Buenas, soy Emilio Calatayud. Me comenta una madre que su hija come muy mal. Que sólo quiere ‘macfurris’ y cosas así y sale corriendo ante un buen guiso. Para este problema hay dos soluciones que muchos de vosotros ya conoceréis pero que nunca está de más recordar. Los padres preconstitucionales, mismamente yo, ponemos un plato de sopa al niño, y si no quiere la sopa se merienda la sopa, o se la cena, pero a las diez de la noche la sopa está tomado.
En cambio, los padres posconstitucionales , que están puestos en las corrientes psicoevolutivas y tal, dialogan con el niño y tratan de hacerle comprender que si no se come la sopa puede entrar en un periodo de anorexia dañino para su salud, pero que él decide. Y claro que decide: no quiere la sopa. Entonces el padre posconstitucional tira la sopa a la basura y le hace un filete con papas fritas.
Cada cual que elija el camino que prefiera.