Diarrea mental

¡A la mierda!» La escatológica frase no es original pero, en su día, sonó chocantemente a nueva en la cavernosa y personal voz de Fernando Fernán Gómez, cuando quiso quitarse de encima a un persistente y fiel lector que deseaba conseguir, a toda costa, una dedicatoria del último libro que había presentado el popular actor, director y miembro de la Real Academia de la Lengua.

En aquel momento, Fernán Gómez, arrebatado o abrumado por tanto afecto, pronunció, tal vez de manera inconsciente, con desprecio, la impertinente y cacofónica ofensa curiosamente a uno de sus admiradores ignorando que, hoy, irse a la mierda es uno de los lujosos placeres de los que puede beneficiarse la humanidad.

Platino, plata y oro se han detectado en nuestras heces. Estos ricos metales fueron observados por investigadores del Servicio Geológico de Estados Unidos. En un estudio llevado a cabo por un grupo de expertos se llega a la conclusión de que los desechos fecales que generan un millón de estadounidenses podrían contener partículas de metales preciosos por un valor de unos 13 millones de dólares. Una pasta nada desechable. Por eso, si algún mal hablado nos manda a la mierda no debemos enojarnos por la disonante y vulgar invitación, todo lo contrario, porque nos pondrá en el camino de la prosperidad futura.

Es más deberíamos cambiar nuestros modernos hábitos de utilizar la cómoda taza y tirar de la cisterna. Ante la situación económica guardar como oro en paño un mojón, puede ayudarnos a llegar a fin de mes. Tendremos que volver al primitivismo de la fosa séptica, ecológicamente selectiva, donde ir almacenando nuestros detritus para luego venderlos al mejor postor de los codiciados metales o donarlos si es que el asunto nos huele mal.

Pero es más, a primeros de este año, Bill Gates, a través de su fundación, ha financiado una máquina que transforma las heces humanas en electricidad y agua potable. La máquina, al parecer, está dando excelentes resultados y es capaz de dar servicio a una población de 100.000 habitantes produciendo 86.000 litros de agua al día y 250 kW de electricidad. Esta primera experiencia se lleva cabo en un poblado de Senegal, aunque Gates desea extender este moderno y extraordinario experimento a otros países azotados por la pobreza extrema y la carencia de agua y luz.

La diarrea mental del presunto actor Guillermo Toledo, más conocido en los ambientes como «Willy», es mierda de deshecho, improductiva, infecta, sin propiedades ni utilidad porque se expele verbalmente, generalmente, producida por trastornos psicológicos.

Albert Pla compuso una letrilla quizá pensando en él, pero también en su amigo «Willy»:

«A veces sueño que soy pura fragancia perfumada sensual y ese sueño huele tan bien, dulce ambrosía, brisa primaveral, quién pudiera dormir eternamente. Pero luego me despierto, ya volví a cagarme encima, ya volví a ensuciar la cama y de nuevo me reencuentro en mi apestada realidad con mi fétido pasado, mi putrefacto futuro,con mi inmensa verdad de hedor amargo.

Yo sufro de un horrible mal: un mal llamado diarrea mental»