EL PALMERAL DE ELCHE

«El Territorio Comprometido»

El espléndido ejemplo del paisaje de Elche.
El espléndido ejemplo del paisaje de Elche.

Elche es la tercera ciudad de la Comunidad Autónoma Valenciana (España), tiene una población cercana a los 200.000 habitantes y en ella hay un importante sector industrial dominando por el calzado. En esta populosa ciudad se sitúa el Palmeral que lleva su nombre. La zona, situada en el sureste de España, puede considerarse típicamente mediterránea, de inviernos suaves, veranos cálidos y precipitaciones escasas durante todo el año, aunque frecuentemente torrenciales. Un clima mediterráneo, en definitiva, que facilita la presencia del palmeral más septentrional de todo el mundo, pues la xericidad natural de la zona se ha contrarrestado desde antiguo con la captura de agua del subsuelo y la utilización de una prolija red de acequias que recorren y riegan los sedientos campos que,  gracias a la calidez climática, hacen posible el cultivo de todo tipo de frutos. Así surgió una rica y variada cultura del regadío, adaptada en cada caso a las condiciones medioambientales locales. Continuar leyendo →

EL RIBEIRO, UN PAISAJE VITIVINÍCOLA EN EL NOROESTE PENINSULAR

«El Territorio Comprometido»

Los alineamientos del viñedo.
Los alineamientos del viñedo.

La vitivinícola comarca gallega de Ribeiro forma parte de la Depresión de Orense, en la confluencia de los valles generados por los ríos Miño, Avia, Amota y Barbantiño. Aquí el templado y lluvioso clima atlántico modifica parte de sus regímenes térmico y pluviométrico y se hace más mediterráneo, al contar con al menos tres meses al año en los que las precipitaciones se reducen drásticamente y la insolación anual se aproxima a las 2000 horas; factores que, junto a la templanza térmica (14,5ºC de media anual), favorecen el cultivo de la vid, a su vez propiciado por unos suelos profundos (entre 70 y 100 cm), con importante presencia de piedras y gravas que mejoran su textura y facilitan la insolación de los racimos. En este marco físico, Ribeiro integra, junto al viñedo, densos bosques caducifolios en las culminaciones de serrezuelas y entre abruptas formaciones rocosas, sobre todo graníticas, y singularidades tales como los “socalcos”, que son balates de piedra, con más de mil años de antigüedad, que forman terrazas sobre las laderas, con el fin de ganar superficie de terreno agrícola y de contrarrestar la inclinación de vertientes pronunciadas, y que se destinan mayoritariamente a plantas leñosas como la viña. Continuar leyendo →