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CON EL PERO EN LA BOCA

Antes de la columna del viernes de IDEAL, una noticia trágica. ¿Recuerdan una Entrada dedicada a las Maras y las bandas centroamericanas, «La vida loca»? Pues anoche mataron en El Salvador a su director, el español Christian Poveda, asesinado presuntamente por los mareros…

 

Y ahora sí. ¿Nadie se preguntó la razón por la que escribía los PEROS en mayúsculas en la duda / pregunta que era la entrada «Triste y solitario, ese final»? Aquí, la razón. Recordando, gracias al Foces, que hace unos meses escribimos otra columna sobre Peros, aunque en otro tono totalmente distinto.

 

Tengo un amigo que trufa las conversaciones de continuos peros, hasta el punto de que nuestras últimas conversaciones me han resultado de lo más frustrante y empobrecedor. Por su culpa. Por culpa de los peros.

 

Este Pero sí que mola... A persar de todo, te quiero.
Este Pero sí que mola… A persar de todo, te quiero.

Hay peros que, bien utilizados, son constructivos y creativos. Escuchas una buena idea, un buen proyecto, pero le encuentras algún filo que se puede matizar, que se puede mejorar. Y lo apuntas. Para hacerlo crecer y contribuir a su mejor fin. Para que llegue a buen puerto.

 

Pero, por lo general, la gente que usa y abusa de los peros no tiene ese objetivo. Muy al contrario, usan los peros con una enorme carga de negatividad a través de la que consiguen dos cosas: o bien bloquear las iniciativas de su interlocutor o bien quedar por encima de él, en un ejercicio de soberbia más o menos (in)consciente.

 

Este segundo caso suele darse con las felicitaciones y las enhorabuenas. Tras unas palabras elogiosas, nada como un buen pero para ponerte en tu sitio. «Enhorabuena. Un gran trabajo, pero…» Ahí está. La superioridad. El tonillo de suficiencia. La reconvención. Tu interlocutor ha cumplido más que de sobra con la felicitación, pero esa condescendencia te deja entre hundido, picado y mosqueado. Sinceramente, si viene acompañada de un pero, se podrían ahorrar la felicitación.

 

Único "pero" que vale en una felicitación
Único

Y luego están los peores, los peros castradores, bloqueadores y profundamente negativistas. ¿A que se ha encontrado con muchos de ellos a lo largo de su vida, tanto personal como profesional?

 

Planeas un viaje, con toda tu ilusión. Lo preparas, lo diseñas y, cuando lo expones a tu familia y/o amigos, lo cargan tan de peros que prefirieres irte a Marina D’Or antes que poner un pie en el avión de turno. O en el trabajo, donde se supone que tienes que estar implicado y ser creativo e innovador. Se te ocurre una idea, la estudias, te documentas, preparas una propuesta y antes de haber terminado de exponerla, ves cómo tus supuestos compañeros le meten una buena batería de peros, con el fin último de que no sea siquiera atendida, escuchada o tenida en cuenta.

 En todos sitios cuecen habas

No sé si hay algún estudio que vincule la mala follá a los peros. Pero debería haberlo. Y, si no, encargarlo. No creo que haya una palabra que nuestros políticos usen con tanta sibilina habilidad como el pero, siempre con el ánimo de cargarse cualquier propuesta, idea o proyecto que no haya salido de sus cabezas ¿pensantes?

 

¿Hace cuánto que no hay un sólo acuerdo entre los dos grandes partidos locales sobre cualquier tema que afecte a Granada? Estos días, por ejemplo, con relación al Festival de Rock del Zaidín, todo son peros. Todos quieren que continúe, pero no tienen ni repajolera idea ni de cómo ni de dónde. Casualmente. Y así, de pero en pero, terminará por desaparecer, como el Womad o el Espárrago, de entrañable recuerdo.  

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.


Comentarios

18 respuestas a «CON EL PERO EN LA BOCA»

  1. A mi modo de ver, por lo general los peros suelen encerrar cierta carga de envidia y frustación por parte de quien los usa, jodido por no ser él capaz de engrendar nada más que el consabido pero.

  2. En general, «butman» es un frustado tocapelotas, pero no me gusta generalizar, asi que seguro que hay de todo, personas constructivas y tocapelotas (o tocavaginas)

  3. Más o menos coincidimos en que tanto «pero» algo encierra, y no generalmente para bien. Es que es de un negativismo tremendo.

    Mir, lo de Butman, de lujo.

  4. Pero la vida sigue, amigo Jesús.

  5. Avatar de JOSE ANTONIO
    JOSE ANTONIO

    Me he encontrado con muchos peros así en mi vida. Y he optado por contar mis ilusionantes proyectos con cuentagotas, lejos de nefastos agoreros, esos que ni crecen ni dejan crecer ¿No estamos en la tierra del pero?

  6. Paton, tu sacaste hace un tiempo un post sobre el PERO… o estoy yo memo perdío…?

  7. Que me gustó mucho….

  8. A mi lo que me xode del PERO es el «que si, que si» anterior.

  9. Foces, gracias por recordarla. Ahí la he puesto, al comienzo del artículo. En ests caso, lo malo de los peros es lo que viene después.

    José Antonio, eres sabio. Cuanto menos se hablen de esas cosas que nos ilusionan con los Butmen que decía Mir, mejor para todos.

    Je, la vida sigue, pero podría ser más bonita sin los peros 🙂

  10. No te pienso poner ni un solo pero: el artículo está bien enfocado, es original, se lee bien, es ameno, engancha, ahora bien…
    Rigoletto, sin peros

  11. Avatar de Jorge Alberto (BsAs)
    Jorge Alberto (BsAs)

    Muy bueno Jesús! Estimo que su utilización es una manera de dejar siempre una puerta abierta para negar lo que se ha dicho antes, muy usado coloquialmente y sobre todo en el periodismo escrito.
    Vale decir una manera de no afirmar el todo de una idea, no jugarse con una opinión definitiva, sino que dejar a mano un «pero» para huir de cualquier atolladero…o dejar malhumorado a quién se lo ha destacado en algo.
    Realmente resulta bastante desagradable su uso, pero, a lo mejor no importa tanto…(ja,ja,ja)

  12. vaya, vaya ¿dónde hemos dejado la autocrítica?

    muchos peros en la vida están muy bien puestos… claro, todo en su justa medida.
    Aunque duelan o fastidien, ayudan a la reflexión; cuando humillan ya es otra cosa…
    Pero… (lo dejo en sus manos)

  13. Aborresco los Pero, especialmente cuando critican con mala leche.

  14. ¿Pero qué pasa? ¿pero qué invento es esto?

  15. El «pero» es una forma sutil de decir «no».

  16. ¿Algo parecido al metafórico «tenemos que hablar»?

  17. Pero Silviña, es que esos Peros son distintos y creo que son muy distintos unos de otros ¿no?

    Jorge, de esos «peros» eran de los que hablaba en aquella otra columna que está ahí reseñada, los que sirven pata justificarlo todo. O casi.

  18. maras se respetan donde sea yo del ecuador mara hasta la muerte

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