ALGUNAS VECES LA VIDA NOS MANDA SEÑALES…

«Ciudadanos Comprometidos» y «Mis proyectos favoritos»

Algunas veces la vida, cuando estamos bien atentos, nos va mandando diferentes señales que nos ayudan a comprender el verdadero significado de las cosas… dotándolas de una nueva dimensión esculpida desde los sentimientos y alimentada desde la gratitud.

Y una de esas señales me ha entrelazado recientemente con el Doctor Francisco Camacho, que fue médico rural de La Alpujarra durante 30 años,  que vivió en el mismo lugar de Órgiva en donde acaba de ser inaugurado un edificio cultural diseñado por  GRarquitectos… Y ha sido así que la vida ha querido que yo haya conocido la historia de este comprometido médico rural gracias a los duendes de las redes sociales, que me han vinculado con: Viky, Paco, Isabel, Cristina y Gabriela Camacho Rebollo, a la sazón los hijos de este señor. Y han sido ellos los que me han hablado de él… y yo, feliz de tener el honor de contároslo a vosotros:

“Francisco Camacho, mi padre, ha sido medico en Orgiva durante muchísimos años. Allí llegó soltero, se casó y tuvo cinco hijos. Y con motivo de la fiesta del Cristo de Orgiva, he estado allí y mi sorpresa ha sido enorme al ver que la casa donde mi padre ejercía la medicina y donde vivimos durante mucho tiempo, ha sido destinada a sala de exposiciones…”. Un equipamiento que todo el mundo conoce ya como la Casa de D. Francisco Camacho.

Artículo del periódico Ideal de 1992
Artículo del periódico Ideal de 1992

 

“Esto es muy emotivo para todos pues su salud es bastante precaria ya, dado lo avanzado de su edad. El ha dedicado toda su vida a la medicina y allí la ejerció con rudimentarios medios, incluso se desplazaba en burro para acceder a los cortijos cuando algún paciente lo necesitaba. También ha sido medico de los mineros… El día de la inauguración de este nuevo equipamiento cultural muchísima gente en Orgiva me preguntaba por él y me contaban que bien ellos, bien algún familiar estaban vivos gracias a mi padre…”, nos narra Viky 

Hace alrededor de 20 años, recién jubilado Francisco Camacho, el periódico Ideal de Granada publicó un reportaje que escribió Tito Ortiz sobre  la vida de este ciudadano ejemplar, verdadero pionero de la medicina en la Alpujarra, “donde hizo cientos de intervenciones quirúrgicas. Casi tantas como amigos tiene por allá.”  Y a mí me ha emocionado sobre todo la historia de una enferma muy grave: ‘hice todo lo que pude, pero no pudo ser. Lo curioso del asunto es que cuando murió los familiares me consolaban a mi…’  recordaba el médico con un nudo en la garganta…  Y terminaba el periodista afirmando: “Francisco Camacho, que pasó media vida ‘solo ante el peligro’, burlando a la muerte,  jamás podrá deshacer ese nudo. No en vano, treinta años dedicados a la medicina rural atan mucho.”

Por esto que os cuento, comprenderéis amigos míos, que este sencillo edificio que hemos proyectado ha adquirido para GRarquitectos un significado especial ya que nos permite trabar, como si de eslabones de una cadena se tratara, el pasado con el futuro, dando continuidad y nueva vitalidad a las buenas acciones de los que nos han antecedido…, entrelazando este caso la memoria comprometida de un extraordinario médico rural con nuestro afán por realizar un edificio singular, pero siguiendo los criterios formales y compositivos de la arquitectura del lugar, de tal modo que se integre adecuadamente en su entorno sin romper el equilibrio y las proporciones que predominan en la zona.

En La Ciudad Comprometida alguna vez hemos citado que “todo lo que es, es por lo que ha sido” en clara alusión a que gracias a la generosidad y al esfuerzo de nuestros padres, y de los padres de nuestros padres… pero sobre todo de aquellos que fueron verdaderamente comprometidos con los demás, “nuestras ciudades, nuestra sociedad, nuestro mundo, en definitiva todos nosotros, somos sin duda un poco mejores”.

Así pues, cuando la vida nos manda señales deberemos tener el corazón muy muy despierto para evitar que nos pasen desapercibidas. En agradecimiento, os brindamos una breve explicación de proyecto realizado en la que fue la Casa de D. Francisco Camacho:

La Sala de Exposiciones se realiza en un solar  ubicado en el casco urbano de Órgiva cerca del antiguo Ayuntamiento. Se encuentra en una esquina con forma irregular de una superficie aproximada de 201 m², que da a un pequeño ensanche de la calle Libertad. En el existía un inmueble en muy mal estado de conservación que se demuele por completo.

Vistas desde el solar
Vistas desde el solar

 El solar forma parte de la trama urbana característica de la Alpujarra, conformada por manzanas compactas de calles estrechas que albergan tanto al peatón como al coche. Las dificultades que presentaba era la poca holgura entre el espacio exterior y el interior, sin poder realizar ningún espacio de transición entre la vía pública y las salas interiores. La única ventaja con la que contábamos era el pequeño ensanche que tenía la calle de acceso al inmueble, la situación en esquina  y la pronunciada pendiente de la calle que nos permitía tener desde un primer nivel las vistas del paisaje.

Imagen del exterior
Imagen del exterior

Boceto, estudios previos.
Boceto, estudios previos.

El edificio se ha proyectado en función del programa de necesidades expuesto por el Ayuntamiento de Órgiva. Se trata una sala diáfana en doble altura que se acondicionará para los distintos eventos de exposición que se prevean en ella. A partir de la misma, se puede acceder a una zona exterior de uso exclusivo del inmueble. La escalera de acceso al centro de interpretación  en planta primera, se desarrolla de forma longitudinal, como un elemento de diseño acorde con las características de la sala principal. El centro de interpretación se desarrolla en una entreplanta que vive al espacio de doble altura de la sala de exposiciones. En la parte superior de la misma se plantea un ventanal en esquina que enmarca  las vistas del entorno sin perjudicar el correcto funcionamiento de los distintos usos.

Vista de la sala de exposición
Vista de la sala de exposición
Vista de la zona de recepción
Vista de la zona de recepción
Vista de la segunda planta, con la doble altura al fondo
Vista de la segunda planta, con la doble altura al fondo

El conjunto se concibe como un juego de volúmenes de líneas puras que se diferencian en altura y color. El más alto, de color ocre contiene dos niveles, desde la entreplanta se puede observar el espacio de doble altura que conforma la sala de exposiciones y la vista del paisaje que se enmarca desde el ventanal en esquina proyectado. Los huecos dispuestos respetan la proporción huecos/macizos de la Alpujarra, en donde claramente predomina el macizo sobre el hueco.

De esta manera se concibió un edificio pequeño, de líneas simples,  que destacara por su singularidad y se integrara a su entorno tan peculiar.

Juan Carlos García de los Reyes, Director de GRarquitectos.