Dos ausencias notables, y muy comentadas, en la manifestación del pasado sábado que exigía el restablecimiento de las conexiones ferroviarias en Granada. A ellas me refiero en mi columna de hoy en IDEAL. Por un lado, nadie del PP. Al menos, nadie orgánico. Una postura difícil de comprender y, más aún, de defender. Es como lo de la semana pasada, con los del PP tirándoles los EREs y a Griñán al PSOE a la cara y éstos, parapetados tras el rostro de cemento de Rita y de Luis sé fuerte.
¡Qué bien se lo pasan, unos y otros, removiendo el estercolero de la corrupción, en vez de callar… y poner las medidas necesarias dentro de sus partidos para que la palabra “política” deje de oler de tan mal. Y luego dirán que la abstención creciente, el desapego y la desmotivación son producto del desinterés de la peña…
Y ahí quería yo llegar. Al desinterés. Porque la otra clamorosa ausencia en la manifestación fue la de los jóvenes. Era más difícil encontrar a una persona de veinte años desfilando el pasado sábado que a un lince corriendo en libertad por Sierra Morena. Y sobre ello habla, también, Javier Barrera en su Blog Cableados, en esta entrada.
¿Dónde estaban los jóvenes, en Granada, en vez de en la manifestación? ¿Qué tenían más importante que hacer? Porque digo yo que, enterados de la movida, estaban; que el trabajo en Redes ha sido impecable.
Lo mismo es que el tema les resbalaba y les dejaba indiferentes, algo que me resulta inconcebible. ¿Cómo les va a dar igual a los jóvenes vivir en una ciudad cuyos aviones, o no llegan, o son prohibitivos; y que tampoco tiene tren? Se dice que el tren es caro. Que no lo usan. Que prefieren el autobús o los coches compartidos. ¿Y? ¿Es esa razón para no hacer suya una causa que beneficia a la ciudad en su conjunto?
Luego está la versión apocalíptica acerca de una juventud indolente y apática, egoísta y poco comprometida, que solo se preocupa por lo suyo y a la que no puedes sacar más allá del Botellón, la fiesta y el fútbol. Tristes tópicos e injustas generalizaciones que, además, no nos llevan a ningún sitio.
Cuando empecemos a preguntarnos por las causas de la desconexión de una mayoría de la juventud con las cuestiones de la vida diaria de Granada, tendremos mucho ganado. Mientras sigamos despachando el tema con los tópicos de siempre, mal vamos.
Jesús Lens