¿CAMBIARÁN REALMENTE LAS CIUDADES CON LA LLEGADA DE LOS COCHES AUTÓNOMOS?

Fuente: BBVA

Como ya habréis adivinado, no concibo la vida de un solo color y es por eso que disfruto estando inmerso en numerosas tareas y proyectos simultáneamente… ¿Es eso sensato? Según se mire, claro, pero a mí me da la vida sentir que mi vida depende de numerosos hilos de modo que si uno se deshilacha o se rompe quedan otros…

El caso es que desde hace un par de meses varios de esos hilos tienen que ver diversos proyectos de investigación en los que me he introducido apasionadamente que buscan aunar mi mirada hacia la ciudad con otras miradas especializadas de expertos en materias específicas, de cuyas conclusiones os iré informando…  Pero no es eso de lo que quería hablaros esta mañana, ¡Que me pierdo! ¡jajaja!

Hace unos días, mi apreciado Alberto Giachi (un sofisticado experto, dotado de una gran sensibilidad, y que conoce como nadie los entresijos de la iluminación en la arquitectura, en los espacios urbanos y en la ciudad misma) me mandó un artículo que reflexiona sobre “Cómo cambiarán las ciudades con los coches autónomos” que he leído con interés y que ha abierto mi curiosidad.

Y es que su autor sugiere que la llegada de los vehículos autónomos tendrá clarísimas implicaciones de índole urbanística que obligarán a replantear el diseño de las metrópolis y sus periferias:

“¿Qué efectos tendrán en la seguridad vial? ¿Qué pasará con la industria del seguro? Y, a nivel laboral, ¿qué será de todos los que se ganan la vida con un volante entre las manos, ya sea con un coche, un camión o un autobús?…

…Gran parte de las ciudades occidentales, y especialmente en Estados Unidos, están diseñadas sobre la base de que el coche es básico e imprescindible. Si a esos coches, auténticos reyes urbanos, les quitamos el conductor, ¿qué pasará con nuestras ciudades?”

El caso es que los expertos aún no se ponen de acuerdo en si la proliferación de estos vehículos autónomos (solo en la Unión Europea se calcula que habrá 27 millones circulando en 2030) vaya a ser positiva para la calidad de vida urbana.

“Los más optimistas parten de la premisa de que la generalización del coche autónomo provocará que haya menos tráfico y menos necesidad de aparcamiento y garajes, dos efectos indudablemente positivos… y circularán menos coches, pero estarán casi constantemente utilizándose para atender las llamadas de sus usuarios, que tendrán un modelo de uso por suscripción o los solicitarán puntualmente por una aplicación, como ya se hace en la actualidad con Uber, Cabify o servicios de alquiler por minutos tipo Car2Go.”

Pero esta visión optimista del futuro de las ciudades y el coche autónomo tiene un punto débil: “¿hasta qué punto es seguro que el desarrollo del coche autónomo implique más movilidad compartida y menos coches en propiedad?” porque un estudio realizado por el Instituto de Estudios sobre el Transporte de California llegó a la conclusión de que en Estados Unidos, aplicaciones de movilidad como Lyft y Uber solo habían reducido mínimamente el número de vehículos en propiedad, y además habían provocado menos desplazamientos a pie, en bicicleta y en transporte público, con el consiguiente aumento de los desplazamientos en que se realizan en coche.

Y otra de las debilidades del supuesto impacto positivo del coche autónomo en las ciudades es la necesidad de que éstas estén preparadas tecnológicamente:

“¿Pueden mejorar los vehículos sin conductor un entorno que los acoge sin la adecuada preparación tecnológica? En 2015, la estadounidense Liga Nacional de Ciudades realizó un informe con 68 urbes, incluidas las 50 más grandes de Estados Unidos, y solo el 6% había estudiado en sus planes de movilidad el impacto futuro de los vehículos autónomos.”

Preguntas sin respuestas por el momento… por eso los urbanistas debemos empezar a estudiar esta cuestión para anticiparnos al futuro.

¡Que tengáis un bonito día!

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