Me pide mi amigo Fermín Anguita, persona activa donde las haya, y ahora responsable de Comunicación del Centro Residencial Costa Nevada Motril (Granada), escribir unas letras sobre el mismo. Ahora que está a punto de cumplir el segundo aniversario desde que Hizn Garnata Geriátrica, se hizo cargo de su gestión.
Dado que el mes de agosto y las vacaciones se prestan a las historias noveladas como podemos ver en muchos periódicos, no me resisto a hacer un breve relato de lo que fue el singular edificio de la actual Residencia Costa Nevada desde su construcción a principios de los 60. Según cuenta Francisco Lorenzo en su blog (www.patrimotril.blogspot.com) fue un motrileño, Enrique Martín Cuevas, abuelo de nuestro querido Julio Rodríguez Martín-Fediche, emprendedor y con gran visión de futuro el que pensó que Motril tenía que tener un gran hotel para convertirse en la capital de la Costa del Sol granadina. Para lo que encargó al prestigioso arquitecto D. José Jiménez Jimena el proyecto de un hotel de primera categoría. El cual tendría 5.200 m2 de techo y 6.500 m2 de terrazas, jardines, piscinas, salas de fiesta, etc. Finalmente se inauguró el hotel el 11 de mayo de 1962 con un gran diseño tanto arquitectónico como de mobiliario interior, cuidada jardinería, etc. D. Enrique estaba casado con Dña Ruperta Fediche-González que se hizo cargo de la dirección del hotel desde agosto de 1962 tras el fallecimiento de su marido. El hotel hasta los años 80 fue un auténtico referente de la ciudad como centro de reuniones, banquetes, homenajes, allí surgieron los proyectos del Instituto Julio Rodríguez, los colegios menores, Asociación para el fomento de la Cultura, etc. Balduino y Fabiola se hospedaron en él mientras ultimaban las obras de su residencia en Playa Granada y muchos personajes ilustres pasaron por el mismo como el Príncipe Otto de Hamburgo o actores como Marcello Mastroianni, Rex Harrison, Geraldine Chaplin.
Por desgracia a finales del S.XX el hotel cambia de propiedad, desaparecen todos los espacios libres quedando sólo el edificio principal, pasando a ser un “hotelillo de pueblo”. Y en los primeros años de este siglo se convierte en Residencia Geriátrica Costa Nevada iniciando, como decíamos al principio, una nueva etapa en estos dos últimos años dirigida de manera profesional y absolutamente vocacional por el que yo siempre conocí como arquitecto técnico Daniel Salvatierra, pero que tras realizar un Máster y coger las riendas de esta residencia ha conseguido dar un gran servicio imprescindible para la mucha demanda existente en nuestra comarca. Servicios que conozco bien al tener en la residencia dos familiares.
No sé si la historia del Costa Nevada ha sido un poco “paralela” a la de nuestra ciudad que en muchas cosas parece haber envejecido en vez de haberse modernizado. Sí puedo decir que al menos ha terminado en una residencia que hace una labor comprometida y asistencial realizada con un gran cariño, generosidad y dedicación a nuestros mayores.
Como dice la letra de la canción “Llegar a viejo” de Joan Manuel Serrat:
“Si se viviese entre amigos
que al menos de vez en cuando
pasasen una pelota…
Si el cansancio y la derrota
no supiesen tan amargo…
Si fuesen poniendo luces
en el camino, a medida
que el corazón se acordaba…
y los ángeles de la guarda
diesen señales de vida…
Quizá llegar a viejo
Sería más razonable,
más apacible,
más transitable…”