Entre estos dos cuadros hay algo más que cuatro años de diferencia. Los dos hablan del mismo tema, pero con lenguajes distintos. En El Ingenio de San Juan ya está consolidado el patrón de trabajo desde el que he cimentado mi obra adulta. Se trata de uno de esos cuadros que salvaría de la quema.
Ingenio de San Juan (1986) T/M sobre cartón 20 x 30 cm.
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El Ingenio de San Juan (1990). T/M sobre lienzo 200 x 190 cm.
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