Definitivamente, el presidente Quique Pina convierte en oro todo lo que toca. Por eso, cuando hablé ayer con él a propósito de su última gran hazaña, no pude evitar preguntarle. ¿Que el juez diera luz verde a la ‘Operación Jeque’ servirá para garantizar tu permanencia en el Granada CF durante muchos años?

La respuesta seguro que no fue la esperada por los miles de aficionados del histórico. El murciano carraspeó, pero, aún estando bajo los efectos eufóricos del triunfo en los Juzgados, no quiso empañar su palabra. Me habló de ciclos y de personas. Y también, de la necesidad de sentirse bien.

Entonces fue cuando me pregunté si esta bendita ciudad también será capaz de aburrir a quien amenaza con elevar al Granada CF hasta la más maravillosa elite, aunque sea a costa de su lucro personal, del de Gino Pozzo o del que se le antoje a ambos (que eso me lo trae al pairo mientras las cosas vayan bien).

El caso es que en esas reflexiones estaba cuando reparé que estaba cerrado el fichaje de Ighalo, una contratación de alto nivel que… sin embargo, en las veinticuatro horas de ayer, hubiese cambiado por la continuidad de Pina y todo su grupo de trabajo.

Amenazo con seguir tan vigilante a su gestión como me exige mi profesión. Pienso seguir haciéndole un marcaje muy riguroso. Pero al cierre de este artículo, ahí están las obras, es justo que me preocupe su renovación.