COLÓN, HIJO ADOPTIVO DE ANDALUCÍA

Un ataque ovarial de Cristina Fernández, acostumbrada a cientos de operaciones estéticas, ha descarriado en desmontar la figura pétrea de Cristóbal Colón, que lucía en Buenos Aires, como en algunos otros lugares de Hispanoamérica, en recuerdo del descubridor de tierra americana. La estética de la ciudad bonaerense será distinta sin él. Parece que Cristina anda de morritos con el Estado español, cuando realmente debería estarlo con quien a su difunto y a ella les acusó de corruptelas. Pero la ha pagado con Don Cristóbal, que queda lejos en la historia pero es el más sensible símbolo del descubrimiento del «nuevo mundo».
La cretina Cristina debería saber que aún hoy, ni se sabe el lugar de nacimiento del marino ni donde reposan sus auténticos restos mortales, porque las modernas técnicas de investigación no han revelado nada certero y concluyente al respecto.
Si es sabido que en Santa Fe, a escasos kilómetros de la Alhambra nazarita –cuyo último rey moro evidenció su impotencia en defenderla entregando las llaves de la ciudadela a las huestes cristianas–, se firmaron las capitulaciones y fue la reina Doña Isabel I de Castilla quien hizo posible con su voluntad y medios personales el que aquél marino –iluso, que también lo sitúan en la amada Portugal– emprendiera su viaje con nobles carabelas desde el Puerto de Palos, en Huelva. A veces la soberbia y la incoherencia de los mandatarios producen éstos actos reflejos populistas para distraer la atención del ciudadano que sufre. Qué pena de Argentina, que ha tenido tan mala suerte con sus gobernantes. Siempre pensé que Argentina es un país rico y un pueblo pobre, empobrecido por sus gobernantes enriquecidos. Algún día cambiarán las tornas, no sé cómo, aunque al final el pueblo siempre tiene la última palabra.
Pero yo lo que quería es aprovechar el pretexto de las aguas del Guadalquivir que transcurren aún frescas para pedirle a la ungida Susana Díaz, actual consejera de Presidencia, que al margen de viajes por el sol y la sombra, a cuarenta grados, que estos días lleva a cabo a la caza y captura de avales para las primarias, en las que se adivina que sale bastante favorecida, tenga un gesto para el almirante mancillado y haga, en el consejo de gobierno, la propuesta valiente de nombrarle hijo adoptivo de Andalucía.
Ya sé que la idea llega con un poco de retraso pero como desagravio al marino de marinos es un reconocimiento que lo tiene a huevo, a huevo de Colón.