Este edificio que ha sido todo un símbolo de un tiempo pasado y a donde yo iba de pequeñito a ver los plenos municipales en donde mi padre era el jefe de la oposición en el PSOE (2 concejales)  y el Alcalde era del Partido Popular (7 concejales). Allí tuve la oportunidad de sentir mis primeros pasos en la política local y comprendí que la oposición debe hacerse de forma noble y leal para tener la suficiente credibilidad para poder ganar la confianza de los votantes.

Por eso, derribar hoy este edificio, no era solo eso. Es un guiño hacia delante, hacia una nueva forma de creer en los servicios públicos, en los que los edificios y los recursos humanos deben de estar al servicio de la ciudadanía y nunca al contrario. Hoy he sentido como las máquinas daban paso a la creación de un nuevo orden, en donde la burocracia desaparece para dar paso a una nueva forma de gobierno cada vez mas cercana al pueblo. Y este blog es buena prueba de ello, de este impulso que nos lleva a conectar el día a día del Ayuntamiento y sus ciudadanos.