Jesús Lens

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PROXÉMICA

Otra entrada sobre palabros, como aquella de la procrastinación que tanto juego nos ha dado. En este caso, se trata de la Proxémica, «ciencia encargada de de estudiar el uso y percepción del espacio social y personal».

 

Que así explicado no queda muy claro, pero que se refiere a esa sensación de incomodidad que nos asalta cuando tenemos que entrar en un ascensor atiborrado de gente o a las ganas de partirle la cara a ese sujeto que, nada más verte, te enlaza por los lomos y se pone a darte palmaditas en los michelines, parte del cuerpo de un hombre con tendencia a acumular grasa y a temblar como la gelatina al más mínimo contacto.

 

Marcar territorio.

 

Por mucho que digan que el saludo entre hombres, dándose un apretón de manos, tiene que ver con la época en que los humanos llevaban armas y que tal gesto era una muestra de confianza… la verdad es que, por lo general, somos reacios a los sobeteos con los desconocidos. Y, muchas veces, hasta con los conocidos. Y por eso, el chocar las manos o un sencillo abrazo viril nos resultan más fáciles de asimilar que los besos, las carantoñas y los largos abrazos acariciadores.   

 

Nos gusta que nos respeten ese espacio personal que, se calcula, es de más o menos un metro. Y es que, según los entendidos de la Proxémica, eso de que, cuando eres bebé, te obliguen a rular de brazos en brazos, sufriendo todo tipo de arrumacos, besuqueos y achuchones, sin que nadie te pida opinión, termina marcando.

 

Por eso, en China, no conseguía acostumbrarme a la ausencia de ese espacio personal. Allí, lo normal, es ese rozamiento continuo con los demás, choques, golpes, tropezones. En África, sin embargo, el contacto, siendo también habitual, es más cordial, más cálido… Todo lo cual, conste, no digo yo que sea ni bueno ni malo. Sólo digo que resulta extraño, cuando no estás acostumbrado.

 

Proxémica.

 

¡Ay que ver de lo que se entera uno!

 

Pregunto: ¿Os gustan esas personas generosamente sobadoras, cordialmente invasivas, cercanas y acariciadoras o, más bien, sois de los que os molesta que os okupen el espacio personal, esa burbuja invisible de individualidad en que nos encontramos cómodamente instalados?

 

Jesús Lens, proxémico.         


Comentarios

24 respuestas a «PROXÉMICA»

  1. Hermano, yo soy de los cariñosos. Me acabas de dejar planchado…

  2. ¿Yo? Pero si yo no juzgo. Yo sólo expongo una teoría. Yo reconozco que a fuer de insistir, cada vez soy más cariñoso.

  3. Yo soy algo arisca pero si «te toca» un marido sobón y un hijo más sobón todavía, no tienes más remedio que acostumbrarte o sucumbes :).
    De todas formas evito ponerme en el centro del sofá, así tendré al lado sólo a uno :).

  4. Avatar de arodriguez
    arodriguez

    la verdad es que ando entre dos aguas, jesús, una es impuesta por la recelosa sociedad, tu me entiendes, y otra, la personal, en la que me siento agusto pero en la intimidad. tb me entiendes.

  5. Avatar de El Foces
    El Foces

    edad, sexo… todo influye, lo xodío es el «cacheo»……. en profundidad.

  6. A mí me agobia que traspasen mi espacio personal, me incomoda cuando me hablan cerca y no dejan de tocarme, y lo de las carantoñas y muestras excesivas de cariño no las soporto… aunque en ocasiones «especiales» sí las tolero y las reclamo jijiji.

    Besillos.

  7. Avatar de Quiconusco
    Quiconusco

    Muy cierto, hay gente que te incomoda con su presencia. También los hay que te incomodan con su hablar a grito pelado como si no hubiera nadie más en el autobús, el metro o en la tienda.

  8. Uffff! ¡A mi no me molesta demasiado el sobeteo mientras no sea exagerado, lo que realmente me molesta es sentirme obligado a sobar si no quieres dar la nota!
    Cuando vives con los franchutes a esto de los sobeteos es un poco complicado a acostumbrase. Aquí los hombres se dan la mano una vez al día. Vamos que si ves a un colega de trabajo todos los días, le tienes que chocar la mano cada los día (aunque sea tu hermano!). Si un viernes entras en una reunión de trabajo con 10 personas, le tienes que chocar la mano a las 10 aunque les hayas visto el lunes, martes, miércoles y jueves. Al llegar por la mañana al trabajo tienes que empezar a hacer tu check-list de los que has chocado la mano porque si se te olvida uno…(mala cosa) y si le das la mano una segunda vez al mismo … ¡ muchos no te la dan ! – “Ya nos hemos visto hoy”- dicen … y [para algunos] es una falta de respeto (¡los has olvidado!).
    Haces estrategias como llegar el primero y así la gente viene después de ti pasa a verte para darte la mano… sino… te toca a ti ir detrás de la gente chocando manos. Insisto a … con los que trabajas 365 dias.
    Si eres chica … agárrate y no te sueltes … porque con los amigos de confianza te tocan besos en lugar de de chocar la mano ¡ todos los días! ……..y dependiendo de la región se dan 2, 3 o 4 besos!!!!
    Nunca me acostumbraré. A me tienen por bicho raro del otro lado del Pirineo porque levanto la mano y digo – Hola todo el mundo- cuando hay más de 3. (Hay quien no me lo perdona).

  9. Jesus, mis alumnos te contestarian por mi, ya que yo siempre les digo «¡Espacio vital, por favor!, ya que tienden a hablarme a escasos centimetros..y normalmente con tono elevado…

    En otros ambitos no me fio mucho de los «abrazadores/as» compulsivos. Quizás sea frio o seco…creo que el afecto llega poco a poco, asi que no me van las «demostraciones gratuitas». Ahora, una vez hay afecto: a abrazarse todo el mundo!!!jajaja

  10. Claramente y sin inhibición alguna me sitúo en el lado de los huraños, paradójicamente. A sabiendas de que es, en muchísimos casos, un defecto y una cualidad poco sociable, no me gusta, es decir, repudio que me soben, me cojan, agarren, me rocen, me suspiren, me soplen, me echen el aliento, me pisen… El simple roce rodilla con rodilla en el autobús me irrita… Eso sí, hablo de desconocidos o de poco conocidos. No puedo con la gente que de primeras invade tu propio territorio, cuando de repente te ves sujeto del brazo por un/a tipo/a que, además de no soltarte, te cuenta jocosamente una confidencia cada vez más cerca de tu oreja: ¿pero qué se ha creído? Yo tengo, de modo perenne, a mi alrededor una línea imaginaria que defino como mi «propio oxígeno», y de nadie más. Suena excéntrico, pero yo, en el proceso de conocer a una persona, necesito unos pasos meticulosamente jerarquizados, ¡Y no me gusta empezar sobándome con nadie!

    Precisamente reflexioné sobre esto hace unos días, tras salir de un atestado ascensor de hospital, y leer el suplemento de El País, jeje.

    ¿Esa «k» furtiva es producto de una implicatura?

    Un abrazo

  11. Avatar de Paco Montoro
    Paco Montoro

    Me gustan los abrazos y apretones de manos. Un abrazo Jesús

  12. Yo soy otro tipo raro que por un lado me encanta el abrazar a un conocido o estrechar la mano. Lo que no hago es echarle el brazo por lo alto, más que nada, porque no llego.

    Pero el sobeteo por sobeteo, no lo aguanto. De ahí viene el entrenar duro día a día: para poder huir en caso de emergencia sobeteadora.

  13. El País Seamanal de este domingo matizaba también este asunto. ¿Por qué en unas ocasiones necesitamos el acercamiento de nuestra getne y en otras el acercamiento parece una invasión? Maldita Proxémica…!
    Rigoletto

  14. Yo cada vez soy menos proxémico y acepto esa okupación que siempre me ha fascinado, Javi.

    Pero digo una cosa: sea abrazo, choque de manos, palmada en la espalda (las cojiditas no me gustan, y aquí veo a los argentinos partidos de risa), sean dos o cuatro besazos, se trate de hombre o mujer… ¡¡¡¡¡que sean contundentes y con poderío!!!!!

    Los melindres no me gustan

  15. Pobre Sólido, con lo despitado que soy.,.. me convertiría en un terror social

  16. Avatar de Carrasqueño
    Carrasqueño

    La proxémica no es que guste más o menos, es una “regla biológica” que te indica cuando otro individuo de la especie está invadiendo el espacio que tu inconsciente atávico tiene establecido, por eso varía de unos a otros; al ser un elemento “cultural”, cada cultura establece los suyos.
    Ahora se nota mucho menos, porque hay una uniformidad cultural más generalizada, pero hace unos años era evidente que un señor criado en un cortijo necesitaba más espacio en su entorno para “poder vivir”, se ahogaba cuando no era así.
    Igual ocurre con sus primas hermanas la cronémica: el de ciudad es de diálogo más conciso; el del campo tiene su pachorra y para llegar a decir algo tiene que dar el rodeo que su cultura le ha establecido. La quinésica la usamos constantemente y va con la evolución de la cultura: con el puño cerrado si estiramos el pulgar y meñique, acercándonos a la oreja, estamos diciendo teléfono.
    En fin, es un tema precio el del lenguaje no verbal, que entra en juego instintivamente.

  17. Muy interesante entrada, Jesús.

    Por mi parte, me debato entre el rechazo absoluto del sobeteo indeseado y la necesidad de muestras de afecto deseadas. Según quién y cómo.

    Saludos.

  18. Avatar de eltercero
    eltercero

    Yo soy más bien frío en general. Pero cuando tengo cariño me pierdo. Me gusta que cuando me den la mano, besos o abrazos, sienta el calor de la mano, de los besos y de los abrazos. No me gusta la proxémica, se mete con mi espacio vital

  19. Respecto a los abrazos, escribí hace mucho sobre lo alientnates que resultan los abrazos de las mujeres, que por pudor y por preservar el contacto de sus pechos, hurtan el cuerpo, mientras que cuando dos tíos se abrazan hay toda una búsqueda de contacto afectuoso y sin melindres.
    Rigoletto

  20. Tú venga a enseñarnos palabrejas que ya no podremos olvidar, jeje.

    Cuando es gente q no conozco, me incomoda que invadan mi espacio personal. Con los que quiero, soy yo la invasora total. Demasiado empalagosa, como dice mi familia. Mi madre, por ejemplo, cuando me ve aparecer por la puerta con los morros preparados y los brazos abiertos, sale huyendo. Y no es coña, palabrita.

    Buenas noches!

  21. Avatar de rodolfo

    Sin reir, los argentinos en gral. solemos darnos mas besos que apretones de mano. la mano es para quien recien conoces.
    Ojo! con la alitosis no te arrimes a menos de 40 cm. porque se pudre todo.
    Besos, besos, besos y muchos Abrazos desde Culismundis.

  22. Jajajajaja. Mola esto de los palabros. Melindres… los justos. Hay que ser directos y contundentes en los afectos, lo que no es sinónimo de ser abrazadores prefesionales… ¿o sí?

  23. Avatar de Carolina O.
    Carolina O.

    Esta muy bueno… y era justo lo q estaba buscando, gracias
    xauu

  24. […] de unos días volveremos a hablar de uno de esos palabros que, como la Serendipia, la Proxémica o la Procrastinación, resultan tan curiosos como estimulantes. ¿Qué palabra es? Volvamos a los […]

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