Hace 30 años, los  medios de comunicación de toda España se hicieron eco de la entrada en prisión de la esposa del cónsul alemán en Granada que unos años antes había fingido su propio secuestro al parecer empujada por una difícil situación económica.

Todo comenzó el 24 de agosto de 1981. Madelaine Serrano, esposa de Reynaldo Horwitz, desaparecía en extrañas circunstancias. Pronto se conoció que había sido secuestrada. La prensa publicó que los raptores pedían unos 200 millones de pesetas por la liberación de la mujer sin embargo, el gobierno alemán se negó a intervenir en el asunto. La mujer fue liberada el 16 de septiembre en Faro (Portugal). La policía siguió investigando y, finalmente, el 17 de marzo de 1982, Madelaine ingresó en la prisión provincial de Granada. Tras conocer el desenlace, cónsul aseguró que su mujer era inocente: «no pretendo calificar judicialmente los hechos – dijo- pero mi esposa no participó en este turbio asuntos por su voluntad, sino que creo que se vio envuelta de manera forzada».

 

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