las diarreas acaben con sus vidas, con unos índices de mortalidad que nos sonrojan, niños fruto muchas veces de violaciones, que dejan a los varones impunes, pero que llevan a la mujer a ser repudiada. La higiene es un lujo, una niña de tres años y unos 5 kilos de peso aparecía en una foto chillando en su primer baño, en una tina. Los jóvenes maestros, enviados por el gobierno hasta ese pueblo, han dormido en el suelo de la escuela hasta que esta ONG les ha construido un espacio para que pudiesen vivir. Sergio ha vivido una de las experiencias más fuertes de su vida, y ya está pensando en el regreso porque sabe que puede hacer mucho más. Su último acto, ayudar al enfermero a dar a luz a una mujer que acudió a él con la cabeza de la criatura ya coronada. Y la vida sigue, con un crecimiento poblacional de casi el diez por ciento. Aquí, aún hay gente que piensa sobre el por qué llegan los inmigrantes en pateras, con lo mal que estamos.

2 Comentarios

  1. Me conmueve esta historia, y no porque la pobreza sea algo como dicen los gringos, que solo la han visto en fotografías. No, para nosotros en Latinoamérica, la pobreza no es nada exótico, ha sido heredada por siglos desde una sistema de mundo colonial. Lo que me conmueve es que haya chicos que estén dispuestos a dejar sus comodidades en las ciudades para tender una mano a quienes, en verdad, lo necesitan. Paradójicamente, la hijita de 12 años, de un amigo mío,ha pedido que su padre cambie su coche, muy moderno por cierto, por uno que cuesta 120 millones de pesos colombianos. Y me pregunto si esta encantadora niña un día irá a Etiopía…

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