Rogativas transversales

Me tiene preocupado mi amigo Paco Puentedura porque ha lanzado una pregunta empírica religiosa al foso político de la historia tratando de que Pepe Torres, el alcalde, se moje y diga por esa boca, si con los votos de la ciudad, al Cristo de San Agustín y a la Virgen de las Angustias nos van a librar de epidemias, pandemias, catástrofes y terremotos. Paco, que está solo ante el peligro, como Gary Cooper, en el consistorio capitalino, podría haberle dirigido su inquietud sísmica a Manolo Morales que es físico y comunista por la gracia de Dios. Aunque suele estudiar, observar y predecir, meteorológicamente, si predominarán las nubes, la lluvia, los fuertes vientos o el sol, a diario, es evidente que debe tener mayor conocimiento para aventurar los fenómenos geoterrestres. Me consta, Paco, que se trata del agnóstico e irónico prólogo de un requerimiento, que es de interés general en relación a disponer la ciudad de adecuados planes de emergencia y prevención, pero mezclar, tú que eres tan liberal, las churras con las merinas, no me parece pertinente la chanza en asuntos sensibles para la mayoría social.

En la tradición cristiana el voto perpetuo de acción de gracias y las rogativas, como bien sabes, son frecuentes en muchas ciudades. Especialmente, en las zonas rurales, la oración de intercesión a sus patronos las suelen promover hermandades y agricultores para que llueva café en el campo. A veces, santos y santas, derraman sus lágrimas que empapan la tierra para que den su fruto. Otras, los elevados a los altares, nada pueden hacer con la pertinaz sequía. Pero, Paco, es cuestión de fe, que es probable que fluctúe entre la parroquia según la pluviometría y la recogida de cosecha.

Desde un punto de vista político social, ¿cuántas rogativas cívicas habéis hecho para que IU progresara como instrumento diferenciador de izquierdas en la España democrática? Me imagino que muchas y a pesar de ello fíjate cómo está el patio. Yo conocí a Carrillo, sin peluca, después del atropellado anuncio de la legalización del PCE en la voz temblorosa del querido Alejo García, aquel Viernes Santo a través de los micrófonos de RNE. Fue la voluntad de reinar para todos de Don Juan Carlos I con la complicidad de Adolfo Suárez. Recordarás que Santiago Carrillo fue consecuente con un Estado de reconciliación entre los españoles y en su primera comparencia pública hizo colocar en la tribuna la bandera de España como símbolo de unidad.

Tendríais que hacer examen de conciencia política para analizar y saber qué no habéis hecho bien desde entonces a nuestros días. A la humillante operación de acoso y derribo a IU de Podemos y sus marcas blancas, vuestra organización, muy debilitada en los últimos años, no ha sabido responder ni reaccionar, sin duda, por una falta de coherencia, proyecto y modernidad institucional de la cúpula dirigente. Y me da la impresión de que, al final, caeréis en la trampa del entreguismo. Pese a la aparente negativa de no confluencia con Podemos.

Al partido comunista, lo sabes bien, sólo le quedan las mujeres y los hombres del romanticismo marxista cultural. He lamentado, y lo expreso con absoluta sinceridad, el fracaso en las urnas de Luis García Montero en Madrid. El poeta no era ajeno al riesgo pero quiso dar testimonio de honestidad y compromiso. Y en eso no ha sido un perdedor.

Amigo, Paco, no se pueden predecir los fenómenos telúricos. Tú y los tuyos habéis sufrido un terremoto de magnitud 10 en la escala de Richter. Y ahora dice Pablo Iglesias que va a reconstruir el desastre con «sentido común y desde las transversalidad». Osea. Espanto.