La columna de hoy viernes, en IDEAL, te tipo amejillonado.
Estábamos en La Corrala del Carbón. Greg había pedido un Rioja y yo una Milno. Primer tópico que se caía esa noche: estaba seguro de que el australiano pediría cerveza. Y esperaba darle una buena alegría haciéndole descubrir la dimensión «bírrica» de la Alhambra. Pero no. Pidió un Rioja.
La charla, tranquila y pausada, nos llevó de un lugar a otro. Para ser un chaval de apenas treinta años, Greg ya llevaba mucho mundo corrido. Era abogado y había dejado su Perth natal para trabajar en una multinacional francesa que le había destinado a Lagos con el fin de empezar un proyecto nuevo en la capital nigeriana. Tenía unos días de vacaciones y, vía Dubai, había recalado en París. De ahí se fue a Barcelona, a conocer personalmente a Luis, uno de los compañeros de la empresa a quién sólo había tratado por e mail. Y tras pasar un fin de semana en la ciudad condal con Luis y Marta, ésta le dijo que se viniera a Granada, que le iba a encantar.
Y allí estábamos, en la Corrala, un lunes por la noche, tomando unas tapas y charlando relajadamente. Marta me había dicho que Greg era un tipo majísimo, pero no me había advertido de su insaciable curiosidad por algunos de los acontecimientos históricos de nuestro país. Como, por ejemplo, sobre qué habíamos hecho con todo el oro que nos trajimos de América, un tema que le preocupaba enormemente y que sacó a colación cuando, camino de las Bodegas Castañeda, pasamos por el monumento de Colón e Isabel la Católica.
Charlamos acerca de los árabes y su expulsión, de las Alpujarras, de la pujanza de ciudades como Barcelona frente a la abulia de otras, congeladas en el tiempo. Y hablamos de China, donde su novia trabaja seis meses al año. Y, entonces, cuando tomábamos un mojito en el Pícaro, llegó la pregunta: «Y tú, ¿cómo has acabado aquí?»
Me sentí como un paleto. No recuerdo qué dije exactamente, pero más o menos farfullé que no. Que yo no había acabado en Granada. Que yo había empezado aquí y que no había salido nunca, excepción hecha de una experiencia laboral de seis meses en Motril.
Ojo, me encanta Granada y soy feliz en ella. La pena, de hecho, es que no seamos capaces de convertirla en una ciudad aún más atractiva, creativa y provocadora para que la gente se venga aquí a trabajar, crear y vivir. Pero la pregunta de Greg se me quedó bien clavada, como un anzuelo en el pulgar del pescador inexperto, haciéndome sentir un poco amejillonado, como escribía Álvaro Pombo: de no salir por ahí fuera, de no darles el aire, las mentes corren el riesgo de quedarse tan amejillonadas que no se abran ni con agua hirviendo.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
Comentarios
15 respuestas a «Y TÚ, ¿CÓMO ACABASTE AQUÍ?»
!!! Xoder Lens !!!! Que gran pregunta, como llegamos aqui? Siendo de «tan allá». Nos repelía «el alla» o nos atraia «el aca»?. Hemos dado saltos para salir de esto pero no han dado resultado.
Granada es un muermo… pero magnético. Habría que averiguar si del polo positivo o el negativo…
Sera simplemente lo de que «aqui tenemos el jalar» ? Y eso es patria…
Álter, esa pregunta que te hizo tu amigo australiano tiene mucho significado, si lo piensas. Saludos pre-media maratón -que comenzaré, pero no sé si acabaré-..
Algo tendrá que no nos invita a salir…
Pero JL, haberle dicho que te has recorrido algunos paises…. lo bueno es estar por ahí(lo mas lejos posible) y luego…. volver, ¡que gustazo acabar siempre aquí!
Y sin embargo, ¿ por qué siempre ese victimismo «granaíno», tan rancio y con tanta malafollá ?
Granada es un destino único, tanto en España como desde el resto del mundo. No obstante, hay que moverse, salir, residir, trabajar fuera de Ilíberis para poder comprobar que «lo demás», no es ni más ni mejor que lo nuestro.
Lo más importante para saber diferenciar un sitio de otro, las personas de las personas, las costumbres de las costumbres, es vivir en un lugar y después, en el otro lugar.
Vivir, es residir, conocer (o intentar conocer) sus gentes, los lugares, lo bueno y lo malo.
Viajar está muy bien, pero sólo se queda en «viajar».
Vivir o trabajar en un lugar, es algo mucho más intenso. Increíblemente intenso. Tan diferente.
Salud Jesús, y SaLiRe (Sáhara, Libre y Republicano).
Toni Sagrel.
Eso es ALFA. muy bien dicho.
Granada es maravillosa, pero … no es una ciudad de oportunidades excepto para algunos… suerte para ellos.
Yo amo Granada, mi Granada, y vuelvo siempre !en una semana aterrizo!.
Asi que ahora la gente me pregunta ¿cómo has acabado aquí? siempre respondo … » en Granada no había muchas oportunidades «
Gracias Konan.
Jesús tendría que haberle dicho al australiano lo siguiente:
… «después de haber recorrido mundo y medio (o más de medio mundo) pues, resulta que he llegado a la siguiente conclusión: lo MÁS y lo MEJOR lo tengo aquí, en mi Graná «.
SaLiRe.
Jaja me han gustado mucho los comentarios.
Si te sirve de consuelo yo me fui de Erasmus (que se que no es lo mismo que trabajar fuera) pero pienso como muchos… como en casa no hay nada, porque como decimos aquí «Sabes que se vive de bien en la roquita (Mallorca)».
Saludos.
¿pues sabéis una cosa, granaínos inconformistas? A los que no habitamos por vuestros lares nos parece un lugar de arraigo envidiable. Con mucha más magia que muchos otros puntos del mundo, con salero, encanto, belleza y cultura.
No sé qué nos hace valorar tanto lo de los demás (por otro lado desconocido y también lleno de encantos y miserias) y mediocrear lo nuestro. !Qué brutal es la fuerza de la magnificación de lo desconocido!
Yo, que me considero una ciudadana del mundo, creo entender lo que Jesús quiere expresar ante seres con tanto «mundo» como Greg, pero no comparto la perplejidad ante la pregunta.
Y, por cierto, opciones a planteamientos vitales itinerantes se nos presentan a muchos. Pero hace falta ser valiente y asumir el riesgo. Si esa es la línea por la que algunos os sentís llamados o atraídos, adelante con el reto, no valen lamentos, adelante!
(Confesión: tanto énfasis se debe a que creo estar en conexión con esa idea itinerante, pero soy cobarde, snif).
Jesús, comprendo tu pequeñez en ese momento, pero no fue sino consecuencia de tu interés y curiosidad por el mundo que te rodea. El arraigo entiendo que no » amejillona», sino la actitud ante la vida, la falta de compromiso con el conocimiento, con los demás,en definitiva la pasividad y la creencia de que se está en el centro del universo, y ese no es tu caso. El universo gira y a ti te faltan sentidos para aprehenderlo. Este blog es sólo una muestra de que la experiencia que sirve a los otros viene más de la intensidad y avidez por hacer y darse que del coleccionismo de lugares. Siempre es presente y hay que vivirlo con mimo; el tiempo es tan relativo como el espacio. Un abrazo. Pedro Gollonet.
Jesús. Entiendo tu sensación. Hay que moverse. Yo he regresado a Granada y muchas veces me dan ganas de salir porque parece que se ven siempre las cosas desde el mismo prisma. Salir permite ver Granada desde fuera y abrir la mente. Algunas cosas interesantes desde fuera: en Granada las reuniones son eternas, se discute mucho sin soluciones, somos pesimistas… Pero cuando uno sale por la A92 empieza a sentir nostalgia, un enorme peso en el pecho, siente que nada tiene sentido sin su ciudad y su gente, se siente solo ante la multitud…entonces uno vive para los viernes y odia los domingos, vuelve en el coche y cuando está llegando…contempla Sierra Nevada…pone a Miguel Rios, canta en voz alta «vuelvo a Granada» y llora de alegría!
yo tambien me pregunto, eso porqué volví aquí, a una ciudad tan ingranta con los suyos, a una ciudad dividida, a pasear por la calle reyes viendo cómo salen a lucir sus joyas y sus abrigos,y porque no se quieren ir de aqui,cuando hay tanto universitario en paro, porque de cultura poco se come
Bueno amigos, lo que yo quería conseguir con la pregunta creo que está logrado: se trataba de discurrir un poco sobre nuestra ciudad y tb sobre la vida nómada y el arraigo, ese dileme insoluble!!!!
Yo llevo treinta años aquí, me costó casi veinte «adaptarme» échama múcho de menos mi tierra (Asturias), pero, reconozco que es una ciudad que me gusta, mucho, y ten por seguro que se la recomiento a todo el mundo