Habían pasado quince años desde la última vez que se celebró la procesión en honor a San Isidro en Granada. Tras el paréntesis de la República y la Guerra Civil, en 1944 se restauró la ermita en honor al santo de los agricultores de la Carretera de Jaén y se constituyó oficialmente la Hermandad provincial de Labradores y Ganaderos. Prieto Moreno dirigió el proyecto de remodelación de la iglesia del siglo XVII que estaba prácticamente abandonada. Se construyeron cuatro capillas laterales, adosadas a la nave central, se reparó la bóveda, para darle mayor esbeltez, se añadieron nuevos motivos ornamentales y se construyeron las viviendas para el capellán y el santero, además de reformar el antiguo patio con un sencillo estilo granadino.
Así comenzó una tradición que consistía en la procesión de la imagen de San Isidro junto a la de Santa María de la Cabeza, que desfilaban en una carroza decorada con flores tirada por dos yuntas de bueyes acompañados por un cortejo de caballistas y amazonas, con trajes de campesinos y estandartes de la Hermandad. Las chicas, llevaban cestas con las ofrendas al Santo y solía acompañar al cortejo una representación de la Hermandad del Huerto de los Olivos. Después de la procesión solía sortearse un becerro o novillo entre los labradores y ganaderos de la hermandad y se repartía pan entre los más necesitados.

Foto: Torres Molina/Archivo de IDEAL
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Toto: Torres Molina/Archivo de IDEAL
Foto: Torres Molina/Archivo de IDEAL