‘Honorables’ corruptos

Al menos, por el momento, no arde el monte como otros años de triste recuerdo, sin embargo en España, que parece ir levantando cabeza en lo económico, cuestión ésta que debe animarnos a mirar el futuro con mayor optimismo, se propagan los rastrojos de la corrupción con ese olor a humo avaricioso que impregna a sindicalistas, empresarios y políticos, algunos ya entre rejas y otros en lista de espera.

En Andalucía la juez Mercedes Alaya empaqueta, vía Supremo, la macrocausa de una instrucción que ha durado tres años y medio sobre el mayor escándalo de corrupción con dinero público salido de las arcas de la Junta de Andalucía: el caso de los falsos ERE, donde hay una larga relación de imputados de distintos niveles todos ellos a la espera de juicio. Sí llama la atención que en la nómina de ‘honorables’ figuren siete altos cargos aforados: cinco exconsejeros y dos expresidentes del gobierno autónomo, Manuel Chaves y José Antonio Griñán, al margen de otros cargos y de algún ‘camello’ conseguidor emboscado en siglas sindicales. Entre las singularidades de la causa, a nivel empresarial, llama la atención la ‘honorable’ corrupción del imputado José María RuizMateos y seis de sus hijos. RuizMateos, con Rumasa, tenía un abeja y ahora con la Nueva Rumasa, entre vinos y postres y con la máxima de a Dios rogando y con la mano trincando ha conseguido un enjambre de avispados discípulos.

Otro magistrado que cierra, por vacaciones, la primera parte del ‘caso Gürtel’, es el juez Pablo Ruz. En la instrucción hay más de cien imputados, entre ellos, Luis Bárcenas, (que continúa en prisión) Álvaro Lapuerta y Ángel Sanchís, extesoreros del PP, y un listado alfabético de ‘honorables’ exalcaldes, exdiputados, exconsejeros, exediles, empresarios y amantes. Cuarenta y cinco de ellos se sentarán en el banquillo a primeros del próximo año y serán procesados por diversos delitos que van desde la prevaricación, pasando por fraude a la Administración Pública, blanqueo de capitales o apropiación indebida. El ‘caso Gürtel’ puede llegar a ser una heptalogía como Harry Potter, porque es una presa bien atrapada por el juez Ruz.

Pero la semana nos ha embriagado con agrio cava y el yo confieso del más ‘honorable’de los presuntos corruptos ha marcado la ancha franja de tierra quemada por el rastrojo de la corrupción. A mí lo que me ha extrañado ha sido la perplejidad de gente notable ante la declaración de principios del expresidente catalán porque siempre fue público y notorio, desde la época de Banca Catalana, que Jordi Pujol y más tarde su ‘honorable’ prole tenían facilidad para meter la mano en el cajón del pan. Hoy tiene justificación su perfil de hombrede Estado y su colaboración institucional con ‘plusvalías’. Tenemos a la vista otro feo asunto judicial de final impredecible. Y a Mas, huérfano de ‘padre político’.