El mono en la roca (2008). Técnica mixta sobre lienzo. 162 x 146 cm.
30 de octubre de 2009
La noche del 21 al 22 de enero de 2004 daba comienzo el 4702, año del Mono, en el calendario chino. Según la tradición, los años regidos por el Mono de la madera –madera sobre hierro– son a un tiempo positivos y problemáticos, como la propia naturaleza del animal que los gobierna, y la disarmónica relación entre el elemento madera y el elemento metal que la destruye. Las personas nacidas bajo este signo suelen ser ágiles de pensamiento, inteligentes, memoriosas, intuitivas, extrovertidas, optimistas, energéticas y creativas; saben perdonar, pero no olvidan.
El mono es un animal recurrente en la mitología y el arte chino.
En Viaje a occidente, ( Xiyou Ji ) escrita por Wu Cheng-en, (finales de la dinastía Ming, 1368-1644), se cuenta la historia del mono Sun Wu-kung –versión china de Hanuman, el mono sagrado de la epopeya hindú Ramayana– nacido de una roca, que por su astucia y valentía llegó a convertirse en el rey de los monos. Pero al que su arrogancia e insolencia en la búsqueda de la inmortalidad provocaron la ira de los dioses, confinándole durante 500 años en una montaña rocosa, con el cobre y el hierro como único alimento. Pasado este tiempo, aplacada ya su impertinente soberbia, humilde y obediente, fue liberado y recompensado por la diosa Misericordia, quien le encargó la búsqueda de las sagradas escrituras. Concluida con éxito su peregrinación, recibió el título de Dios de la Lucha Victoriosa.
¡Pobre mono, en espejo del hombre convertido!