GEOLODÍA 2013

«El Territorio Comprometido»

Los “Geolodías” son jornadas divulgativas a nivel nacional en las que a  través de diferentes actividades se pretende acercar el conocimiento de nuestro entorno desde el punto de vista de la Geología, asi como de la profesión de geólogo. Básicamente, son excursiones en el  campo donde los guías geólogos comparten su conocimiento de una manera didáctica y entretenida, permitiendo observar estos lugares con ojos geológicos, y vislumbrar algunos aspectos de cómo funciona la Tierra sobre la que vivimos y de cuyos recursos naturales dependemos totalmente. Es también una manera de sensibilizar a la población sobre la importancia y necesidad de proteger nuestro patrimonio geológico.

Cartel Geolodía. Fuente: Geolodia 2013 Granada
Cartel Geolodía. Fuente: Geolodia 2013 Granada

El Geolodía 2013 en la provincia de Granada se celebró el pasado 12 de Mayo y tuve la ocasión de asistir con varios compañeros de GRarquitectos. Bajo el título de «Deslízate a conocer el oro de Granada», consistía en la visita a una antigua mina de oro Romana en la Lancha del Genil y a un deslizamiento de terrenos en el Valle del Darro.

Imagen de uno de los puntos divulgativos.  Fuente: Elaboración propia
Imagen de uno de los puntos divulgativos. Fuente: Elaboración propia

El recorrido que realizamos, que podéis observar en el mapa a continuación, transitó entre el valle del Rio Genil y del Rio Darro. Organizados por paradas explicativas en distintos puntos del recorrido, especialistas nos fueron explicando las posibles causas del deslizamiento de tierra, aun activo, que se viene produciendo desde las copiosas lluvias de hace dos años y que ha llegado desviar parcialmente el cauce del rio Darro.

Mapa del reccorrido. Fuente: Geolodía 2013 Granada
Mapa del reccorrido. Fuente: Geolodía 2013 Granada

 

Vista general del deslizamiento, desde su marcada cabecera hasta su frente junto al Darro. Fuente: elaboracion propia.
Vista general del deslizamiento, desde su marcada cabecera hasta su frente junto al Darro. Fuente: elaboracion propia.
Camino junto al Canal de los Franceses. Fuente: elaboracion propia.
Camino junto al Canal de los Franceses. Fuente: elaboracion propia.

El Canal de Los Franceses discurre por encima del deslizamiento y sus continuas pérdidas pueden ser uno de los factores antropicos que han contribuido al deslizamiento.

Parte alta del deslizamiento. Fuente: elaboracion propia.
Parte alta del deslizamiento. Fuente: elaboracion propia.

Cabecera del deslizamiento, cada vez con una cota más alta, puede llegar a afectar al Canal de Los Franceses.

Pero sin duda, en mi opinión, la parte más atractiva de la jornada fue la visita a la antigua mina de oro de “Ruina Montium”, denominada así por el método de extracción utilizado.

En esta foto se pueden apreciar los enormes desmontes provocados por el sistema de explotación “Ruina Montium”:

Entrando en "Ruina Montium". Fuente: elaboracion propia.
Entrando en «Ruina Montium». Fuente: elaboracion propia.GEolo

En este lugar el oro no se encontraba en filones, sino disgregado en el material resistente pero poco compacto que forma estas laderas, el denominado «Conglomerado Alhambra». Para mover grandes cantidades de tierra hasta el rio para poder lavarlo y separarlo, se establecían una serie de túneles en el terreno que posteriormente se llenaban de agua procedente de unos depósitos situados en las partes más altas, provocando la rotura de la montaña tal y como se aprecia en el siguiente gráfico:

Esquema explotacion sistema "ruina montuim". Fuente: Geolodía 2013 Granada
Esquema explotacion sistema «ruina montuim». Fuente: Geolodía 2013 Granada

La mina, situada en la parte alta de la Lancha del Genil, tuvo dos momentos de explotación. En la época romana tuvo su primera etapa, donde se captaba el agua del rio Beas, afluente del Darro. Esta infraestructura esta actualmente muy deteriorada y prácticamente perdida. A finales del siglo XIX, se retomó su explotación por parte de una compañía francesa. En esta ocasión, con un método distinto, pero con el agua igualmente necesaria, se hubo de tomar de un afluente del Rio Genil, pues, casi dos mil años después de los romanos, la toma desde el Darro no era factible pues gran parte de su caudal se había aprovechado para el sistema hidráulico de la Alhambra.  Pero la infraestructura de conducción, que ya  hemos comentado anteriormente (“El canal de los franceses”) ha perdurado hasta nuestros días y se utiliza en la actualidad para llevar agua a la planta potabilizadora de Cenes.

Ruina Montium. Fuente: Elaboración propia.
Ruina Montium. Fuente: Elaboración propia.

Paisaje resultante de la acción humana que recuerda al famoso paraje de las Medulas, en León, explotación análoga a la granadina, pero a mayor escala. En todo el recorrido se puede observar gran cantidad de elementos de infraestructura e ingenieria de la antigua mina.

Actualmente, con la subida del precio del oro, la ley de la mina (gramos de oro por metro cubico de terreno) posibilitaría en términos económicos su explotación. Pero son muchas y sensatas las razones por las que no sería factible, como la falta de agua, la contaminación y la presencia de la Alhambra.

En conclusión, esta jornada ha hecho evocar una olvidada pero relativamente reciente Granada de bateadores de oro en el rio Genil y en el Darro, pero sobre todo, la existencia de un patrimonio a difundir y poner en valor como ya se está haciendo desde el Plan Especial de Protección de la Alhambra.

Gracias a la organización por un estupendo día.

Bateadores en el Darro. Fuente: Geolodia 2013 Granada.
Bateadores en el Darro. Fuente: Geolodia 2013 Granada.

 Jesus Maria Cuesta Guerrero, Arquitecto de GRarquitectos

EN LA NOCHE DE MIS AVENTURAS…

«Miscelánea»

Aceptamos el envite que nos ha planteado nuestro Amigo Paco Pipó  tras la publicación del articulo «La Puerta Olvidada», sobre la Puerta de las Armas de la Alhambra de Granada. Nos ha enviado un texto propio que estamos encantados de compartir con vosotros:

Acceso a la Puerta de las Armas. Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Acceso a la Puerta de las Armas. Fuente: Maria del Carmen de Luna.

En la noche de mis aventuras de alucinación fantástica, Fátima me recibe en el albaycín. Bajamos hasta la actual Carrera del Darro y empinamos nuestros pies por sendas de bosque, hasta la Puerta de las Armas que da principalmente entrada a la Alcazaba, bien custodiada por formidos guardianes. Seguimos charlando hasta la Puerta del Vino, donde la gran placeta de los Aljibes circunvalaba por los palacios y al medina, abriéndose un gentío alegre y bullicioso de canticos y armas al aire.

Pero sigamos con la escena, pues gran alboroto de trote de caballos interrumpen el ensimismamiento de mis ojos, que siguen escrutando entre la presencia del Sultán y sus gentes.

Un murmullo de admiración corrió por la muchedumbre, ante la llegada de caballos enjaezados a modo cristiano. Dos Caballeros los montaban. Largas espadas pendían de su cintura y en sus pechos las armas de sus títulos.

El camino se abría, al paso decidido de los corceles. Entraron en el recinto, siendo reconocidos por el jefe de la guardia mora. Bajaron de montura. Acompañados y escoltados ante la presencia y estancia real, fueron arrodillándose en pié derecho, descubriendo sus cabezas a modo de saludo cortés, ante el Sultán granadino.

Entraron al espacio del trono, Don Diego Fernández de Córdoba y Don Alonso, quedando pajes y resto de acompañantes cristianos fuera de tal espacio real. Hubo palabras de saludo y correspondencia por parte del Sultán, al que solicitaron la celebración de duelo para redimir diferencias entre ellos, permiso que previamente fue denegado por las autoridades cristianas, por lo que solicitaban amparo del Emir granadino. Quedando en espera de la concesión para situar y fechar el duelo, en tierra granadina.

El beneplácito a tal duelo, fue concedido, y se dicto día y hora para su celebración. Los caballeros dieron palabras de agradecimiento al Emir y apalabraron su compromiso en acudir a la fecha fijada. Pasaron varias lunas y llegado el plazo concedido, comenzaron los preparativos.

En el día acordado, montaron de nuevo un palenque bajo la Puerta de la Justicia e hicieron presencia a la hora acordada, toda la corte granadina.

El día era vivo de luz y el paraje parecía engalanado para gran fiesta. La Puerta de la Alhambra ó Puerta de la Aljamra ó Vino, orlaba el paso de la corte que en jolgorio murmullo ceremonioso, atravesaba la plaza de salida de palacio, ausentes al recuerdo de que sus pies alfombraban de polvo la tumba del infante Don Pedro, muerto en lucha y traído su cadáver a modo de trofeo y su día fue enterrado bajo esta torre. Bajaron por el callejón que flanquea la muralla y Torre de las Rocas.

En esta ocasión, mi presencia se diluía entre los militares del cortejo, pese a que a mis costados no se distanciaban ni un solo paso, dos militares que con cortesana discreción me daban escolta ó guardia, (no se cual de las dos), a cada uno de mis pasos. Fátima marchaba y nos precedía, con el numeroso personal real.

A la Puerta de la Justicia, fueron apiñándose el pueblo granadino, conocedor del acontecimiento, procedentes de los barrios bajos de la ciudad ó del Albaycin, atravesando el puente del río Darro, subiendo las sendas que acercaban a la Puerta de la Armas y franqueando los caminos que circunvalaban a la Alcazaba. Eran revistados por los guardianes de entrada, a fin de que no llevasen armas ó útiles de lucha. También provenían del barrio de alfareros, pasando por la Puerta de Algodor ó de los Siete Suelos.

Bajaban los señores de la corte, desde sus aposentos del Generalife por la Puerta del Arrabal. No se mezclaban con el pueblo, utilizando entradas a palacio y caminos reservados, que daban salida por la Alcazaba dirigiéndose a su lugar,  en el palenque real.

El Rey, con amplia marlota azul, espada y capacete grande dorado y negro, caballo con cabezada, pretal y mantilla. Su bella esposa, visiblemente más joven que el Sultán, con almalafa de listas rojizas que garbosamente le caen por su espalda.

Junto a la pareja real,  príncipes, magnates, jueces y toda la corte granadina ataviada en ropas de seda de variados colores. Caballeros y militares, con armaduras que lucían al sol las maravillas de la fiesta.

Pareciese gran contento entre la corte palatina por ver a dos de sus enemigos cristianos, hoy tratados como caballeros de alta cuna castellana y por lo tanto, acreedores de la caballerosidad que en tiempos de paz imperaba en las mutuas relaciones cristiano-musulmanas.

Era este, el motivo del esmerado cuido en los preparativos, pues sabido es que teniendo contentos a los cristianos, mayormente pacientes serian para los pagos de parias que periódicamente habrían de ser satisfechas.

Allá a lo lejos, un grupo de caballeros galopaba con destreza, hacia el lugar de encuentro y justa. Hicieron pié a tierra y uno tras otro en riguroso orden de grado, acercándose al palenque.

Presentose Don Diego, besó las manos al Rey, hizo reverencia y cortes saludo a Fátima. Con paso decidido ocuparon los puestos previstos para la ceremonia. Se dispuso a la espera de Don Alonso.

El tiempo iba corriendo y la hora de comienzo se dilataba, aumentando la intranquilidad por un retraso no anunciado y una quietud que aceleraba el cansancio del contendiente y la tribuna real. El pueblo comenzaba a oírse, con risas y cantos de entretenimiento.

En rápido trote de caballos se presentó con notoria tardanza, el segundo contendiente del duelo. 

El hecho de acudir a la cita con bastante retraso, por parte de Don Alonso, montó la cólera del Rey moro, que amonestándole por su tardanza, decidió dar por vencedor al esforzado y puntual caballero  Don Diego.

Ante una llamada de tambores, se hizo un silencio reverencial. Se levantó el Sultán y en voz alta,  grave de palabra, dijo y redactó:

 

Este real diploma, cuyo contenido es el de otorgar reconocimiento al valor y caballerosidad militar. El Emir, decreta este honrado thahir a favor de Don Diego Fernández de Córdoba, gran caballero.

Dada su gran dignidad, valentía y consideración, le nombro vencedor de este litigio, que aunque no se hubiese decidido por las armas, estas han callado, manteniendo el honor de su dueño, ante la cobarde irresponsabilidad de su opositor, y en razón de los perjuicios ocasionados, que desagradan a Alláh, cuya burla es en demasía, ofensa para nuestra hospitalidad.

Alláh haga larga y duradera su felicidad y guarde a su excelencia, Don Diego Fernández de Córdoba, como asimismo a su familia y descendientes. 

Por tanto, el referido caballero, queda en su poder el correspondiente Thahir, como Real Diploma, distinción y honra, por la que se alcanza el rango favorecido no solo por la buena suerte y sí por el valor que le hace aspirar los perfumes exhalados por el céfiro de la bella aurora.

En el bendito nombre de Alláh, nos de a conocer su bien. Salve a nuestro profeta Mahoma y a sus familiares.

Thahir emitido en la sublime y sempiterna corte de Granada.

Año 889                                               Muley-Hássan

La lectura fue seguida en gran silencio. El pueblo decepcionado por la falta del festín, elevó su protesta, por tan pronta conclusión y falta de espectáculo.

Visto esto, el Sultán abrió la fiesta con la lucha entre fieros perros y un bien armado toro, que fue la apertura en desagravio, a un día que se alargó hasta bien entrada la noche. Por supuesto con gran contento del populacho, que en su incesante diversión comían toda clase de frutos, buñuelos y tortas de harina tostada, entre una nube de aromas y aceites hirvientes.

Entre tanto jolgorio, se puso en marcha una carrera de corceles enjaezados a la usanza musulmana que goza de gran colorido y aparejos en el caballo, de mucha vistosidad, los jinetes paseaban orgullosos sus corceles entre el publico que vitoreaba a tan gallardo desfile, dando paso a una rápida  cabalgada con demostración en arriesgadas formas de montar y manejo de armas.

!Que maravilla!

…y el jolgorio se engalanó con las luces del alba….

Paco Pipó

 

LA PUERTA OLVIDADA

«La Ciudad Comprometida»

Recientemente tuvimos el placer de contar para los habituales foros de GRarquitectos con la participación de la compañera arquitecta María del Carmen de Luna, que nos habló de la olvidada Puerta de las Armas, punto central de su proyecto para un máster de postgrado.

Para la Ciudad Comprometida, esta puesta en valor y  redescubirmiento no es algo nuevo para pues desde el Plan Especial de la Alhambra este acceso es un punto clave en la red de itinerarios alternativos para acercar la Alhambra a la ciudad,en este caso a traves del barrio de la Churra y de una serie de espacios publicos concatenados, aportando recorridos diferentes para un visitante que quiera acceder al monumento de una manera distinta a la habitual, y sobre todo, más coherente con su historia.

Ventana del plano de propuesta de movilidad del Plan Especial Alhambra. Fuente: Elaboración propia.
Ventana del plano de propuesta de movilidad del Plan Especial Alhambra. Fuente: Elaboración propia.

Os ofrecemos a continuación la reflexión que nos ha enviado María del Carmen:

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de participar en un foro en el estudio GR Arquitectos. En él expresamos nuestros puntos de vista acerca de un punto clave en la historia de la Alhambra y que, a día de hoy, se encuentra algo olvidado: la Puerta de las Armas.

 Como elemento dentro del conjunto monumental de La Alhambra es clave: en su día fue el acceso más importante a la ciudad fortificada. Se encuentra en la cara norte de la colina de La Sabika, lugar por el que los ciudadanos de la antigua Granada – localizada en la Alcazaba Cadima, en el Albaicín – accedían a La Alhambra (bien para asuntos relacionados con la realeza, la propia ciudad de la Alhambra o el barrio castrense en la zona de la Alcazaba).

 

Acceso a la Puerta de las Armas. Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Acceso a la Puerta de las Armas. Fuente: Maria del Carmen de Luna.

 

Ortofoto de localización. Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Ortofoto de localización. Fuente: Maria del Carmen de Luna.

 

Además de un acceso importantísimo, esta puerta formaba parte de una estructura mucho más compleja. Unida al actualmente mal llamado Puente del Cadí por un tramo de coracha, constituía el medio de abastecimiento de agua para la ciudad de la Alhambra. El Puente del Cadí era en su día la Puerta de los Tableros que, a modo de presa, mediante unas compuertas, permitía subir el nivel del agua del río Darro para su recogida y transporte a ambos lados del río. A través de dos torres paralelas unidas a tramos rectos de muralla se distribuía el agua al Albaicín y a la Alhambra.

 Con el paso del tiempo, pero sobre todo desde la conquista de Granada por los Reyes Católicos, la ciudad de Granada va creciendo, se “cristianiza” y se monumentaliza un recorrido hacia la Nueva Casa Real: la Puerta de las Granadas, el Pilar de Carlos V y el propio Palacio de Carlos V son los nuevos protagonistas. Por esto, el acceso a la Alhambra comienza a realizarse cada vez más por la Puerta de la Justicia, perdiendo interés y uso la ya citada Puerta de las Armas.

Vista de la Puerta y trazado de la Coracha hasta el puente del Cadí. Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Vista de la Puerta y trazado de la Coracha hasta el puente del Cadí. Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Puente del Cadí. Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Puente del Cadí. Fuente: Maria del Carmen de Luna.

Las consecuencias de este desuso vienen inmediatamente a afectar a su entorno más próximo: el barrio de la Churra, a los pies del Bosque de San Pedro. En un entorno Patrimonio Mundial (declaración conjunta Alhambra-Albaicín) encontramos calles como Almanzora Alta o Puente de Espinosa con un nivel de degradación sorprendente. El problema detectado reside en la falta de permeabilidad de estas calles, ya que vienen a desembocar en la tapia medianera con el bosque de San Pedro a modo de fondos de saco. Una pena que sólo transiten por ellas las pocas personas que viven en sus casas, puesto que la percepción del Albaicín desde este lado del río es verdaderamente especial.

 

Vista hacia el Albaicin.  Fuente: Maria del Carmen de Luna.
Vista hacia el Albaicin. Fuente: Maria del Carmen de Luna.

Este hecho, unido al desconocimiento del propio monumento, nos hace plantearnos la posibilidad de proponer soluciones al respecto: quizás se podría hacer accesible el Bosque al ciudadano, recuperar el acceso a la Alhambra y con ello nuevas perspectivas… el poder aproximarse a los restos de la Puerta de los Tableros, o el visualizar el Albaicín desde el interior de un bosque urbano nos parecen temas fácilmente recuperables con los que la ciudad de Granada ganaría espacios actualmente en desuso.

Al margen del tema en cuestión, parece interesante el debate sobre asuntos de patrimonio, aún más considerando el momento coyuntural por el que pasa la arquitectura. La puesta en valor de espacios o edificios es una forma de enriquecimiento a todos los niveles: social, cultural, económico, ambiental… Al hacerlo prolongamos la vida del monumento, siendo conscientes de que es un bien que llega a nuestras manos después de siglos de historia y que se mantendrá vivo algunos siglos más.

Maria del Carmen de Luna

NUEVA LEY DE “COSTES” PARA EL LITORAL

«Noticias y Actualidad»

Ya tenemos nueva Ley de Costas. Ayer se aprobó en el congreso y deroga ya antigua Ley 22/1988, 28 julio, de Costas. Ocupando todos los días otros temas  más dramáticos las principales portadas de los medios, se ha colado sin apenas hacer ruido esta actualización de nuestra legislación del litoral, que solo ha tenido un eco y foro de discusión apropiado a través de blogs y redes sociales.

Para muchos esta ley da un paso atrás y no reconoce los problemas de ocupaciones y sobreecplotacion que ha generado a todas nuestras costas la burbuja inmobiliaria y el ladrillo desde los años 60. Para otros, aumentará la seguridad jurídica, por ejemplo, al ampliar las concesiones administrativas, como las de los chiringuitos (de 1 a 4 años) o  las  edificaciones en dominio público marítimo terrestre otros 75 años.

Compartimos unos párrafos de uno artículo de los muchos que podéis encontrar por la red que reflexionan sobre el uso-abuso que hemos hecho de nuestro paisaje, y de la costa en particular, y de que camino nos platea esta reforma legislativa. Se titula “Costes de la ley de costas” y podéis ver completo pinchando aquí.

Benalmádena, Málaga. Fuente: elpais.com
Benalmádena, Málaga. Fuente: elpais.com

El panorama que se ofrecía al visitante que accedía a España desde Francia en coche o ferrocarril hace 10 años era un espectáculo insólito de taludes y grúas. Un fenómeno que se desparramaba por el litoral catalán hacia levante. Un caso prácticamente único en Europa, especialmente si tenemos en cuenta que todo ese movimiento de tierras y mutación del paisaje no tenía relación directa con la mejora del territorio agrícola o con el crecimiento neto de población. Una explosión que rápidamente fue case study en las universidades de Ciencias Sociales, Geografía, Antropología, coincidiendo con momentos de máxima divulgación de nuestra arquitectura en el mundo.

La presión era tal, que a la iniciativa privada se incorporó la pública y, con dinero prestado, cada población con salida al mar aspiraba a un puerto deportivo, en lugares tan excepcionales como Portbou, o en el delta del Ebro. También de prestado se construyeron las variantes y rotondas que transformaron el acceso a las poblaciones en un sinfín salvaje de redondeles, sumergidos en taludes, desmontes y jardinería kitsch (no conocemos peor traducción del roundabout inglés que nuestra versión ibérica). También revivieron viejas urbanizaciones en laderas y en la costa, paradas desde los años 60 y 70, además de florecer viviendas en las periferias de todas las ciudades, en forma de bloques o pareadas. Continuaron y se expandieron proyectos, que imaginábamos controlados por la ley de Costas, con casas aisladas u organizando conjuntos frente al mar. En los parajes agrícolas y descampados no había tampoco descanso: naves, granjas, casas, vallas; de todo. Ese paisaje en construcción fue la traducción visual de una situación económica que colocó la urbanización de suelo y la construcción en una posición de ventaja estratégica respecto a otras inversiones. Eso ocurría aquí, en 2002. Pero todo este paisaje, del que nadie se hace responsable, se acabó. ¿Ahora qué?

En su última lección como catedrático de la Escuela de Arquitectura, Manuel Ribas Piera (MRP), insistía en el necesario control cívico del urbanismo y en el valor irradiante de la arquitectura. Una intuición que surge del convencimiento de que las ciudades y su estudio forman parte de una unidad, de un ecosistema, en el que construido y vacío, tierra y piedras no pueden proyectarse, ni pensarse, de manera aislada. Hoy sabemos cuánto esta visión, que entiende la ciudad como una parte del paisaje, es esencial no solo por criterios estéticos o formales, sino también por razones estructurales. Son cuestiones ecológicas y medioambientales, de los que cuelga nuestro futuro: en las que el control y la evaluación del “riesgo” debería guiar las decisiones sobre las estrategias y las leyes (discusión creciente en Estados Unidos tras los desastres ambientales provocados por el cambio climático). El último artículo de MRP en EL PAÍS, Eurovegas, vender la dignidad, iniciaba de manera emocionante: “La tierra es el más preciado patrimonio nacional. Un patrimonio al que no deberíamos renunciar y que es, en último término, lo que nos distingue y nos une”. En el debate actual sobre el litoral, que pone sobre la mesa el futuro ambiental de nuestro país, nos falta el criterio, el interés cívico y la pasión radical por el paisaje y la ciudad de MRP.

UNA CASA CON VISTAS

Hoy tenemos el placer de mostraros una aportación al blog de nuestro gran amigo y seguidor fiel Paco Pipó que, desde la distancia o en sus visitas a Granada, siempre nos acompaña:
Vista de la Torre de la Vela. Fuente: Paco Pipó.
Vista de la Torre de la Vela. Fuente: Paco Pipó.

Visitar Granada. Siempre que vuelvo a mi tierra, lo hago con la esperanza de descubrir rincones que me den sensaciones nuevas o que hagan revivir emociones pasadas. Y en verdad, que siempre tengo algún encuentro o lugar que me de motivo para retornar a mi hogar catalán, con el gozo de un saber, que me incentiva a tener a mi tierra como en una biznaga de sentimientos vivos. Cada año tengo la suerte de descubrir algún lugar que olvidado, tiene aun el sabor perdido en el recuerdo o bien de encontrarme con un familiar o amigo con el que amenizar la memoria del pasado o la voluntad del futuro.

Este verano pasado tuve el reencuentro con mi amigo y familiar, Gerardo, estudiante de farmacia en nuestros días jóvenes y hoy un enamorado de Granada y sus tesoros aun por descubrir (es tan amigo, como familiar y nunca sabré que es primero). De manera que nos tomamos unos tejeringos en la Plaza de Mariana Pineda y después comenzamos a subir para el Realejo, San Cecilio o Campo de Príncipe o barrio del Mauror (sin los hebreos que en 1066 degollaron los musulmanes).

Ya comenzamos por quejarnos de las barbaridades arquitectónicas que rompen la identidad tan hebrea y granadina del lugar. Y llegamos a su Carmen que es un arrebujo artístico de parcelas, con edificio bien acondicionado al lugar y ajardinado en trescientos sesenta grados a la vista contemplativa, que causa envidia santificada en su contemplación. Allá tenemos a nuestra Sierra Nevada, más acá me veo a los pies de la Torre de la Vela, dos pasos más, el mosaico urbano de la ciudad con su elevación monumental de la Catedral o el edificio de la Memoria de Granada y el bloque anguloso de Caja-Granada y al final, el restante manto verde de la veguilla granadina.

Pero, acá no queda mi comentario. Es conocido en este foro de Juan Carlos García de los Reyes, los ríos de tinta que han fluido de articulistas y comentaristas, sobre el tan traído y llevado tema de la REHABILITACION DE EDIFICIOS HISTORICOS. Y por ello, hoy me dirijo a vosotros.

Dejamos su real y magnifica residencia granadina, para anunciarme la compra que hizo de un derruido habitáculo árabe del realejo. Por lo que nos dirigimos a la Cuesta de Rodrigo del Campo, avisándome que la tiene en obras por rehabilitación. Lo primero que me encuentro, es una aljibe árabe en su fachada exterior, que es el mas antiguo de la zona y único publico que aun se conserva en la orilla izquierda del Darro.

Aljibe exterior.  Fuente: Paco Pipó.
Aljibe exterior. Fuente: Paco Pipó.

Como podéis contemplar y a mi entender lo vi muy bien conservado y restaurado. Una joya. Esta emplazado bajo la vivienda original del siglo XIV, que se puede visitar en horario reducido. Presenta una fachada de arco de ladrillo en herradura sobre deterioradas impostas de piedra arenisca con moldura en perfil de nacela, cuyas enjutas aun se conservan. Los azulejos son policromados de trazado mudéjar que proceden de una restauración de 1892, es de una gran similitud tipológica con el aljibe del Trillo, es decir de la misma época. Interiormente consta de una sola nave de capacidad, con la originalidad de que sus esquinas no son anguladas y si redondeadas, todo ello bajo una sola cúpula que da cubrimiento. En 1985 tuvo que ser reconstruido en parte,  dado que se reutilizó como taller de carpintería, remodelación que efectuó su antiguo propietario, don Manuel Aguirre Soria. Así me lo explica Gerardo.

 ¿La vivienda? Pues en las siguientes fotos podréis observar las fases de rehabilitación que se han efectuado, comenzando cómo estaba al principio y el avance de obra que se esta llevando.

Patio interior, tal como se encontraba en principio. Fuente: Paco Pipó.
Patio interior, tal como se encontraba en principio. Fuente: Paco Pipó.
Estructura del tejado en principio. Fuente: Paco Pipó.
Estructura del tejado en principio. Fuente: Paco Pipó.
Alberca del patio. Fuente: Paco Pipó.
Alberca del patio. Fuente: Paco Pipó.
Vista de la reconstrucción interior. Fuente: Paco Pipó.
Vista de la reconstrucción interior. Fuente: Paco Pipó.

Con este articulo he querido participar en la querencia bien argumentada de cada uno de los artículos y comentarios, en este foro implementados. Y con ello, quiero colaborar en la fundamental directriz de un interés loable de cada granadino que amando su tierra pone su inteligencia en llevar a buen fin la identidad de nuestras señas culturales. Y no es necesario, porque así se lo he repetido en cantidad, el agradecimiento a este amigo y familiar, Gerardo Mora, que con su sensibilidad y posibilidades, es digno que yo le llame “GRAN GRANADINO”

GRACIAS

Paco Pipó