El podemita, alcalde de Cádiz, el único e irrepetible ‘Kichi’, sobresaliente ‘cum laude’en el arte de la chirigota política, ha desatado una nueva polémica con alcance internacional desde la ‘Tacita de Plata’. Cádiz, tierra que saboreo con el aroma de manzanilla de Sanlúcar, que olfateo con el olor de las algas marinas que suelen llegar a tierra cuando suben las mareas y que venero por mis antepasados es, de nuevo, portada del despropósito.
Soy ‘gadita’ por parte de padre y de abuelo, Juan Guadalupe Sánchez, que fue regidor de Algeciras allá por 1900. Así es que, si bien es cierto que nací a unos metros de la verticalidad de la campana gorda de la catedral de Granada y debo conservar cierta contaminación de la malafollá que espiritualmente dejó el canónigo Fonseca por el barrio clerical, tengo que llevar en mi ADN familiar algunas dosis de humor de aquella ‘salada claridad’.
Y con humor me he tomado la noticia aparecida recientemente de que el Ayuntamiento gaditano iba ha impartir unos cursos para desempleadas donde se incluían clases de estimulación del clítoris. Esta ingeniosa y original idea se le ha ocurrido a la concejala de Podemos, Ana Camelo. Vamos que no es un Camelo. Que es verdad. No sé cuántas alumnas han asistido al cursillo acelerado, si han tenido monitor o monitora, si han quedado satisfechas con las prácticas y, lo que es más importante, si han podido encontrar posteriormente empleo de media jornada o jornada completa y en qué empresas.
Francamente es que me cuesta trabajo comprender que una mujer que aspira a conseguir un empleo, por ejemplo en Mercadona, incluya en su currículo el título de ‘Especialista en Estimulación Clitoriana’. Lo razonable es que desde las instituciones se realicen cursos de acción social, manualidades, manipulador de alimentos, manicura, peluquería, jardinería, informática, corte y confección… qué se yo… hay muchos oficios y escasos especialistas.
Sospecho que el curso habrá sido exclusivamente feminista. ¡Cuántos parados gaditanos de larga duración no hubiesen pagado por obtener el título! Estas son las inexplicables cosas que hace la extremada izquierda discriminando al hombre y privándolo de concurrir en igualdad de oportunidad. Los podemitas programan los cursos como la Sección Femenina. Y decían que venían a modernizar el sistema.
‘Kichi’ debería fomentar cursos de estimulación cognitiva entre los ciudadanos de Cádiz, con derecho a voto, porque de esta manera el elector que a veces llega a la urna olvidadizo, con evidencia de pérdida de memoria, percepción o razonamiento, con unas adecuadas terapias no farmacológicas, superaría la situación circunstancial y emitiría, con mayor acierto, el sufragio para elegir a las autoridades competentes en los distintos ámbitos. Pero esa estimulación puede ser peligrosa para algunos políticos.
Se dice que los hombres pasan y que sus obras permanecen. José María González, alias ‘Kichi’, genuino antisistema pese a que la formación más votada fue la del Partido Popular, logró ser investido con ocho concejales más el apoyo de los cinco del PSOE y dos más de Ganar Cádiz en Común. Evidentemente, ‘Kichi’ no pasará a la historia como alcalde de Cádiz por sus beneméritas acciones sino como una ridícula caricatura, eventual, del carnaval oportunista de una izquierda retrógrada, revanchista y hedionda.