CON DOS DEDOS DE LUCES?

Nunca hubo un mes de julio tranquilo… Nada, nada, a agosto había que llegar ligeros de equipaje y con todos los proyectos entregados… Y es que todos (alcaldes, promotores o clientes) sufrían el síndrome del “Agosto fin del mundo”… porque, Quién con dos dedos de luces podría aplazar nada para septiembre?…

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