El trabajo te hace libre, o leyendas de Auschwitz

Parece consustancial a la persona el afán por el poder, buscar tener en las manos la voluntad ajena, la necesidad de decidir sobre los otros. Pero no nos equivoquemos, no todos son iguales, aunque ese afán esté en el ADN y a veces aflora, llegando a justificar las ignominias más feroces, más bárbaras hacia quienes puedan ser diferentes, o sencillamente ser otros. La sumisión es buscada y quien a ella no se somete es convertido en presa a capturar, a destruir, completamente. Una visita a Auschwitz, 69 años después, hace sumergirse en los dramas de esa realidad tan cruel que guarda el alma en su más profundo interior. Es una experiencia inolvidable para la persona. La dignidad arrasada, el hombre como nulidad pero también como fuente material: dientes, pelo, huesos, su cuerpo para experimentar, la vida sin valor. Todo eso se olvida y la próxima vez se hundirá aún más. Solo se busca riqueza, dinero, y se mira hacia otro lado. Nadie pregunta, todos callan. Silencio. La esclavitud llega a cobrar valor frente a esta degradación a la que se sometió a estos hombres y mujeres. Menores de 12 o 13 años enviados directamente a la cámara de gas, embarazadas, enfermos, ancianos… Se era carne para trabajar y para extraer capital para otros. Riqueza para comprar silencios. La guerra es la mentira de los poderosos para ser aún más ricos; y el fanatismo, todos los fanatismos, son la llave que abre la puerta de la mansedumbre y entrega. Nada vale más que la vida, y aquí nada vale menos. Pero muchos piensan aún que lo más importante es la salud, el trabajo, el dinero… Lo más importante es la vida y la libertad, todo lo demás está sumido a ella. Si no puedes decidir sobre algo tan básico como lavarte, ir al baño, hablar, compartir todo, lo demás no vale nada. La dignidad de la persona desaparece cuando la privas de una libertad natural básica. Y quien sabe cómo hacerlo acaba robando al ser humano hasta su propia alma, y lo peor es que siempre hay quien lo sigue, primero por admiración, luego por interés, después por miedo, hasta acabar en la sumisión más absoluta. El hombre envuelve en ideas su desenfreno por el poder, por la riqueza, por el dinero. Pero las ideas han de ir por otros caminos, han de llevar al hombre a la libertad, a la igualdad, a la salud, al conocimiento. De nada sirve la riqueza si las alforjas que la albergan están tejidas de almas ajenas, de un sufrimiento en el que la muerte es la única libertad. Han pasado los años, pero los dientes siguen mostrando un camino que se ha recorrido mil veces en la historia de la humanidad menos humana. Mientras, los desahuciados siguen saltando vallas de espinos, siguen dando lo único que tienen, su vida por la propia vida mientras otros continúan ampliando su espacio, como si esto fuese suyo eternamente.

 

1 Comentario

  1. La libertad no reside solo en la posibilidad de realizar una acción, la libertad existe y al final pertenece al pensamiento. Una persona puede ser encerrada, torturada y asesinada, pero seguirá siendo libre en su pensamiento de resistir la opresión.

    Reflexiones muy profundas, aunque falta un reflejo más directo a la situación actua.

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