Me sorprende en Sevilla, donde dirijo un curso para jueces sobre los retos de las nuevas tecnologías, la noticia de que el Gobierno pretende dispensar la ‘píldora del día después’ líbremente en las farmacias. No hará falta llevar receta y me dice Carlos Morán, que me ha llamado para preguntarme por el asunto, que el Gobierno no ha puesto límite de edad. Es decir, que se podrá dar a los menores. Lo primero que tengo que decir es me parece una barbaridad. Y lo segundo, que para hacer eso tienen que modificar la legislación actual, que dice que una menor de doce años “o menos” no “es capaz ni intelectual ni emocionalmente de comprender el alcance de su actuación y sus consecuencias, por lo que precisa el consentimiento de sus padres, tutores o representantes legales”.
Entre trece y quince años, debe ser un médico el que evalúe la “madurez de la menor y, tras ello, decidir si, según su criterio posee la madurez suficiente para comprender el alcance del tratamiento”. Si el médico considera que la chica en cuestión sabe lo que hace, no es preciso avisar a los padres.
A partir de los 16 años, ya se considera a la joven “como una persona autónoma capaz de tomar decisiones en todo cuanto a su salud se refiere”.
Resumiendo, que límites hay. Y aún no se han quitado. Para mí sería una barbaridad hacerlo, ya digo. Saludos.
madre mia, que locura pretende el gobierno socialista; ¿esa es la manera de ganar votos para las europeas? porque yo creo que el resultado es el contrario
Sinceramente creo que el gobierno está perdiendo el norte. Los menores son menores para todo, tanto para que los padres nos responsabilicemos de las consecuencias de sus actos, como para necesitar nuestro consentimiento para someterse a un aborto o tomar la pildora del día después.
Este gobierno aprueba leyes y medidas a tontas y a locas sin pensar en nada. Vaya una política social que nos proponen. Una niña necesita autorización de sus padres para ir de excursión al pueblo de al lado, pero para abortar y tomar píldoras que ni sabe qué son (por la edad que tiene) y no pasa nada. Así vamos
Se podrían haber limitado a «liberar» las dispensación para adultos, como ocurre hasta ahora con los anticonceptivos normales. Yo, lo que me pregunto, es que si entre los 16 y 18 pueden actuar de manera autónoma, y de 13 a 15 según la evaluación del médico de su grado de madurez (a mi ni en la carrera ni en la residencia me han enseñado a hacer eso, y no creo que sea mi función), es por qué no se le da también en otros campos: en la escolarización, en la posibilida de votar, de trabajar, de emanciparse,… De hecho, sugeriría que en otros casos no se otorgue la mayoría de edad ni tan siquiera cuando cumplen los 30.
Es que, precisamente, (y creo que ya se ha hablado aquí también de ello), quizás lo que habría que hacer es posponer la mayoría de edad, por el grado de «inmadurez» que tienen hoy con 18 años, y su – cada vez menor – número de responsabilidades a estas edades y en muchas ocasiones…
Todas estas medidas (píldora día después, aborto, «comercio lúdico» con menores, permisividad e irresponsabilidad públicas,…), dan una sensación tremenda e irremediable de vértigo y total desconfianza en las Instituciones y en los que están al frente de estos y otros temas públicos. Además, de mostrarnos lo que realmente hay en el trasfondo de todo (o, por lo menos, lo que no hay). Lo dicho, a veces es desolador.
Un saludo.
Creo que el estado se está pasando. Más que proteger a los ciudadanos y darnos las claves de la libertad, nos está haciendo esclavos de sus barbaridades.¿Es realmente verdad que mi hija de 14a puede ir a comprarse una de estas pastillas?. ¿Quién nos prtege de estas salidas incomprensibles?¿Tan poco valemos los ciudadanos?
La referencia a la cuestión legal me ha recordado al asunto del aborto.
Que pretenden los políticos que una niña de 16 años pueda abortar sin el consentimiento de sus padres, pero que sin embargo a los médicos, por lo que tengo entendido, la legislación actual les obliga a exigir el consentimiento de los padres para operar a menores de edad.
Estos legislan al descompás…
Para hacer estas cosas, tendrían que consultar, además de con médicos (y por lo que veo, juristas), con pedagogos y profesores de instituto, a ver qué opinan ellos que hará una menor ante esta «luz verde»…
Vale, esta entrada es sólo una opinión. Pero para opinar con propiedad conviene informarse más. Y leer cosas como esto:
«La anticoncepción de emergencia es segura. Cualquiera puede usarla. No tiene contraindicaciones con ninguna enfermedad ni interacciones riesgosas si se usa junto con otros remedios. De hecho, en la mayoría del mundo se vende libremente sin receta en farmacias, como se vende el paracetamol, porque no es peligrosa para la salud.
La anticoncepción de emergencia no es abortiva. Si la mujer la toma antes de haber ovulado, funciona impidiendo que ocurra la ovulación. Así, el óvulo queda encerrado en el ovario y no puede encontrarse con el espermatozoide. Cuando la mujer la toma después de ovular, se embaraza de todas maneras»
O sea que en este país, en el que aún persisten las secuelas de una moral implantada por la dictadura franquista y auspiciada por la Iglesia durante 40 años, nos sorprende tanto algo que es normal en la mayoría de países de nuestro entorno sin que haya aumentado en absoluto el uso de dicha píldora.
Saludos
Totalmente de acuerdo contigo, Alfredo.