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«Aun recuerdo con lejana melancolía….»

Cuando uno piensa que sensaciones te hacen sentir bien, creo que nadie tiene duda que una de las mayores es una palabra llamada Amor que siempre que nos toca no nos deja indiferentes. En mi vida he tenido la oportunidad de conocer a personas diversas, abstraídas del mundo, personas que parecían insensibles y otras que parecían muy normales, pero todas ellas tenían algo en común, cuando se enamoraban lucían un brillo en los ojos diferente que les hacían mucho mejorpersona en todos los aspectos.
Portada de Granada Hoy Digital hoy 14 de febrero 2008

Después de muchos años estoy convencido de que enamorarse es un estado de la vida ideal, de repente vives un universo distinto, siempre vas con una sonrisa puesta y los ojos chispeantes de ilusión vital, incluso se te olvidan los problemas o parecen mucho mas pequeños.

Por eso hoy es de esos días que a un Alcalde se le ocurriría dictar un bando invitando a todo el mundo a enamorarse, aunque es bien sabido que la fórmula del amor es muy dificil de descifrar. Tal vez una pizca de ilusión y dos briznas de magia… quien sabe…. Mientras tanto, yo sigo enamorado de MI PUEBLO.

Desde estas líneas os invito a que escribáis cualquier cosa que se os ocurra en torno al amor y os prometo un pequeñito premio, pero cargado de ilusión que ahora no quiero desvelar.

la continuación….

…. Es cierto, me he perdido por unos instantes y había dejado inconclusa mi entrada del famoso día de los enamorados. Sin embargo, creo que muchos de vosotros habréis entendido perfectamente que era solo un pretexto para alargar ese día lo máximo posible.

Qué dificil describir el amor, ¿verdad?. Todos nos esforzamos por conseguirlo, pero no hay una manera precisa de hacerlo. Yo recuerdo la primera vez que me enamoré, lo hice de una compañera de pupitre de la escuela que con solo una mirada conseguía ponerme totalmente rojo. Eran mis primero pasos en el amor y distinguía perfectamente ese bullicio de mariposillas en el estómago que algunas veces mas en mi vida he podido comprobar. Que bonita sensación y que forma tan interesante de enfocar tu vida con cada una de sus miradas. Desde entonces conservo mi número de la suerte, el 6 y algunas de las cartas que le escribía cada tarde cuando los telares de mi padre se apagaban y yo me escondía entre las varias decenas de rollos de tela para pensar que podía escribir para que me correspondiera. Pero de aquella primera experiencia conservo esa agradable sensación que te invita a compartir. Y qué bonito es el mundo, y qué facil es enamorarse de él, de colgarse una mochila para recorrer todos y cada uno de los rincones. Recuerdo que en mi último enamoramiento, antes de ponerme una vacuna contra el amor que duele, solía fijarme en cada uno de los movimientos de la luna para intentar que ella se reflejara en cada una de nuestras pupilas a pesar de la distancia y los obstáculos que no nos dejaron seguir esa relación por la que tanto aposté y que nunca consiguió llegar a buen puerto porque simplemente el barco no quiso partir.

El amor es así, a veces dulce, a veces duro, otras dispar y otras muchas mas distante porque si, pero eso no quiere decir que tengamos que renunciar a él, porque entonces simplemente no seríamos felices. Es preciso estar enamorado para hacer sentir bien a los demás, porque si no es así, simplemente vagarás como un alma en pena por la mediocridad de la vida.

En mi caso, simplemente espero que la vacuna me haga reacción y me produzca el efecto contrario al día que me la puse, pero en eso no decido yo.

Y hasta aquí, puedo escribir, el resto seguirá escribiéndose como siempre en el diario que inicié en 1979 y que después de varios tomos sigo escribiendo casi a diario como una pequeña invitación a la reflexión de un poeta que aún cree en cuentos de lágrimas enamoradas.