“LA INAUGURACIÓN DE LOS JJOO ME PILLÓ EN CHILE Y ME SENTÍ ABANDERADO ESPAÑOL”

Recientemente, Juan Carlos García de los Reyes ha sido entrevistado por el periódico El Mundo. La conversación ha versado sobre sus experiencias internacionales en urbanismo y ordenación del territorio a través de “Desarrollo de Ciudades Comprometidas” (DCC). Os transcribimos a continuación la entrevista:

Este urbanista, que intervino en el Plan Metropolitano de Granada y es autor del último Plan Especial de la Alhambra, se pasa ahora la mitad de su tiempo en Chile y Perú, donde lleva decenas de planes estratégicos de ciudades con su sello de ‘Desarrollo de Ciudades Comprometidas’ (DCC)

En estos días, pocas cosas hay que produzcan más satisfacción que entrar en un despacho de arquitectura y urbanismo donde no se respire derrotismo existencial. Suele pasar casi siempre en estudios volcados en el extranjero.

Pregunta.-No hay más remedio, ¿no?

Respuesta.-No somos un estudio, somos una empresa y esto debe ser compatible con una función social comprometida. Pero hay que estar organizado, diversificar, racionalizar el gasto. Hoy es muy difícil trabajar de manera artesanal. Aquí tenemos desde hace tiempo síndrome del camaleón, que tiene un ojo mirando para arriba y otro para abajo, mirando por la vocación y por la diversificación.

Imagen de la edicion impresa. FUENTE: orbyt.es
Imagen de la edicion impresa. FUENTE: orbyt.es

P.-Para estar trabajando tanto fuera, hay que empezar a moverse desde hace tiempo…

R.- Obviamente. Llevamos como cinco años incentivando la salida a Latinoamérica. Empezamos asistiendo a congresos, cursos, con asistencias técnicas. Mi parte vocacional me llevaba a impartir clases porque soy socio fundador de la Unión Iberomericana de Municipalistas y, con el paso de los años, iba haciendo asesorías urbanísticas y pensé que era hora de dar el salto.

P.-Pero hay gente que dice que ya en esos países empieza a haber una actitud hacia los españoles de ¿qué dicen que hacen mejor que nosotros?

R.-Bueno, se trata de que vendamos nuestras mejores naranjas, como siempre. No podemos llevar medianías pero sí creo que podemos ayudar a hacer más habitables sus ciudades, nadie duda de que las españolas han mejorado en las últimas décadas. Si aquí hay ocasiones en las que parece que lo hemos hecho regular, imagínese en Latinoamérica, donde casi todas las ciudades toman decisiones económicas pensando sólo en el rendimiento económico. Son ciudades segregadoras, injustas, hostiles, muchas veces ejemplo de todo lo que hay que evitar, dilapidan muchos recursos medioambientales. Estaba en Chile en la inauguración de los Juegos Olímpicos y me sentí un poco abanderado de España allí, buscándome la vida y tratando de exportar lo mejor. No sé si lo somos, pero es lo que pretendo. Soy un inmigrante con corbata.

P.-¿Qué es lo que hace a una ciudad buena para vivir?

R.-Estamos trabajando en la caracterización de las diez mejores ciudades del mundo para vivir y luego analizaremos las andaluzas. Hoy hemos estado hablando de Auckland, pero conviene que sepamos qué recetas han funcionado en Vitoria, por ejemplo.

P.-Granada no ha crecido mal…

R.-Hasta finales de los 90 tenía la fatalidad de que los pueblos de su área metropolitana competían para captar promociones inmobiliarias. Luego se redactó el plan metropolitano, en el cual intervenimos, cuyo principal valor es la contención y frenó el crecimiento desmesurado hacia la vega. Lo malo es que ha habido poca inversión en infraestructuras de escala metropolitana. Sí va a ser muy importante, muchos años después, el metro hacia esos pueblos. Granada tiene todo para ser una ciudad muy habitable dentro de unos años, si hace las cosas bien.

P.-Y pensar más en regional, como que el aeropuerto de Málaga lo sea también de Granada.

R.-Es que yo lo tengo claro. El otro día aterricé en Atacama y está a la misma distancia de la ciudad que el de Málaga de Granada. Las mejores ciudades del mundo siempre tienen vocación metropolitana, un sistema público de transporte eficaz y equipamientos bien jerarquizados para evitar que la gente se desplace mucho. Pero no se construyen en dos días.

P.-Aquí tenemos planes pero cuesta luego tomar decisiones…

R.-Nosotros vamos a entregar ahora el plan metropolitano de Arequipa, una ciudad con un millón de habitantes. Lo hemos hecho en seis meses. Es una ciudad con un centro que es patrimonio de la Humanidad, una ciudad colonial maravillosa y el resto caótico. Si se ponen de acuerdo, en diez años estará irreconocible. Para mí ha sido una cura de humildad porque allí han sabido quedarse con lo esencial y saben hacerlo rápido. En Chile estamos con planes estratégicos de varias ciudades y en tres meses hemos ayudado a seleccionar proyectos detonantes. Ellos sí sabían lo que querían pero no cómo hacerlo y nosotros no sabíamos que se podía hacer tan rápido. Allí no se distraen con los detalles. En España, hacemos planes tan finalistas que luego hacen falta 20 informes de organismos y en cada uno hablan de cosas que no le competen.

P.-Lo que parece difícil, además, es que haya estudios que lleven 20 planes así…

R.-Para mantener un estudio como éste, con 20 especialistas, desde sociólogos a arqueólogos, hace falta un volumen para que ningún proyecto sea imprescindible como para que perdamos nuestra dignidad.

A los alcaldes siempre les digo que quiero que me valoren más por las veces que les voy a decir que no. Y no es fácil decirlo, que somos 20 en Granada, diez en Sevilla, cuyo sustento depende de la gestión. Los políticos deben decir la verdad y los técnicos también a ellos.

P.-Y en Chile, por ejemplo, han encontrado un equilibrio entre los grandes planes irrealizables de aquí y el ir a salto de proyectos…

R.-Son tan exageradamente eficaces que sólo les importa definir y hacer proyectos. Es el proyecto frente al plan. Ellos hacen proyectos y nosotros planificamos pero no hacemos nada. Nosotros les hemos dado una mirada global para que definan la cartera de proyectos. Allí, en tres meses se ponen de acuerdo y programan su ejecución. Y nosotros tardamos 10 años en un PGOU que, además, no vincula a ninguna administración. Ojalá la crisis sirva para que revisemos el proceso de toma de decisiones, que no podemos estar confrontando entre las administraciones. Allí, ahora, hay que tomar decisiones rápidas pero que también sean coherentes con el paisaje, con los niños, con la cultura.

P.-Uno de los debates que hay ahora, propiciado por el urbanista Richard Florida, es ver si merece la pena agrupar a los emprendedores en parques tecnológicos o que se mezclen…

R.- Yo creo que tanto las personas creativas y emprendedoras como las empresas más punteras lo que reclaman es entornos urbanos armónicos en los que ubicarse… y las ciudades para ser armónicas deben reivindicar tanto la armonía de sus áreas centrales como en sus centros tecnológicos. Para mí lo esencial es que tenga magníficos servicios, accesos y transporte, distancia reducida al centro urbano, entorno valorable… y facilidad para la interacción con otras empresas, ya sea de una manera virtual o física.