Hace unos días me decía una compi de trabajo -y sin embargo amiga- que, a través de las entradas de estas semanas estaba descubriendo a un Jesús que no conocía, a una persona con una sensibilidad que no se le adivinaba en el trato cotidiano.
Dejando aparte el hecho de que mi compi parecía verme como a un cacho de carne con ojos está claro que esto de escribir sirve, también, para mostrarnos un poco más como somos en realidad, más allá de las charlas de ascensor, las conversaciones de café o los minutos robados al horario laboral. Porque no es fácil conocer realmente a una persona, más allá de las apariencias y las referencias externas. Con esta vida acelerada que llevamos, no resulta sencillo conocernos en profundidad.
Podemos especular sobre una persona por cómo viste, por sus aficiones y por quiénes son sus amigos, tal y como veremos dentro de muy poco. Pero todo ello son factores exógenos a la persona. Es la apariencia. La cáscara. Y lo más difícil, siempre, es desentrañar lo de dentro.
Y lo de dentro son las vísceras… y la sensibilidad que las rodea.
Decía Balzac que «los seres más sensibles no son siempre los seres más sensatos». Una verdad como una catedral de grande. Es un lugar común, en novelas y cine, mostrar a esos personajes que, dotados de una especial hipersensibilidad, más que como tímidos irrecuperables, se comportan como auténticos energúmenos sociales.
Pero no hay que llegar a esos extremos. Todos tenemos nuestro corazoncito. Hasta las personas más aparentemente gélidas, trozos de hielo desprendidos de los grandes témpanos de la Antártida, pueden bullir por dentro.
Lo que pasa es que, siguiendo al gran Leonardo Da Vinci, «donde hay más sensibilidad, allí es más fuerte el martirio». Y que, pareciendo invulnerables, pétreas y coriáceas, hay personas que intentan protegerse a toda costa, evitando el martirio y el tormento de que su especial sensibilidad se vea afectada o alterada.
Sí. A mí me gusta expresarme a través de las palabras. Pero, principalmente y sobre todo, de las escritas. Si no, ¿qué sentido tendría esta Bitácora?
Porque detrás de una pantalla, como si fuera un cristal blindado, uno se siente más fuerte, más seguro, más invulnerable. Y por eso lo que aquí se escribe, aquí se lee, aquí se comenta y, por supuesto, de aquí no sale.
La otra parte, la que está ahí fuera, ese tipo de cerca de dos metros que anda tomando café, jugando al baloncesto, saliendo a correr o tomando unas cañas; siendo el mismo, es distinto.

Ojo.
No es Otro. Sencillamente, ahí fuera, muestra otra sensibilidad. O, quizá, como mi compi parecía insinuar, lo que muestra es una cierta ausencia de ella. Pero en realidad y como nos pasa a todos, aunque contradigamos a la famosa serie de televisión, ¡la verdad está aquí dentro!
Jesús Lens… ¿sensiblero?
Comentarios
29 respuestas a «SENSIBILIDAD»
!cada persona es un baul! «mundo», nombre que, antiguamente, se le daba a un baul… le cabia todo.
jesús y su corazoncito. pues claro que sí, la sensibilidad no esta reñida con dos metros de altura y no sé cuantos kilos, a más masa más sensibilidad ¿no?
Una persona sensible no necesitará que desnudes tu alma en cada frase para para ver que grado de sensibilidad tienes.
Sentido y sensibilidad
Razon y pasion
Me parece muy acertada tu reflexión Jesús. Ocurre muchas veces que quien más frío se muestra, más suceptible resulta.
No es desnudarse en cada palabra, realmente. Es, de vez en cuando, decir eso de «Estoy aquí». O «Yo soy este, además de ese y aquel»
Gracias amigos, porque en serio que hay quién piensa lo del Cacho Carne con Ojos
Qué pena!!
… que como es UNA compi y tu eres CARNE Y OJOS… pues… «ponle ojitos»… a lo mejor cambia de opinion.
.. es que eres muy ASCETA…
Kaperusita , ¡que bonito y que verdades !!!!!
Por supuesto Álter, escribir es una terapia. Y quizá la mejor manera de conocerse a si mismo. Conócete a ti mismo, se leía en el frontispicio del templo de Delfos.
Hay que ser sensible…aunque te hagan daño, pero hay que ser sensible, porque te enteras de más cosas, percibes más, sientes más.
La insensibilidad puede ser una defensa, una coraza que aisla y separa ¿no?
Una persona sensible puede que sea herida más veces, pero eso mismo hará que se doble como si de una espiga se tratase golpeada por el fuerte viento, en cambio un corazón insensible, a la primera de cambio, por ser duro, se quebrará como si fuera un roca despeñándose. La facilidad que se tenga para encajar los golpes de la vida, dependerá de las veces que nos hiera y no siempre será queriendo, que eso es otro cantar.
Gracias Colin:)
ojo, que la coraza no significa que la persona no tenga sensibilidad, sino que la protege, la disimula, la recubre de espinas, como los cactus, cuyo interior es tan jugoso y tan especial, sobre todo por el hostil entorno en que vive, por sus especiales circuntancias, que tiene que protegerse.
Discrepo Jesús, si se tiene sensibilidad dificilmente se puede ocultar, otra cosa es que se creen mecanismos de defensa, pero siempre acaba aflorando. Una sensibilidad oculta es una carcel para uno mismo (modesta afirmación de una servidora)
Claro que acaba aflorando, pero cuesta mucho más conseguir que lo haga. Efectivamente, la coraza, las espinas, son un mecanismo de autodefensa.
Es como el que se ríe de su propio defecto para neutralizar las bromas pesadas de los demás.
Pues yo creo que es el mismo, y no otro (ni siquiera distinto) el cacho carne con ojos que escribe, habla de sentimientos, polemiza con la política, nos regala reflexiones cinéfilas, sale a correr, juega al baloncesto o toma unas cañas. El mismo: somos la pulpa del cactus, en distintos escenarios, pero somos la pulpa del cactus.
(Hace tiempo que no me fijo en fachadas sino en vecindarios)
Exacto, pero duele, y eso no evita que si lo niega crea una carcel propia donde se impide así mismo aceptar su «defecto» y por consiguiente ser feliz pese a ello. Yo soy partidaría de vivir tal cual sentimos, pero claro, es solo mi decisión personal:)
Kaperusita, creo que el ejemplo que he puesto no es equiparable. Yo creo que la vida, en muchos casos, nos obliga a ser más duros de lo que nos gustaría. Por eso nos recubrimos de la coraza y nos salen espinas… En muchos casos, además de necesario, es casi obligatorio. Involuntario.
Bueno, es una decisión, estoy de acuerdo, pero eso no evita que discrepe, de todas formas sigo diciendo que para una persona sensible, no hace falta que te muestres por completo, siempre apreciará tu fondo. Para mi particularmente quedó claro que lo eras cuando al empezar a entrar leí tus baños en el mar con tu hermano, solo alguien con una sensibilidad especial podía relatarlos con ese cariño; ahora, hables de política, de la lista de la compra o del sexo de los caracoles, sé que eres una persona sensible, y lo mismo puedo decir de muchas respuestas que he leido de otros participantes, tampoco hay que indagar mucho, creo que los que pasean por aquí son sinceros y eso facilita mucho la tarea, ¿no crees?
Cierto. Pero que conste que esto no es un strip tease integral. El pudor me lo impide. Y que seguiremos en la medida en sea interesante para los demás. Y eso supone que participéis y aportéis.
Y bienvenida sea la discrepancia!
Por cierto, según las personas, dejo que penetren más o menos en los distintos círculos que me conforman como persona.
Y no es fácil, créeme.
Nunca es fácil pero todo nos ayuda a crecer como personas, hasta esta discrepancia ha servido para que este post no pase inadvertido, así que prueba superada:D
Pues sí. Que daba penilla. Mañana tenemos programada una de amigos. A ver si da tanto juego. lo que pasa es que me salió tan larga que la he tenido que trocear.
Foces, créeme que en este caso, no aplica.
Además, tened en cuenta, como dice José Antonio, que para algunos, escribir es pensar. Y estos ejercios son buenos para aprender a conocernos un poco mejor.
Por eso estoy poniendo el acento, sobre todo, en características positivas, de construcción de la personalidad, más que en las destructivas. Dejando aparte el Rencor, claro.
Mañana, nos vamos de amigos ¿de acuerdo?
Vale, yo invito a la segunda ronda;-)
Silviña, somos la pulpa del cactus, pero en según qué momentos y foros, sacamos más las púas pinchosas o las dejamos más recogidas. Y eso nos hace parecer más o menos agresivos, claro…
Pero coño, Jesús, si derramas sensibilidad por cada poro! No te engañes: SE VE (y se ve bien, lo siento).
A tu compi del trabajo mándala a una graduación de vista o de tacto, o de oído… de lo que quieras.
Lo siento, pero se te ve (no sólo intuye)… y bienvenido sea!
Kaperusita, comprometida queda
Silviña, eso es que tú me miras con buenos ojos. Y que tuvimos ocasión de conocernos en una situación y un contexto muy especiales, con mucho tiempo para conocernos y descubrirnos. Y en unas condiciones que invitaban a estar especialmente receptivos.
Eso, y que me miras con buenos ojos. Otra vez
Cierro por hoy. Me voy a la cama. A leer «Burlando a la parca·. Toda una declaración de principios.
Buenas noches. Y nos vemos mañana… ¡de amigos!
Uy no, Jesús, no te equivoques.
Nada más lejano que regalar la oreja por mi parte! No niego que el entorno maliense diera para descubrir muchas cosas, claro que sí, mágico, entrañable, envolvente,… (uf, qué maravilla) pero es que además, lo transmites, quizá tú te creas bien acorazado, pero SE VE, amigo Lens, no lo puedes ocultar (ni debes hacerlo, en mi modesta opinión).
Bicos
Que va. Yo no me acorazo. Soy como soy. Más expansivo por esta vía, muchas veces, que por la normal. Más cercano. Es una forma de autoprotección, también. Pero no de acorazamiento.