¿Qué está pasando en el Partido Popular de Granada? Resulta extraño, por lo infrecuente, que algunos de sus más destacados personajes se enfrenten abiertamente al poder establecido en Madrid por su propio partido. Nos referimos al caso de la llegada, cuando buenamente sea, del AVE o sucedáneo en que lo están convirtiendo, a nuestra ciudad. La salida reciente del alcalde aceptando resignadamente la vergonzosa propuesta de Fomento, de dejar la estación como está, de no soterramiento, de no circunvalación de Loja…, pero exigiendo que en cuanto se pueda se haga bien, es algo así como la claudicación ante sus jefes, la genuflexión ante Ana Pastor, la ministra de la cosa. Pero lo sorprendente fue la salida de Isabel Nieto, con más razón que una santa, a favor de una estación de calidad, apropiada a lo que ha de significar para el futuro de esta ciudad, enfrentándose claramente a Ana Pastor, su jefa, nuestra ministra. Y me parece que si es capaz de mantener esta postura hasta el final, cosa que elogio de ser firme, Isabel está poniendo una bandera en su futuro, aunque algunos pueden intentar que sea una banderilla que la hunda, pues la claridad de sus ideas, su desparpajo y capacidad la pueden colocar en destacado lugar para sustituir al ya decadente Torres Hurtado, quien habrá pasado doce años al frente del ayuntamiento nazarí, si es que agota esta legislatura, casi con sesenta y nueve años a sus espaldas en ese momento e imputado en casos judiciales. Me da la sensación de que su jefe en Granada está cómodo en la Diputación por ahora, que le gusta el pateo por la provincia a la par que le permite mantener a sus dirigentes bien controlados, cosa que desde la alcaldía sería algo más complicado en tiempos tan difíciles, por lo que la idea de que Isabel sustituya a Torres Hurtado puede resultarle grata. Solo faltaría que Rajoy cesara a Pastor este verano, porque ciertamente las ovejas de ese rebaño tienen poco alimento y tal vez precise alguien que busque nuevos pastizales, con lo que Isabel vería el celo abierto en sus ideas de encauzar el AVE por donde quiere el personal que vota, y su reforzamiento en el PP sería incuestionable. Por su parte, Torres Hurtado podría salir habiendo ganado todas las elecciones a las que se habría presentado, dejando el pastel en manos ajenas hacia una relajada jubilación. Quién sabe lo que piensa cada uno cuando las cosas se mueven más por vientos e intereses que por sentido común.