Por fin ha llegado el verdadero día de enfrentarse a la cruda realidad de las penurias por las cuales está pasando la gente que venimos a asistir. A las 7.30 de la madrugada ya estábamos buscando la dirección del gobierno regional para convencer a sus responsables de que nos entregaran algunos materiales de primera necesidad, como sillas de ruedas, muletas, etc y despues de aprovisionarnos además de guantes de latex y mascarillas sanitarias nos acercamos con varias carteras de expedientes médicos a los distintos barrios de chabolas que ya habían sido atendidos con anterioridad en las visitas que Nicolás había realizado desde el año pasado.
Aquí hemos visto esa realidad que a muchas personas les convendría visualizar aunque solo fuera por unos minutos. Nos acompañaban algunos voluntarios, entre ellos el Doctor Andrés que de forma totalmente desinteresada había pedido unos días de permiso para poder estar con nosotros desde las primeras horas del día hasta mas de las 9 de la noche que hemos terminado la última visita del día.
Como digo, situaciones muy duras y explícitas. Una madre traía a su pequeña de poco mas de dos años en un estado lamentable de cuidados. Tenía la pobre orejita llena de liendres y piojos y nuestro doctor y Nicolás le han tenido que indicar muy seriamente el lamentable cuidado que presentaba la pequeña. Se han puesto condiciones muy claras. Si no hay una higiene mínima no habrán ayudas y todos se han comprometido a hacerlo así. Pero no todos los casos son así, una señora con un cancer de mama tenía serios problemas para salir adelante. Algo tan elemental como la quimioterapia aquí no se asiste por la seguridad social y cada sesión cuesta cerca de 100 euros y necesita unas 20 sesiones. Está claro que si no se le echa una mano, la mujer no tendrá ninguna posibilidad para sobrevivir y tiene una gran familia numerosa.
Cuantos niños pequeños, cuantas madres desesperadas, cuantas historias desgarradas por la miseria y la desgracia de haber nacidos pobres y sin recursos. En ese momento que Nicolás me estaba comentando la suerte que teníamos en España por tener una seguridad social que lo cubre todo, ha llegado una madre con un niño con falta de vitaminas, desnutrido y le hemos pedido a la madre que nos acompañara a su casa. Era solo una tienda de campaña de las que se envían provisionalmente para unos días y allí vivía la pareja y sus cuatro pequeños hijos sin apenas esperanzas de subsistencia.
Y la nota del día. Justo cuando estábamos en la tienda de campaña he recibido una alerta desde Jun. Una vecina mayor de Jun, Dolores había tenido un grave problema de electricidad en su vivienda. En España eran las 8 de la noche y estaba asustada. Solo hemos tardado unos 20 minutos en resolverlo, porque Paquillo, nuestro concejal de deportes se ha presentado en su domicilio y ha resuelto la avería en solo dos minutos. Son algunas de las ventajas de vivir en un mundo absolutamente global que permite este tipo de circunstancias y otras mas que hemos resuelto satisfactoriamente con un oceano de por medio. Menos mal que siempre hay un espacio de color para que se te escape una sonrisa y una foto siempre ayuda mucho.
Mañana sábado será un día mucho mas intenso porque nos vamos a acerca de nuevo todo el equipo hasta varias aldeas totalmente devastadas que necesitan de una especial atención. Desde aqui quiero reconocer el trabajo impresionante que está realizando sin descanso nuestro Nicolás Chica.