MOTRIL Y LA FABRICA DE AZÚCAR

El “Museo Preindustrial del Azúcar” es, en sí, la rehabilitación con fines museísticos de los últimos restos arqueológicos de lo que fue uno de los ingenios manufactureros de azúcar más importantes de Motril desde finales de la Edad Media hasta los últimos años de la Edad Moderna: el Ingenio de la Palma.

Imagen exterior: Fuente www.motril.es
Imagen exterior: Fuente www.motril.es

El ingenio de la Palma, cuyos primeros datos de existencia se remontan a los últimos años del siglo XV, era un ingenio real que poseía molinos horizontales para moler las cañas, aunque no  se descarta que pudiese también haber utilizado, en algún momento de su primera existencia, piedras molares para moldurar las cañas.

Con el paso del tiempo toda la estructura del ingenio desapareció casi por completo, a excepción de la casa, y con el transcurrir de los siglos se olvidó prácticamente la existencia de esta antigua fábrica de azúcar.

En 1989 con motivo de los trabajos de explanación del solar posterior a la Casa de la Palma, se descubrieron varias piedras labradas de gran tamaño, una de ellas con tres canales y otra con un canal circular, lo que hizo pensar que podían tratarse de elementos del antiguo ingenio. Se procedió a una excavación de urgencia y posteriormente a una excavación sistemática que puso al descubierto diversas estructuras de muros y elementos de la fábrica.

Fuente www.motril.es
Fuente www.motril.es

La  función de este museo, único en Europa, es mostrar el patrimonio preindustrial relacionado con la actividad azucarera que se conserva en esta zona. La Caña de Azúcar fue una de las actividades preindustriales más importantes desde la época musulmana, y tuvo cultivo en toda la vertiente mediterránea. En la actualidad este cultivo tan mediterráneo está abandonado.

Recientemente este Museo Preindustrial se ha incluido dentro de la RECTA, Red de Espacios de Divulgación Científica y Técnica, de la que forman parte el Parque de las Ciencias de Granada, el Jardín Botánico y Museo de Etnobotánica de Córdoba entre otros.

El Museo Preindustrial cuenta con diversas actividades interesantes para el público y la escuela y además se inscribe dentro de los circuitos turísticos de la zona como espacio a visitar.

Se trata de recrear elementos que por su realismo, hagan recapacitar sobre la tecnología y la complejidad de una realidad muy cercana, haciendo de la exposición y el museo un lugar de encuentro con nuestros antecesores más próximos, su capacidad emprendedora, y su proyección.

Fuente www.motril.es
Fuente www.motril.es

Este museo pretende articular el discurso de una forma sostenida y coherente para evitar que el visitante pierda la orientación deseada y, por otra parte, conseguir que éste se vea inmerso y partícipe en una ambientación para que no se limite meramente a deambular a través de la exposición.

DATOS DE INTERÉS

Inaugurado en 2004.

El museo está situado en la parte posterior del emblemático Edificio de La Palma donde se encuentran la Biblioteca pública y la sede de la UNED. Concretamente el museo tiene su entrada por la Calle Zafra.

Horario visita:

  • los lunes cerrado.
  • de martes a sábado de 10:00 a 13:30 y de 17:00 a 20:30
  • los domingos de 10:00 a 13:30.

Teléfono de Contacto: 958-82-22-06

 Santiago Salas Martín, Arquitecto de GRarquitectos.

LA CIUDAD SIN ESFUERZO

«La Ciudad Comprometida»

En relación con el artículo publicado el pasado lunes en La Ciudad Comprometida, (“Urbanismo sin esfuerzo”) nos restaba alguna reflexión a las ideas planteadas por Chuck Wolfe en su libro “Urbanism Without Effort”. Por comentar algunas cuestiones al magnífico y profundo análisis que de las ciudades del mundo hace Wolfe a través de su obra, nada más sugerente que empezar por el título. Y es que una de las mejores maneras de hacer urbanismo es hacerlo sin esfuerzo, dejando que la deriva del lento latir de las ciudades vaya perfilándolas; el problema está en que a veces esas ciudades sufren de arritmias (por ejemplo a la llegada de una nueva infraestructura), cuando no de infartos que obligan a su planificación, y en algunos casos hasta a implantarles un marcapasos (recordemos el caso de Marbella). Por tanto, laissez faire, pero controlado.

En cuanto a los cinco principios que propone como motivo de debate, discusión y consideración,  el primero, el placemaking, es sin duda un estimulante horizonte hacia el que deberíamos dirigir algunas de nuestras ciudades, pues hay otras que no juegan este papel (por ejemplo las ciudades dormitorio, que a su vez es lo que permite que algunas ciudades sean precisamente vivideras). No obstante hay que advertir que Lisboa no es una ciudad compacta en la que los desplazamientos habituales son no motorizados, sino que una importante parte de éstos se efectúan a través de los ríos, caso de la estación fluvial de Cais do Sodré, que es la que permite expandir la ciudad por la otra margen del río y concentrar las actividades de la población en el centro de la capital a través de la PraÇa do Comércio. Por consiguiente no sólo hay que mirar si la ciudad se hace así misma desde sus posiciones centrales, sino que también hay que considerar las sinergias que este centro tiene con su periferia, la cual permite en muchos casos su cohabitación.

Terminal Fluvial Cais do Sodre. FUENTE: commons.wikimedia.org
Terminal Fluvial Cais do Sodre. FUENTE: commons.wikimedia.org

 El segundo postulado, que versa sobre la identidad, el carácter de los sitios, es algo que por muy manido nunca viene mal recordar. Que los sitios se presenten diferentes a sus semejantes es clave para ejercer de atractivo, por ejemplo ante el turismo, de ahí que los sellos de autor deban ponderarse en un grado siempre menor que el sello del colectivo. Y aunque es cierto que hay determinadas ciudades que se vienen a conocer por algún elemento constructivo singular (Guggenheim en Bilbao), éste no sería lo mismo sin su particular localización (ría del Nervión). Sólo advertir que para ello no hace falta que suceda un accidente, un desastre natural o una guerra, pues a veces basta con pequeñas intervenciones, casi de cirugía urbana, para que una ciudad parezca remodelada en el sentido que traza su devenir.

Museo Guggenheim-Bilbao.FUENTE: guggenheim-bilbao.es
Museo Guggenheim-Bilbao.FUENTE: guggenheim-bilbao.es

El tercer aspecto tratado, la reconversión urbanística de las ciudades integrando los elementos fisonómicos precedentes aunque estos no fueran los idóneos para los nuevos usos, es un hecho ante el que cada vez más hay que ir acostumbrándose. Muchos de estos espacios ocupan lugares privilegiados para los nuevos usos y en consecuencia deben ir trastornándose al son de las crecientes necesidades. Pero uniéndolo con el punto anterior, esto habrá de hacerse sin perder del todo la huella de lo que un día fue la ciudad, pues el ciudadano, así como su visitante, debe ser capaz de leer en todo momento la historia socioeconómica de la ciudad a través de sus elementos (por ejemplo, dejando algún elemento fabril, caso de una antigua chimenea, en mitad de un nuevo parque localizado sobre un antiguo polígono industrial).

Del cuarto punto, aprender de los simples casos de adaptación al medio, que decir. Hoy en día el ser humano es capaz de superar las más adversas condiciones ambientales, pero a largo plazo sus costes lo hacen tan inviable que es preferible seguir una estrategia de adaptación al más puro estilo ancestral. El reto es combinar aquellos modos de habitación con los requerimientos de confort actuales, para lo que ya existe la suficiente técnica aunque no el suficiente bolsillo, de ahí que la mira deba estar puesta en abaratar y perfeccionar dichas técnicas, lo que sólo se puede hacer desde tres frentes: la inversión, la regulación y la concienciación (un caso podría ser la revegetación de las edificaciones de Mónaco para crear una cierta mejora bioclimática en una de las ciudades más densificadas de Europa, lo que se ha logrado mediante la regulación normativa, la concienciación vecinal, aunque también, sea dicho de paso, por la solvencia económica de sus habitantes).

Finalmente, la búsqueda de iconos urbanos parece ser una constante, a camino entre el ego de gobernantes y/o constructores y la necesidad identitaria y orientativa de sus moradores. Y es que el tótemismo está fuertemente arraigado en el ser humano. Por tanto, hay que buscar esos puntos de referencia, crearlos cuando no existan, lo que no quiere decir que haya que hacerlos, que edificarlos, pues puede valer con darlos a conocer y concienciar a la población de su interés. Además habría que contar con el valor que adquiere la cuarta dimensión en la constitución de un icono, el paso del tiempo puede hacer que un elemento en su día abominado resulte comúnmente aceptado al cabo de los años (la Torre Eiffel es el caso paradigmático de lo que se dice). En cualquier caso, creo que antes de crear iconos siempre habría que realzar los existentes, y en caso de poder ser, erigirlos de entre los naturales del entorno (el Pao de AÇucar de Río do Janeiro sería un buen ejemplo a seguir).

Con estas palabras sólo espero haber contribuido a esa intención de crear debate que Wolfe pretende con su tesis. Ahora está en otros continuar con la labor de reflexión y contrastación abierta en este Urbanismo sin Esfuerzo.

Juan Garrido Clavero, Geógrafo de GRarquitectos

«URBANISMO SIN ESFUERZO»

“La Ciudad Comprometida”

Con este título, “Urbanismo sin Esfuerzo”(Urbanism Without Effort), el autor Chuck Wolfe  defiende su tesis sobre los fundamentos de la planificación urbana, que a su entender se comprenden mejor desde la perspectiva histórica y desde el estudio de los usos cotidianos del espacio público por las personas.

Wolfe es un abogado y académico norteamericano especializado en uso del suelo y en derecho ambiental. La web www.plataformaurbana.cl ha sintetizado los 5 principios básicos que desarrolla el libro, de manera  previa a su publicación definitiva, los cuales el autor va desgranando en su blog www.myurbanist.com

Lisboa. FUENTE: plataformaurbana.com
Lisboa. FUENTE: plataformaurbana.com

Primer Principio: Cuando el Placemaking da cuenta de la evolución de las ciudades. El caso de Lisboa y Porto, Portugal.

En el caso de Lisboa, él la describe como un lugar que proyecta una imagen que sólo puede “ser experimentada a través de su exploración a pie”.  En este sentido, explica que ofrece un recorrido más instintivo que analítico, el que puede ser aclarado con las sensaciones que se producen en sus visitantes. En cuanto a la percepción que genera Porto, Wolfe la describe como de “respeto”, porque tiene un núcleo urbano antiguo en donde diariamente se congregan sus habitantes, lo que facilita su renovación con el flujo de personas que no requieren modernas instalaciones.

En resumen, estas dos ciudades ofrecen un modelo de ciudad compacta y central que permiten a sus ciudadanos trasladarse a pie, evitando la contaminación acústica y ambiental que emiten los medios motorizados de transporte.

Segundo Principio: Los aspectos culturales y físicos que definen a sus ciudadanos. El caso de Malta.

Las carreteras y los edificios son estructuras tangibles que visibilizan una parte de la ciudad y definen la evolución de su infraestructura. Por esto, Wolfe sostiene que en obras de ingeniería ya realizadas se puede encontrar la inspiración para crear proyectos futuros que recojan los aprendizajes de cierta época. Por esta razón, el abogado propone comprender no sólo los edificios que, para algunos son antiguos, mientras que para otros están en ruinas, sino que busca generar precedentes sociopolíticos en cada ciudad, rescatando sus características originarias para cambiar un simple lugar por otro único.

Un ejemplo de esta situación es Malta, país insular situado en el Mediterráneo, entre África y Europa. Dos de sus ciudades, La Valeta (capital) y Medina, tienen una realidad marcada por la historia de hace cientos de años, lo que se refleja en sus entornos marcados por constantes guerras y construidos en los años 300. Aunque la nobleza ya desapareció, sus actuales restos culturales sirven para entender la ciudad actual y dimensionar su potencial de reurbanización.

A partir de lo anterior, Wolfe afirma que la reconstrucción de las ciudades, ya sea por accidentes, desastres naturales o guerras, se debe realizar teniendo en cuenta sus orígenes físicos y socioculturales.

Tercer Principio: De una ciudad minera a otra multifuncional. El ejemplo de Broken Hill, Australia.

Aunque a principios de la Revolución Industrial el desarrollo de las ciudades estaba ligado únicamente al progreso económico, su influencia llegó más allá, alcanzando incluso la estructuración urbanística de la ciudad. Hoy en día, muchas urbes mantienen este precedente industrial y lo han unido a otros elementos urbanos, como los espacios de recreación, las preocupaciones medioambientales, la seguridad pública, el trabajo y las viviendas.

En Broken Hill, Australia, esta tendencia sigue presente. Como es sede de la compañía BHP Billiton, tiene un estilo y ritmo de vida marcado por la actividad minera, lo que se suma a un paisaje industrial. Sin embargo, en los últimos años han prosperado algunos grupos de artistas, restaurantes y actividades de negocios, que han permitido coordinar  esfuerzos para que se desarrollen nuevas funciones artísticas y turísticas.

Lo que ha ocurrido en Broken Hill sirve como ejemplo para las ciudades que aún están en una etapa de transición, en donde las necesidades del capital humano se logran satisfacer en zonas urbanas que aparentemente no propician este cambio de funciones.        

Cuarto Principio: Se puede aprender de los simples casos de adaptación.

En distintas partes del mundo, existen varios casos en que los humanos han desarrollado técnicas para mitigar los efectos del cambio climático y así adaptarse a condiciones que antes no debían vivir en sus ciudades. Tal es el caso de White Cliffs, una ciudad ubicada a 255 kms. de Broken Hill, en donde por el calor extremo – hasta 48°C – sus habitantes han implementado nuevos hoteles y viviendas subterráneas denominados dugouts, que  tipo trinchera y se han convertido en atractivos turísticos.

Estas alternativas de alojamiento demuestran la constante necesidad de adaptar los entornos urbanos para que los humanos se acostumbren a cambios que serán por sus beneficios.

Paisaje antropizado de White Cliffs. FUENTE: webwombat.com.au
Paisaje antropizado de White Cliffs. FUENTE: webwombat.com.au
Interior de una vivienda en White Cliffs. FUENTE: webwombat.com.au
Interior de una vivienda en White Cliffs. FUENTE: webwombat.com.au

Quinto Principio: La naturaleza humana y la esencia de los lugares se reflejan en ciertos íconos urbanos.

La rueda de la fortuna es un ícono urbano que se ha estandarizado en el imaginario colectivo como símbolo de las ciudades que buscan posicionarse como referentes a nivel mundial. No obstante, cabe preguntarse ¿por qué estas “ruedas de observación” alcanzan en algunos lugares el estado de “íconos”, mientras en otros no?

Para Wolfe, la respuesta radica en que en algunas ciudades simplemente no encajan con el contexto de la ciudad y no son valorada por sus habitantes, porque no se identifican con ella. Con esto, queda claro que los íconos urbanos no deben ser descartados, pero sí deben ser acordes a las necesidades que se pueden satisfacer en el lugar donde se construyan.

Finalmente, los cinco principios son propuestos por Chuck Wolfe para el debate, la discusión y para ser considerados en futuros proyectos de renovación urbana, ya que en su opinión son adaptables al espacio y tiempo.

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