LA MAGIA DE LA ALHAMBRA ENVUELVE EL BRONX

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El diario El mundo en su edición digital se hace eco de una evocadora exposición en el Jardín Botánico de Nueva York sobre la Alhambra. Transcribimos a continuación algunos párrafos del artículo:

Washington Irving, a quien debemos la leyenda del cortador de cabezas de Sleepy Hollow, fue de los primeros, o el primer, andariego estadounidense en referirse a la belleza de la Alhambra. Digamos que unos cuantos años antes que Bill Clinton. Lo hizo en un libro, publicado en 1832 y revisado veinte años más tarde, que reforzó la imagen colorista, sensual y un punto inexplicable de España y lo español.

Sus ‘Cuentos de la Alhambra’, fantasía policromada escrita tras visitar el palacio nazarí con un guía local, difundieron la idea de Granada como escenario entre Las mil y una noches y el exasperado romanticismo que tanto gustaba entonces. Algunos textos de Irving, rescatados de los archivos de la Hispanic Society of America, fastuoso museo, hogar de la apabullante serie de Sorolla que nadie visita por estar lejos de las rutas evidentes, aupado a Washington Heights, pueden contemplarse en la exposición, Paraíso español: jardines de la Alhambra, que ha preparado el Jardín Botánico de Nueva York.

Recreación del Patio de la Acequia. FUENTE: elmundo.es
Recreación del Patio de la Acequia. FUENTE: elmundo.es

El viajero que llegue al Bronx encontrará fotografías y daguerrotipos, viejos bocetos de artistas de paso en sus cuadernos grises, acuarelas y legajos relacionados con el palacio rojo. Sin embargo lo sustancial está fuera de las salas donde pasean los eruditos mezclados con los turistas, incluso lejos de los, pocos, turistas eruditos. Nos referimos a la imaginativa reproducción que los expertos del Botánico han hecho de los jardines de la Alhambra y el Generalife.

 Cartón piedra en los materiales, claro, porque tampoco era cuestión de copiar pieza a pieza un conjunto de mamposterías, arcos peraltados, yeserías y cerámicas que hubiera resultado costosísimo. Algo hay, lo justo para contextualizar la exposición, pero dado que era impracticable levantar los cuarenta metros de la Torre de Comares o el juego arquitectónico de la Escalera del agua, por no hablar de las salas de los Abencerrajes o de las Dos Hermanas, mejor recurrir a su doble misterioso y vegetal.

Sierra Nevada, desde la mirada del pintor John Frederick Lewis. FUENTE: elmundo.es
Sierra Nevada, desde la mirada del pintor John Frederick Lewis. FUENTE: elmundo.es

Homenaje al genio musulmán del siglo XIV espoleado por Ibn Alhamar, Yúsuf I o Mohamed V. Sirve, de paso, para que España abandone por un día su eterno y lamentable vagabundeo por las páginas económicas de los diarios. Diversas conferencias, recitales de flamenco y degustaciones de alimentos y vinos españoles alicatan el perfil último de una original y delicada exposición.

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