«El reto actual consiste en admitir que somos como somos, en empeñarnos en mejorar cada día y levantar el país a base de trabajo, capacidad autocrítica y espíritu de sacrificio. La nueva frontera, en una palabra, no está lejos de nosotros, sino dentro de todos y cada uno de nosotros mismos. Hemos de saber encerrarnos en esta identidad definitoria para plantar sólidamente las raíces del gran pueblo que todos juntos podemos ser.
Y tenemos voluntad, fortaleza y experiencia política para serlo. La oportunidad histórica para lograrlo se conjuga ciertamente con una serie de dificultades económicas y sociales que podrían tratar de impedirlo. Mas lo que importa es elegir correctamente y apostar por la justicia y la equidad con tenacidad y con eficacia en vez de turbarnos por el verbalismo y la frivolidad, en una palabra, que la política debe ser una parte noble de una sociedad viva y actuante, no su condicionante o el inicio de su disolución en el seno de una organización burocratizada y deshumanizante. […]
Creo que no es aventurado afirmar que el pueblo español y las fuerzas reales que lo articulan socialmente o encauzan las corrientes de opinión nos piden hoy que procedamos entre todos a una tarea de clarificación. Clarificación para comprender globalmente, más allá del problema e inmediato de cada uno, la situación en que se encuentra España, sus problemas reales y concretos y nuestras propuestas para afrontarlos. Clarificación también para saber con certeza, más allá de las formulaciones generales de una campaña electoral, hacia donde vamos y hasta donde queremos llegar. […]
Los problemas de la economía española y las posibilidades de resolver la crisis actual han de examinarse en el contexto de la economía internacional. Nuestra economía está cada vez más vinculada a los intercambiadores mundiales, y han pasado ya los tiempos en que cabía pensar en la elaboración de un programa económico al margen de los condicionamientos impuestos por la situación económica internacional. […]
Este es el marco en el que hemos de movernos y no cabe esperar que de él vayamos a recibir estímulos favorables en los próximos años. Olvidar esto sería incurrir en el voluntarismo sin futuro. Recordarlo equivale a asumir algunos de los condicionantes primarios dentro de los que ha de desarrollarse nuestra política económica. […]
En estas circunstancias, constituye una tentación enunciar programas cargados de promesas de imposible cumplimiento: rápidas soluciones al problema del paro, una pronta eliminación de la inflación y sencillas reestructuraciones industriales. Un planteamiento responsable no puede caer en esa tentación primero porque un Gobierno no puede generar en la sociedad expectativas que no se pueden satisfacer, y segundo, porque es preciso apelar a esfuerzos todavía importantes que la sociedad española ha de realizar para remontar los problemas actuales.
Nadie va a regalarnos el futuro. Tendremos que conquistarlo con un esfuerzo solidario de todos los españoles, encauzado por una política ambiciosa pero realista. […]
Reformar los sectores económicos afectados más gravemente por la crisis y potenciar otros estratégicamente necesarios.
Revitalización del ahorro y fomento de la inversión.
No hay que ocultar la magnitud del esfuerzo que es preciso realizar y que se deberá hacer frente a las demandas de empleo derivados de: 1, el crecimiento de la población activa; 2, el trasvase previsible de población activa agrícola a otros sectores productivos, y 3, la reducción gradual del actual nivel de desempleo.
Para conseguir mejorar el nivel de empleo, la acción del Gobierno se orientará a los siguientes objetivos básicos:
– Crecimiento sostenido de la economía española a un ritmo lo más cercano posible a sus tasa potencial de expansión. Este crecimiento, apoyado en la inversión y las exportaciones, será el motor fundamental de la creación de puestos de trabajo y su consecución atraviesa por el logro de un entendimiento básico entre las distintas fuerzas sociales….
– Reducción paulatina de la edad de jubilación – una de las más elevadas de Europa – que permitirá, por un lado, un tratamiento justo para asegurarse una dignidad en la pensión de jubilación a los sectores de población que han dedicado su vida activa a la sociedad y, por otra parte, un mayor nivel de ocupación de las nuevas generaciones. […]
En el campo del empleo, el Gobierno se propone actuar específicamente, a través, entro otras, de las siguientes acciones:
– Potenciación de la inversión privada creadora de puestos de trabajo especialmente a través de la pequeña y mediana empresa mediante una política monetaria y financiera adecuada y prioridad a la inversión pública dentro de los gastos del Estado.
– Realización de programas de empleo específicamente destinados a favorecer la colocación de los trabajadores en paro y de los jóvenes que acceden por primera vez al trabajo e iniciación de nuevas formas de contratación de trabajo a tiempo parcial. […]
La consecución de los objetivos de política económica a medio plazo y la resolución de los problemas básicos que hoy día tiene planteados la economía española no pueden concebirse sin el acompañamiento de una política de reformas que prolongue las actualmente emprendidas e inicie algunas otras tan apremiantes como necesarias. […]
El acercamiento de la Administración a los ciudadanos como condición de eficacia y abaratamiento de los costes de la gestión administrativa.
La desburocratización de las diferentes instancias de decisión y la atribución a la gestión municipal, provincial y regional de los niveles de responsabilidad que mejor se ajusten a las conveniencias del interés ciudadano.
La participación del pueblo en las instituciones públicas a todos los niveles. […]
La formulación de planes específicos de ámbito regional para las zonas más deprimidas de nuestro país.
La regionalización de ciertos capítulos de la inversión pública -en especial la construcción de viviendas y de las obras públicas de carácter local- como dimensión imprescindible de una política económica ágil y con capacidad de respuesta a las necesidades de ocupación de mano de obra. […]
Y todo ello con el designio final de contribuir decididamente a la construcción de un orden social dinámico, progresivo y solidario que, para favorecer la libertad plena y real de los seres humanos contemplados en sus concretas circunstancias vitales, sumerja a España plenamente en el proceso de la Historia, entendida como historia de la libertad de los hombres.
Señoras y señores Diputados, señor Presidente, solicito la confianza de la Cámara».
Extracto del Discurso de Investidura de Adolfo Suárez González como Primer Presidente de la Democracia Española en el Congreso de los Diputados
30 de marzo de 1979
¿Cuánto se realizó?. ¿Se podría incluir esto en el programa de muchos partidos Políticos hoy, 34 años después?
Tenemos que buscar el futuro desde la cohesión y generosidad que nos hizo ser admirados por el resto del mundo en nuestra Transición. Si nos jugábamos la Democracia, y se ganó como decia la portada del TIME, ahora nos jugamos el estado del bienestar y el trabajo, sin el cual no hay dignidad ni futuro para el ser humano.