Seguimos avanzando en la materialización del Parque de las generaciones. En esta ocasión se trata de la parte destinada a los más mayores de la casa. Junto a las dos pistas de petanca, diez elementos de movilidad articular y actividad física general, serán instalados en cuanto el hormigón echado hoy, fragüe, una gentileza de Caja Granada y de su Presidente, Antonio María Claret García una de las personas que me apadrinaron en la vida política hace algunas décadas.

Me gustaría recordar que el parque pretende ser un recorrido por la vida del ser humano a través del juego, por lo que están pendientes de instalar elementos que faciliten el juego a niños y adultos en las partes baja y media del parque, respectivamente y que completará la tercera fase del Parque.

De esta manera, tratamos el juego desde la óptica del gran historiador Huizinga, quien, en pocas palabras, demuestra hasta qué punto, no sólo la cultura humana brota del juego, sino en qué grado la cultura misma ofrece un carácter de juego» En su obra «homo ludens» -el hombre que juega- expresa una función también esencial que amplía la noción del juego más allá de la niñez, hasta el conjunto de las manifestaciones humanas. El juego, es más que un fenómeno meramente fisiológico o una reacción psíquica condicionada; «es una función llena de sentido», ya que todo juego significa algo, y esto se cumple sin base en alguna conexión racional: «Nosotros jugamos y sabemos que jugamos; somos, por tanto, algo más que meros seres de razón, puesto que el juego es irracional.» Y es irracional porque, según Huizinga, el juego abarca tanto al mundo animal como al humano. En definitiva, «la existencia del juego corrobora constantemente, y en el sentido más alto, el carácter supralógico de nuestra situación en el cosmos» … y esto en Jun, ya lo sabemos. ¿O no?. Opina libremente en este blog.