MIGUEL HAGERTY

Me dicen que ha muerto Miguel Hagerty, con el que me unía un particular vínculo familiar. Fue un historiador peculiar que encontró en el Sur la patria de su corazón. Quiero recordarlo con sus palabras del último enero.

LA INMEDIATEZ DE SANTA CLAUS
(MIGUEL HAGERTY)

«ESTE concepto bien podría caracterizar toda nuestra época, computándola desde el final de la Guerra Fría hasta hoy mismo. No me refiero, ni mucho menos, a aquella inmediatez característica de ciertas líneas de pensamiento filosófico anarquista (el ultra individualismo de Hakim Bey, por ejemplo), ni tampoco a la idea de inmediatez de que habla el Derecho Laboral al disertar sobre el despido libre (e inmediato), tan deseado por Gerardo Díaz Ferrán y sus huestes (serán huestes hasta que sus compañeros se pongan las pilas y eligen como presidente a un empresario en condiciones, que los hay) del CEOE.

Me refiero a la inmediatez del espíritu navideño de los regalitos que nos trae Santa Claus. Prefiero el término «Santa Claus» por encima de Papá Noel -ahora me explico-, y prefiero hablar de los regalitos de Navidad en vez de los de los Reyes Magos porque simboliza mejor el nivel de degradación a que hemos caído -voluntariamente-, sobre todo en estas fechas «tan señaladas para Usted y los suyos» como me repite año tras año la felicitación de El Corte Inglés (para mi santo y cumpleaños dicen los mismo pero en singular; ¡lo que es la personalización!).

Nos hemos convertido (algunos) en consumidores insaciables de megas porque las megas definen la rapidez de tu portátil, tu móvil, tu ordenador «a bordo», tu video cámara y, en fin, de todo lo que hace la vida contemporánea más placentera, siempre que los placeres lleguen inmediatamente. Tan obsesiva es esta cuestión de la inmediatez que, dada la imposibilidad (todavía) de tragarse una pastilla para aumentar la capacidad de almacenar información en el cerebro, que las megas se han convertido en algo casi biológico para muchos.

La paciencia, nuestra mejor aliada en esta vida para casi todo (hasta para orinar), está cada día más ausente del comportamiento en sociedad, justo donde más falta hace. Si te atreves a mantener la velocidad máxima autorizada en la Circunvalación, por ejemplo, no tardarás en ser adelantado más por la derecha que por la izquierda. «Lo quiero todo, y lo quiero ahora» cantaba Freddy Mercury en una muy buena canción, que reflejaba una muy mala filosofía de vida.

Santa Claus, Papá Noel y los Reyes Magos constituyen, en la mayoría de los casos, un engañabobos que suplementa un planteamiento inmaduro de la vida que requiere una reacción inmediata a nuestros deseos. Es decir, a las críticas ya clásicas sobre la Navidad (consumismo, hipocresía, falsedad, etc.) propongo añadir la inmediatez.

Ahora bien, no pienso por nada en el mundo perderme a mi viejo amigo Juan Vida vestido de Melchor en la cabalgata.»