Hace ahora justo un año, las tapias del cementerio se vinieron abajo causando un grave problema a todos los que en aquel lugar tenemos un ser querido. Fueron momentos de angustia y desolación que invitaron a intentar resolver un problema que afectaba especialmente a los sentimientos.

Un año después, podemos ver como se está rematando un trabajo que se inició con el pilotamiento de distintos hormigones que finalmente se están rematando con las obras del Plan Estatal.

Ahora que ya está todo encauzado falta determinar las responsabilidades de un desprendimiento. El asunto está en los juzgados y el tiempo y la justicia determinará quien es el responsable de aquel desaguisado.