UN CUENTO CHINO,1

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En el valle del Lijiang, la noche más corta del 4702, año del Mono de la Madera, nació una niña a la que llamaron Coral. Según el calendario chino los años regidos por el Mono de la Madera –madera sobre hierro– son turbulentos y provechosos, como la naturaleza misma del animal que los gobierna y la disonante relación entre el elemento madera y el elemento metal que la destruye. Cuentan en Oriente que los nacidos bajo éste signo son intuitivos, inteligentes, extrovertidos y memoriosos; que saben perdonar, pero  no olvidan.