Buenas, soy Emilio Calatayud. Un hombre ha matado a golpes a sus dos hijas, de siete y nueve años, en Asturias y luego se ha suicidado. Lo primera pregunta que se hace cualquier persona es: ¿por qué no se suicidó y dejó a las niñas en paz? Hace muchas años que soy juez y he visto de todo. Los jueces, como los policías o los médicos, tenemos una coraza, pero sucesos como este de Asturias pueden penetrar esa coraza. No hay explicación que valga. Es la prueba de que el mal existe.
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