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Juan de Dios Martínez Soriano: Todo en el PP y todo para el PP

JuandeOK

El fallecimiento de Juande Martínez Soriano nos sorprendió a todos. En mi caso fue en la Redacción bien entrada la tarde. Siempre recordaré que cuando peor lo estábamos pasando, apareció su mano, fuerte. Gracias.

«Todo en el pp y todo para el pp»
Juan de Dios Martínez Soriano. Expresidente del Partido Popular de Granada
Fallece a los 65 años el histórico dirigente popular, que pilotó el partido entre1991 y 2004

Todo el mundo que haya conocido a Juan de Dios Martínez Soriano sabe que la muerte le habrá pillado preparado, firme, con esa sonrisa que le brotaba debajo del bigote bien con un whisky con hielos en vaso corto en la mano, bien con una tormenta política en la que él era el ojo de ese mismo huracán. Viajero que no turista, cazador que no deportista, político que no arribista, Juan de Dios Martínez Soriano lo dio todo por Granada y por el Partido Popular.

Muchos hubieran pagado por verle en ese último soplo de vida cuando en la jornada de ayer, la Parca le haya aparecido con esa guadaña que a tantos estremece. Seguramente él, con esas pintas de lord escocés de Huéscar, elegante y flemático, pero con un carácter endiablado cuando la ocasión lo requiriera, le habrá convidado a un buen ‘scotch’ en la barra del mejor establecimiento a mano, le habrá preguntado por su procedencia y por su destino y, probablemente, Juande, como le conocía todo quisqui, habrá comentado anécdotas e historias de ambos lugares, porque el gran viajero que siempre fue, que le hacía realizar un gran periplo al año como desenganche de la rutina dura y cementada del día a día, le dio para haber recorrido el planeta entero.

También, ni lo duden, habrá afilado el diente y habrá cargado alguna de sus escopetas y, como buen cazador en peligro, al olor de la sangre que esta vez es la suya, habrá dejado de lado las diplomacias y habrá intentado descerrajarle dos tiros a la Muerte para ver si, por esta vez, se asustaba y pasaba de largo.

Juan de Dios Martínez Soriano, decíamos, lo ha dado todo por Granada y por el Partido Popular. Ytambién lo ha sido todo. Nacido en Huéscar hace 65 años un 13 de diciembre de 1951, era licenciado en Farmacia y diplomado en Sanidad, Óptica y Acústica Audiométrica. Fue presidente provincial del Partido Popular desde 1991 hasta 2004. Fue entonces vicepresidente de la Caja de Ahorros de Granada, senador durante la quinta legislatura, y parlamentario andaluz.

El Partido Popular de Granada lamentó ayer profundamente en un comunicado el fallecimiento de Juan de Dios Martínez Soriano, y recordaba precisamente su condición de presidente provincial de la formación desde 1991 hasta 2004. Destaca este comunicado que «el mandato de Juan de Dios Martínez Soriano coincidió con la etapa de expansión y consolidación del Partido Popular en la provincia de Granada y en la capital. Bajo su presidencia, el Partido Popular accedió por primera vez en su historia a la Alcaldía de Granada con Gabriel Díaz Berbel como alcalde».

La vocación política de Martínez Soriano fue temprana, lo que le llevó a ingresar en Alianza Popular en 1980. Orgánicamente, en los cargos internos de su formación política, llegó a ser secretario general del Partido Popular andaluz entre 1988 y 1990.

Posteriormente fue diputado autonómico y ocupó el cargo de secretario de la Mesa del Parlamento entre los años 2000 y 2004. Fue también senador entre los años 1993 y 1996 y entre 2004 y 2008 y diputado nacional entre 2008 y 2011. Todo en el PP y todo para el PP. El político granadino accedió a la presidencia provincial de su partido «de siempre» en el año 1991, en sustitución de Alberto Martínez, y se mantuvo en el cargo durante trece años, siendo reemplazado por Sebastián Pérez, actual presidente.

Apartado de la primera línea tras su legislatura como diputado nacional, Martínez Soriano seguía formando parte del comité ejecutivo provincial a propuesta del presidente provincial Sebastián Pérez.

Durante su etapa como presidente, la sede en la ciudad de Granada cambió de lugar con demasiada frecuencia. «Estamos totalmente amenazados por ETA», confirmaba en voz baja. En el despacho en la calle Aben Humeya, donde más tiempo pasó, se fumaba a espuertas –eran otros tiempos– y en lugar preeminente figuraba una foto dedicada de Manuel Fraga, presidente fundador del PP, de quien se preciaba de ser buen amigo y compañero.

EL SUEÑO DE LA ALCALDÍA

Ahora que la convulsión política ha dejado el Ayuntamiento de Granada con un alcalde en funciones y con la posibilidad de que el Partido Popular pierda la alcaldía tras un pacto de toda la actual oposición que eleve al socialista Paco Cuenca a la condición de primer edil, cabe recordar que también Juan de Dios Martínez Soriano quiso y no pudo cumplir su sueño de ser alcalde de la ciudad de la Alhambra. Fue, probablemente, la única cita que le dio calabazas.

Un 15 de julio de 2002 se conocía que Martínez Soriano no sería finalmente el candidato a la alcaldía de Granada, esa aspiración que mantenía desde hace años. El propuesto fue, precisamente, el recién dimitido Torres Hurtado. El presidente del PP granadino tuvo –todo para el PPuna vez más–, un gesto de honra al mostrar a la dirección regional y nacional su «total disposición» para colaborar con el candidato para que lograra la victoria en las municipales, y brindarle para ello su apoyo personal y el del partido. Así fue.

Atrás quedan perdidas en la niebla del tiempo las disputas con José Luis Del Ojo por la presidencia del Partido Popular. Eran los años noventa e hicieron correr ríos de tinta y algún que otro arroyo de sangre y lágrimas por el encono. En 2011 se despidió de la primera línea de la política y dedicó su tiempo a la presidencia de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Declaraba entonces en estas páginas que «hay políticos que creen que el cargo es vitalicio y actúan como tal, pero ese no es mi caso. Yo sabía que más tarde o más temprano tenía que llegar mi hora y lo he aceptado sin ningún tipo de resentimiento y con la mayor normalidad. Además, hay que dar paso a las nuevas generaciones que nos llegan con más ganas de luchar». Disfruta Juande de tu último viaje. Te lo mereces.

 

José Luis Serrano: Padre, Hijo, Mortal

CARMEN LIZARRAGA Y JOSE LUIS SERRANO, NUEVOS PARLAMENTARIOS POR PODEMOS EN GRANADA FOTO: ALFREDO AGUILAR

Víctor me alertó que José Luis Serrano se encontraba en estado crítico. Esther me confirmó el dolor. Quico me encargó un perfil periodístico de José Luis Serrano, ya que su fallecimiento era cuestión de horas. Finalmente, falleció la madrugada de este viernes: «Buenos días, me escribió Susana a las siete de la mañana. Hace unas horas que inició el viaje a la Medina Elvira de sus sueños». 

Tienes entre manos el resultado. Estudiamos Periodismo porque pensábamos que podríamos conocer gente interesante, vital, mágica. Somos periodistas porque las hemos conocido: «Sólo les pido a mis nuevos dioses que protejan a mis hijos y que dejen a mis ojos leer hasta entrada la noche». Gracias, José Luis Serrano

Padre, Hijo, Mortal

Granadino hasta la médula, ni el cáncer que lo ha fulminado ha logrado hacer mella en su palabra, gesto o compromiso, que permanece intacto

Ha sido todo lo que es: Padre, Hijo, Mortal. Y ha estado de todo lo que ha querido, sabido y podido: Alumno, Escritor, Investigador, Lector, Catedrático y Parlamentario. Para los que deja sumidos en una tonelada de tristeza, también ha estado de maestro. Ser y estar. José Luis Serrano, fallecido en Granada por sorpresa de un cáncer fulminante, parece que dividía la vida y el cosmos con la diferencia entre el ser y el estar: «Algo que mis estudiantes de español en Alemania no alcanzaban a comprender». Lo resumía así, en nuestro primer encuentro, recién elegido diputado andaluz por Granada: «Se es padre, hijo y mortal. Para lo demás, se está».

¿Por qué era tan importante esta disquisición para José Luis Serrano? «Porque yo no soy político pero sí estoy en la política», respondía. Es lo que tenía meterse a entrevistar a un diputado que vivía de su cátedra, que acababa hablando de la atribución del significante que postula Ernesto Laclau, teórico político argentino frecuentemente llamado postmarxista, una de las fuentes teóricas de Podemos; y se terminaba pasando por Gramsci no sin antes recordar que «lo que no se nombra no existe», que definió Wittgenstein.

Y con todo este bagaje cultural, llegaba en el llamado ‘año del cambio’ a Sevilla como portavoz del grupo parlamentario de Podemos. Cuentan que ha protagonizado durante estos meses enfrentamientos dialécticos con la presidenta Susana Díaz, pero no es verdad. Porque el caso es que uno de los dos hablaba y el otro aprendía. Decidan ustedes quién es cuál.

En una ocasión, memorable, decidió suspender a los grupos parlamentarios del Partido Popular y Ciudadanos durante el debate sobre la proposición no de ley denominada ‘En defensa del Estado de Derecho y la cohesión de España’. Les acusó directamente de confundir los conceptos ‘Democracia’ y ‘Estado de Derecho’ y terminó explicando que la propuesta que pretendían aprobar en sede parlamentaria aplicaba «la teoría franquista del Estado de Derecho, un concepto sucedáneo que pretendía limitarlo al gobierno del orden… Pero estamos en el año 2015 y estamos defendiendo la Constitución de 1978 ¿y recurren al franquismo más antiguo?».

-«Suspenso», les dijo a todos ellos desde la tribuna.

Luego, continuó sus ocho minutos de intervención destripando, científicamente, los errores de esta proposición y la argumentación en tres puntos de la negativa de Podemos a aprobarla: «Por lo que dice y dice mal. Por lo que no dice y debería de decir. Y porque simplemente va contra los intereses de Andalucía»: Un lujo de orador.

Como la explosión de una bomba intelectual tras la cual queda poco que argumentar, José Luis Serrano terminó su intervención: «Lo que no vamos a consentir es ir a un federalismo asimétrico. Tenemos ya una Constitución con menciones especiales a los regímenes fiscales de País Vasco y Navarra, y ahora se va a hacer una mención especial a Cataluña. Y los demás, todos juntos. La Rioja, Murcia y Andalucía, con todos mis respetos. Pero esto no está en el patrimonio constitucional andaluz y es inadmisible. Sería un golpe de estado y frente al golpe de estado nos van a encontrar».

MARCA GRANADA

Granadino hasta la médula, ni el cáncer que lo ha fulminado ha logrado hacer mella en su palabra, gesto o compromiso, que permanece intacto. José Luis Serrano era Marca Granada, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Granada, escritor, en su biografía en la red social Twitter se autodefine como «diputado por Granada al Parlamento de Andalucía. Escritor, profesor y a la inversa», donde todo su potencia intelectual se mostraba con esplendor. Esta biografía tuitera va acompañada de una foto, y en ella aparece junto a la Torre de la Vela de su querida Alhambra. Y ahí es donde la investigación, el estudio, la reflexión, la lectura, el debate, aparecía de la mano de Granada y su Andalucía.

Lisérgico en su discurso en campaña con frases literarias emotivas, apelativas, arengas directas a la conciencia: “Los siete cielos de la Alhambra no se toman por consenso, se toman dándole el poder a la ciudadanía”. No era más que el principio de una persona que a la hora de retratar es mejor hacerla con sus propias palabras: “Y lo vamos a hacer, pero que no se asusten, que esta vez no traemos la guillotina, que nos pondremos delante del que intente quemar una iglesia, sabemos mucha historia, y se van a hartar de votar”.

Sus intervenciones son la savia y sangre del discurso actual de Podemos en todo el país. Si se lee o escucha las intervenciones de José Luis Serrano, se entiende mejor su propósito: «Tenemos que explicarle bien a nuestros compañeros de buena fe que no se trata de ocupar la izquierda del tablero, para hacer el gran partido de la izquierda. Se trata de ganar. Esta vez no se trata de cambiar a un alcalde de derechas por uno de izquierdas”. Y continúa José Luis Serrano: Se trata de empoderar a la ciudadanía para que asalte los siete cielos y para que nuestros hijos no nazcan vasallos, sino libres e iguales. Aunque para eso tengamos que derrotar antes a un alcalde, y a los tribunos de su leal oposición”. “No es fácil. Pero nosotros sabemos leer la Alhambra… somos el pueblo de Granada. Y claro que podemos”.

LOS NUEVOS DIOSES

Sólo dividió la actividad vital en ser y estar, y también, los días. Para lo demás era más bien de sumar. Y quizá de despedirse, tras haber luchado «como un toro», recuerda, ayer, una de sus colaboradoras. Deja así escrito, hace apenas tres meses, unas letras que duelen, que vibran, que dejan un tenue aroma de esperanza, que te van a hacer llorar: «Hay días bonitos y hay días en los que no leo, es decir, terribles».

Suena todo a testamento: “Ahora miro el espejo y ya sé cual es el antepasado que acecha, el anciano que espera. Estoy cansado (…) Me rindo. Vislumbro con la edad los límites infranqueables, lo que ya nunca haré. Me sé perdido en nimiedades gramaticales y académicas, me sé ajeno a lo que de verdad ocurre. Pero me ha parecido oír el gran rumor de la epopeya andaluza y sólo quiero seguirlo”.

“Es por eso por lo que a mis nuevos dioses, cuyo nombre también ignoro, ya sólo les pido que protejan a mis hijos y que dejen a mis ojos leer hasta entrada la noche”.

Perfil JLSerrano IDeal ok

CRÉDITOS
La fotgrafía, de Alfredo Aguilar. Gracias

Long Live Isidro Olgoso! Long Live Rock and Roll!

Isidro Olgoso

 

Ahí estás, Isidro, glorioso, celebrando el ascenso del Granada CF, en la bulla, con el corazón desbordando Granada a borbotones, como eres tú, amigo mío, amigo nuestro, hasta que hace un rato ha sonado el teléfono.

Es Antonio Ruiz, otro buen amigo, presidente de la Asociación de Vecinos del Zaidín. Antonio es pausado y su voz es gutural y profunda, prendida siempre del último cigarrillo que se ha fumado. Pero, esta tarde de domingo de primero de septiembre, está simplemente quebrada. Se lo noto de sobra, pese a estar a mil kilómetros del Zaidín, que Antonio está comiéndose los mocos para preguntarme cómo se pone una esquela en el Ideal.

El brinco que he pegado ha debido ser de categoría. Cuando me ha dicho que has fallecido, Isidro, no me lo he creído. Sí, ya sé que siempre se dice, y se escribe, lo mismo, pero en tu caso, precisamente, es que no me lo creo.

No me lo creo porque precisamente tú no vas y te mueres la víspera del Festival de Rock del Zaidín.

Esa cita mágica de septiembre que une a 60.000 almas que claman por una Granada abierta y cachonda, rockera y divertida y con un esencia distinta que convierte a la ciudad en el eje de Andalucía en su festival más antiguo, gratuito, duradero y con una programación de calidad que existe de Madrid pabajo.

Por eso, precisamente, no me lo creo.

Deberías haber esperado los riffs de Rosendo y convidarte a unas cañas. Pero vas y te largas, sin avisar.

Entonces es hora de tirar del puto baúl de los recuerdos para construir al personaje que era Isidro, un tipo campechano y apasionado, alma mater de este Festival de Rock del Zaidín y un tipo inquieto que escribió un libro fundamental para la micriohistoria de una ciudad que no empieza y termina en la Gran Vía.

Un tipo bonachón y de amplia sonrisa al que últimamente encontraba siempre, al mediodía, en el pequeño local que el Partido Socialista tiene en el Zaidín, donde supongo que se cocerán los sueños y las fiestas.

Solo contaré una anécdota que retrata al personaje.

Sucedió hace ya años, y prometí callarme, pero creo que ha llegado el momento, dadas las circunstancias.

Corrió como la pólvora el rumor de que, palabras más palabras menos, Isidro Olgoso se había enzarzado en una pelea con un concejal del Ayuntamiento del Partido Popular. Las informaciones decían que se había zanjado con un señor cabezazo que dejó tumbado al bueno de Isidro.

Llamé por teléfono al concejal popular quien me confirmó los hechos y pidió todo tipo de disculpas tras ofrecer un rosario de explicaciones.

Más tarde sonó mi teléfono. Era el propio Isidro. Simplemente me dijo: «Por favor, Javier, sé que es una información jugosa, pero te pido por favor que no la publiques».

No se publicó en Ideal.

Y la anécdota define a la persona que se ha ido y que hace un poquito más pobre a la querida ciudad de Granada.

No se me ocurre mejor homenaje a Isidro que guardar un minuto de silencio al inicio del Festival de Rock del Zaidín que empieza este mismo jueves.

O, mejor todavía, subir el volumen a tope.

Long Live Isidro Olgoso Long Live Rock and Roll

Gracias por todo, compañero del alma, compañero

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