Los taxistas de Granada no ganan para sustos. No es una frase hecha. Se sienten desplazados y olvidados, rodeados por todas partes, incluso, por la tecnología. No en vano, el ‘caso Uber’, un servicio vía internet que permite compartir vehículo para desplazamientos en las ciudades, ha sido para ellos un síntoma más del estado de desamparo en el que se encuentran.
Si bien todavía no ha llegado a Granada, confirman los profesionales a este periódico, «sí hemos detectado que ya están presentes en Sevilla y, sobre todo, en Málaga». Es lo que ellos tienen calificado como el «intrusismo profesional», que los mantiene entre desquiciados y en un constante sinvivir.
Este intrusismo profesional también viene de la mano de lo que ellos mismos denominan ‘piratas’ o, más concretamente, ‘servicios piratas’ que, según sus propios cálculos, denuncian a este periódico los profesionales del taxi contactados, «duplican con su picaresca la tarifa de un servicio al aeropuerto desde el centro de la ciudad de Granada».
Es decir, según los profesionales del taxi, este servicio «que es obligatorio realizar con la tarifa adecuada y con el taxímetro activado, es de 22 euros como mucho», «puede llegar a duplicarse y alcanzar los cincuenta euros», quieren denunciar. De hecho, y para evitar este tipo de actitudes ‘piratas’ y de picaresca, «muchos de nosotros llevamos pegatinas en el vehículo en el que se informa del precio de este servicio».
También añaden que «nos gustaría que se informara de los precios en los establecimientos turísticos, desde monumentos hasta los hoteles, pero de momento no es posible».
Otro de los problemas que denuncian y que comentan en las paradas mientras esperan la llegada de los clientes es que «si hasta hace poco, un año o así, un taxista de Granada tenía de media entre dos o tres servicios a la semana al aeropuerto, ahora se mantienen, pero en vez de ser a la semana son dos o tres servicios al mes, por culpa de la competencia ilegal», claman.
VACÍOS LEGALES
Los taxistas que han contactado con este periódico para hacer públicas sus denuncias centran sus críticas en dos aspectos. Por un lado, el intrusismo profesional, los ‘piratas’ y la picaresca. Y por otro, en «los vacíos legales» que afectan a su profesión.
En el primer caso, quieren dejar claro que son «compañeros que se aprovechan del desconocimiento que pueden tener los clientes». Se refieren sobre todo «a los turistas que se alojan en los hoteles, que piden un servicio de taxi y se aprovechan y no ponen el taxímetro y, claro, les cobran un poco lo que quieren». Es aquí, añaden,«cuando aparecen las facturas por importe de treinta, cuarenta y hasta cincuenta euros por un servicio desde el centro de Granada hasta el aeropuerto», confiesan.
El otro bando que «nos asfixia» es el del «vacío legal en el que operan los VTC», en referencia al alquiler de vehículos con conductor, sostienen.
Con la normativa en la mano, estos vehículos sin conductor atienden llamadas de clientes para realizar este tipo de servicios. En principio, no hay problema «si se cumplen las normas. Pero, denuncian, es que nos consta que no se hace».
Ponen como ejemplo que «no se contrata el servicio en la sede física del vehículo, no se especifican las tarifas y nos e firma el necesario contrato que establece el servicio, lo que, además, debe quedar registrado en el clásico libro de ruta, que es obligatorio y es el que permite el control y, en caso de incumplimiento, la pertinente sanción», detallan de carretilla.
Para terminar de criticar esta situación, argumentan que «se han incrementado los casos de compañeros que han comprado licencias de este tipo de vehículos de alquiler con conductor, y nos consta que ya operan en Granada más de sesenta, lo que según la ley, triplica las veinte que deberían estar fijadas, aunque hay que reconocer que operan en este vacío legal que describimos».
Por esta razón, piden «un aumento del control policial respecto de este tipo de vehículos y servicios, «para separar el grano de la paja y que se multe a quien incumple la ley».
DESDE LA GREMIAL DEL TAXI
El presidente de la Gremial del Taxi, Juan Túnez, comparte estas inquietudes y confirma que «tenemos serias sospechas de este tipo de actividades piratas». De hecho, comenta que «el ‘pirata’ de toda la vida es el que tenemos aquí en Granada».
Y se explica:«Vienen a la ciudad y recogen usuarios para ir a desde su municipio. Es el típico servicio. Y después vuelven a quedar para, tras llevarle a los hospitales, por ejemplo, volver al pueblo. Yesto no es legal. Los taxis solo podemos recoger en inicio en el municipio, con destino el que sea».
Por ejemplo, ilustra, «Si voy de Órgiva a los hospitales, luego me tengo que volver». Una vez aclarada esta práctica, reconoce que «también existen los que no ponen el taxímetro». Recuerda entonces que «siempre tiene que estar activado, aplicando las tarifas correspondientes, para que no existan cobros abusivos».
De hecho, reivindica que «tanto los módulos luminosos del techo como el taxímetro son medidas que hay que cumplir no por gusto, sino por cumplir la norma y las tarifas». En suma, añade, «en defensa defensa del usuario».
«HAY GARBANZOS NEGROS»
El presidente de la Gremial del Taxi estima, diplomáticamente, que «puede que haya, tenemos sospechas de este tipo de prácticas, porque como en todas las profesiones, hay garbanzos negros». Por esta razón, «lo que hacemos es luchar porque las tarifas luzcan visibles, que se sepa que hay que poner el taxímetro». Y, además, «por cambiar las leyes para que nos ayuden a mejorar nuestro servicio».
Respecto a las denuncias de los compañeros taxistas sobre «el vacío legal» en el que operan los vehículos de alquiler con conductor, que tanto dicen que les merman los beneficios, reconoce Juan Túnez que «Pues sí. También existen». «También se da».
«Sospechamos, pero no tenemos constancia». «Hay que controlarlos». «Siempre luchamos por tener siempre en las estaciones las tarifas bien visibles para que no haya sobrecoste».
«Y también en todos los establecimientos de hostelería, para que los clientes sepan las tarifas». «¿Que se puede dar en ciertos sitios?», se pregunta. Yse responde:«Sospechamos que sí, pero no tenemos pruebas». Pero sí saben que «cada día hay menos usuarios para larga distancia tipo Sierra Nevada y aeropuerto».
Lo ilustra con una anécdota reciente: «Precisamente el otro día un usuario preguntó para ir a la Sierra. Cuesta 50 euros, con taxímetro y sin cadenas. Yeste cliente prefirió irse con otro por 40 euros en un Mercedes sin seguro ni nada». «Son prácticas que existen. Unas veces aumentan las tarifas y otras veces las bajan, según la competencia».
Su conclusión, como presidente de la Asociación Gremial del Taxi, es que «son servicios totalmente ilegales que dejan al usuario al descubierto». E insiste en que la solución es «defender a los usuarios y nuestro trabajo por medio de las leyes y de su aplicación».
MÁS INFORMACIÓN
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CRÉDITOS
-La fotografía es de Alfredo Aguilar