La cruz del Nevada

En cuestión de un mes, la misma sección del TSJA y tres mismos magistrados han emitido sendas sentencias que abren el camino a la regularización del hotel del Algarrobico, en Almería, y del centro comercial Nevada, en Granada.

Los jueces tendrían que entenderse primero entre ellos si pretenden que el resto les entendamos.

El fallo del Nevada ha sido un “palo” para la Junta, según me reconocía en caliente un dirigente del gobierno andaluz. Miran otros contenciosos pasados y no comprenden cómo un mismo tribunal puede interpretar cosas distintas ante situaciones que -según sus servicios jurídicos- son análogas. Pero son los mismos servicios jurídicos que -obedeciendo órdenes, evidentemente- tardaron diez meses en recurrir la licencia del Nevada, cuando el leviatán de hormigón que bautizara Miguel Ángel del Arco estaba organizando la fiesta de inauguración.

El caso es que Tomás Olivo, al que tatuamos en la chepa la sombra de la sospecha, salió limpio de la Malaya y en el Nevada solo pilló el refilón de una esquina.

El demonio, a veces, no tiene hechos probados.

Sería lógico que el promotor pidiera ahora una indemnización millonaria. Es lo que se temen en la Junta y en el PSOE, donde ya nadie asume la paternidad de aquel contencioso que se presentó en el verano de 2006 y que algunos socialistas atribuyen en privado a Teresa Jiménez.

Nunca sabremos qué habrían dicho si el resultado hubiera sido a la inversa; aunque lo intuimos.

En todo esto, quien se siente ganador es el PSOE de Armilla. Tanto, que en el pasado día de la cruz lo celebró de esta guisa.

Siento que se me escapa el arte moderno.

cruz

3 Comentarios

  1. Hubiera sido mejor que la cruz hubiera tenido otra decoracion y otra ubicacion, por ejemplo un frondoso olivo que con su sombra generosa cobija la cruz de los imputados. O algo asi mas o menos.

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