Granada ha sido el lugar elegido, como es habitual para muchos modelos, para probar el Ford Escape, vehículo que en nuestro país será el nuevo Kuga. Este vehículo mantendrá el nombre de Escape para Norteamérica, mientras que en Europa, sustituirá al existoso Kuga. El nombre de Kuga pasa de esta manera a responder a una lógica económica, la de elaborar un mismo coche para Estados Unidos y Europa, aunque por razones comerciales se les cambie el nombre. El modelo europeo también se diferenciará del norteamericano por los motores y acabados, heredados de su antecesor, y que tan buen resultado están dando en nuestro país.

La semana pasada, dos de estos vehículos se pudieron ver en la ciudad de Granada, bajo la denominación de Escape, no se sabe si para no llamar la atención de los conductores y viandantes bajo la denominación de Kuga.

Porque aunque sea parecido, el nuevo Kuga tiene bastantes diferencias con el anterior. A primera vista, el nuevo modelo pierde cierta agresividad que derrochaba el antiguo, un modelo rompedor y muy atractivo sobre todo para el público joven. El anterior modelo sorprendía por la ligereza que transmitía, a pesar de ser un vehículo de un peso y altura considerable. Esto no ocurre con el nuevo, que parece que ha perdido altura del suelo y puede que por esta razón parezca más ancho.

De hecho, si se observa desde lejos, se puede confundir con un C-Max más alto, o incluso ante el próximo B-Max. Por la parte de atrás, la sensación es de estar ante un monovolumen, más que ante un SUV, por más que siga integrando la tracción 4×4 y todo el equipamiento del anterior Kuga. Lo que queda por saber es si a los potenciales compradores de este SUV les gustará este modelo, o si se dejarán llevar por otros modelos que arriesgan mucho más en el diseño.

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