“Invito a quienes gobiernan a que lo hagan pensando en sus hijos o nietos”. Entrevista a Juan Carlos García de los Reyes; LCC en las entrevistas

“Noticias y Actualidad”

“Invito a quienes gobiernan a que lo hagan pensando en sus hijos o nietos”. Este es el titular con el que comenzaba la entrevista al arquitecto y urbanista Juan Carlos García de los Reyes, publicada hace unos meses en prensa, con motivo de la reciente medalla de Oro del Foro Europa, que recibió por su trayectoria profesional.

Preguntado por el reciente reconocimiento, y su andadura en la profesión, comentaba que sin duda es un “imput” para seguir desarrollándola tal y cómo venía haciéndolo hasta ahora, conjugando la excelencia y la ética, a pesar de que ese camino no siempre fuera el más fácil. La coherencia, la valentía, la reivindicación y el ser capaz de reinventarse, han sido unas de las constantes en sus trabajos, desde que hace 30 años comenzara en este mundo. Pero este premio, como él bien reconoce, “Es un premio para mi, pero sobre todo para todo el equipo que tengo detrás en Granada, Sevilla o Perú…un trocito de premio es de cada uno de ellos”.

IMG-20150619-WA0009

En la entrevista, además, tuvo la oportunidad de analizar temas muy diversos que giran en torno a la ciudad actual, al urbanismo y su visión del presente de la profesión. Su concepción del urbanismo comprometido, y su visión de una ciudad “justa”, y el saber decir “eso no es posible” siguiendo su coherencia, en vez de el “sí fácil”; es algo que sin duda ha marcado fuertemente su carácter como urbanista. Atender a las necesidades de los verdaderos protagonistas, los ciudadanos, y sobre todo a aquellos sectores con más dificultades, intentando hacer la ciudad más amable para todos, más igualitaria y sostenible. En palabras suyas “Al final el urbanismo comprometido es los que demandan los ciudadanos: que se piense en ellos”, “…en otros sitios, con ciudades injustas, como algunas en la que llevamos varios años años trabajando…somos misioneros del urbanismo”.

Respecto a la situación del urbanismo actual y el desarrollismo de los últimos años, Juan Carlos pone de relieve que “tiene mucho que ver con el cortoplacismo. Planificar significa levantar la mirada y levantarla a medio largo plazo”, cosa que no siempre, por desgracia, nuestros políticos han sido capaces de llevar a cabo. Proyectos de mejora urbana más allá de una legislatura, incluso más allá de una generación. El urbanismo, como otros muchos sectores se ha visto salpicado por la crisis, y por la renovación que de ella ha emanado de una forma u otra. “La sociedad ha aprendido que se tiene que implicar” y eso se refleja también en los proyectos urbanos, haciendo que se aborden trabajos asumibles y que verdaderamente reviertan en los ciudadanos.

IMG-20150619-WA0007

La entrevista termina con una reflexión muy simple pero a la vez cargada de objetivos y de un “modus vivendi” reivindicativo, que ha marcado y marcará su carrera: en el futuro “Me gustaría hacer lo mismo que hago ahora” “Seguir colaborando en mi ciudad, en Guadix, seguir disfrutando de mis amigos y de mi familia” “Me conformo con vivir dignamente de mi trabajo y con la vida que tengo”.

 Para acceder a la versión original impresa pincha aquí

Natalia Palomares Aliaga

Geógrafa. Área de Urbanismo de GRarquitectos

EL MODELO DE CIUDAD NO LO DECIDE UN GOBIERNO REGIONAL

«La Ciudad Comprometida»

Con esta frase elocuente quiero poner sobre la mesa un debate históricamente sin resolver: ¿Hasta dónde llegan las competencias autonómicas y donde empiezan las municipales? ¿Actúan los gobiernos autonómicos con equidad frente a los municipios en la administración de dichas competencias? ¿Están los gobiernos municipales capacitados para asumir ciertas competencias?

Y es tan necesario que las administraciones lo diriman con urgencia y con responsabilidad, ya que la crisis actual también tiene que ver con la ineficiencia de nuestro sistema de toma de decisiones,  que en el campo de la planificación urbanística alcanza seguramente las más altas cotas de ineficacia administrativa, ya que además de las cuestiones estrictamente urbanas confluyen otras de carácter ambiental, patrimonial, social, económicas, o relacionadas con infraestructuras cuya ejecución corresponde a diferentes instancias de la administración.

Por eso, como os decía, la formulación y tramitación de cada uno de los instrumentos de planificación urbanística, prácticamente sin excepción, constituye el mejor de los ejemplos sobre la inoperancia del sistema administrativo actual que alarga exageradamente los procesos, de modo que unos trámites que no debieran ocupar más allá de dos o tres años suelen alargarse casi sin excepción del orden de 10 años cuando afectan a ciudades de cierto tamaño, y solo algo menos para las más pequeñas…

Centro urbano de Madrid. FUENTE: maps.google.es
Centro urbano de Madrid. FUENTE: maps.google.es

Por  tanto, estamos hablando de un esfuerzo administrativo y económico exagerados que tienen que asumir los ayuntamientos en el diseño y en la tramitación de los planes y proyectos, pero también las administraciones autonómicas y las sectoriales que se ven abocadas a destinar porcentajes importantísimos de su personal al seguimiento de tales expedientes… ¿Y para qué? Pues para alargar y alargar los procesos sin que tengamos la menor garantía de que las decisiones que finalmente se adoptarán serán las más idóneas.

Lo absurdo y kafquiano de nuestro sistema de toma de decisiones se traduce en que la sociedad actual solo sabe aprobar cosas de manera extemporánea, frenando o ralentizando hasta hacer inviables o mucho más costosas tantas y tantas actuaciones necesarias por ser generadoras de desarrollo social y económico.

División administrativa de España.
División administrativa de España.

Después de más de 25 años de actividad profesional diversa tanto en temáticas como en localizaciones, solo me cabe sugerir/recordar desde este humilde (y comprometido!) foro:

-que las administraciones tienen que respetarse y ser leales entre sí, porque en definitiva todas ellas están al servicio de los ciudadanos… porque lamentablemente lo frecuente es que ocurra justo lo contrario. Para ello deberían institucionalizarse  mecanismos ágiles y eficientes de coordinación.

– que las de mayor rango, esto es: la estatal, las autonómicas y las sectoriales, deben respetar y tratar con responsabilidad a los ayuntamientos municipales, estableciendo mecanismos de concertación y de diálogo que simplifiquen los trámites y que permitan avanzar en la búsqueda de soluciones compartidas y nunca impuestas, que es en definitiva lo que necesita la sociedad.

– que dicho espíritu de colaboración debe entenderse de la misma manera desde lo local hacia arriba, evitando esas actitudes demagógicas lamentablemente tan frecuentes que no hacen sino bloquear actuaciones de interés general que trascienden de los localismos.

– que por parte de todos los niveles de la administración, pero sobre todo en la autonómica, se delimite claramente la distribución interna de competencias, evitando la superposición actual de responsabilidades o la pugna interna por intervenir en numerosas cuestiones.

– que al mismo tiempo se haga el máximo esfuerzo por delimitar las respectivas responsabilidades de cada administración, en la esperanza de que cada vez más los ciudadanos sabremos exigir responsabilidades a nuestros representantes por su gestión.

– que se revisen profundamente los procedimientos de formulación y aprobación de planes y proyectos  de modo que municipios, autonomías y, cuando proceda, gobierno central, dispongan de un órgano único de interlocución que garantice la coordinación interna  pero que al mismo tiempo aporte de dicha administración. Por deberían extenderse los modelos de «ventanillas únicas» o «comisiones interdepartamentales».

– que las administraciones sectoriales o temáticas deben responsabilizarse en desarrollar sus  normas, bien a través de reglamentos legislativos, bien  mediante criterios técnicos trasparentes y precisos, de modo que tanto los municipios como los ciudadanos sepan de antemano a qué atenerse al respecto, lo cual constituye además una saludable y democrática práctica que garantiza el rigor y la trasparencia en la toma de decisiones y la eficacia de los procedimientos.

– y, cómo no, que avancemos en la lucha contra el sectarismo político que hace que sean los colores y no los argumentos, las necesidades o las razones los que hagan de las diferentes iniciativas que sean buenas, viables o prioritarias… o justamente lo contrario. Porque ni es eso lo que la sociedad demanda, y mucho menos en una situación perversa, critica y angustiosa como la que ahora vivimos, en la que necesitamos del máximo concurso social, del máximo apoyo colectivo y de la máxima cohesión y consenso político para elegir, para decidir como deberemos intervenir en nuestros barrios, ciudades y territorios.

Pues bien, como es decía, esta frase que he elegido como título ha sido extraída de una reciente entrevista al arquitecto andaluz Juan Miguel Hernández León, (Enlace), catedrático y especialista en temas patrimoniales, con motivo de una absurda polémica generada entre el gobierno regional de Madrid y el ayuntamiento de la capital, que les impide ponerse de acuerdo y decidir juntos lo mejor. Pero situaciones de abuso, de prepotencia, de superioridad o de irresponsabilidad desde todos los niveles y entre todos los colores podríamos citar… ¡Uf! ¡Cuantas podríamos citar!

Juan Carlos García de los Reyes, Director de GRarquitectos