Los arrendatarios no te olvidan

Yo me enamoré de mi mujer a través del espejo de un café. Aunque la cara es el espejo del alma, a veces, los espejos deforman las figuras y puedes visualizar un engañoso espejismo. Por eso le pregunté, para estar seguro, aquello de: «Oh, espejo mágico di la verdad si me quieres. ¿Quién es la mujer más guapa y bella de todas las mujeres?» Y el espejo me respondió: «Ella, ella es la más guapa y hermosa de la mujeres». En el transcurso del tiempo he podido comprobar que aquel espejo fue el Cupido cristalino que no solo no me confundió sino que acertó y se quedó corto. Continuar leyendo →