Mes: octubre 2011

Poco después de pintar el atleta sin brazos y otros cuadros fotorrealistas, empecé una serie vinculada a la militancia política que, después de alguna sintomática negativa, fue felizmente acogida en la Librería Teoría de Juan Manuel Azpitarte la primavera de 1978. Se editó una catálogo en multicopista, a modo de informe administrativo, en el que los cuadros aparecían relacionados a fechas significativas del periodo comprendido entre el 27 de septiembre de 1975 y el 28 de abril de 1977, día en que fueron legalizadas las centrales sindicales CCOO, UGT y USO. Los textos los escribieron Justo Navarro, Javier Egea, Juan de Loxa y José Carlos Rosales. Mariano Maresca aportó la cabecera de la exposición con un guiño a Cortazar: Obra fechada: entre 1974 y 1977. Trabajo en el que, por un instante, se detiene y se hace memoria un largo proceso colectivo. Después el proceso continúa como la memoria y la obra: “Esto lo estoy pintando mañana”.

Reproduzco algunas páginas del catálogo y el único cuadro del que conservo su foto en color.

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Creo que siempre se pinta el mismo cuadro. Una vez que tienes asumido cierto uso de razón plástica, su desarrollo describe una elipse que, en la medida que avanza, busca de forma invariable el punto de partida, desde el que vuelve a emprender el trayecto que te aleja y te acerca al punto de partida y así sucesivamente. Estos dos cuadros pueden explicar mi continuo éxodo hacia el origen. El del atleta manco lo pinté en 1974 y el del galgo corredor en 1988, entre los dos viví mi pasión y desencanto por la Universidad y la militancia política, el realismo social, el expresionismo abstracto, la alegría de pintar, el expresionismo figurativo y esa caída del caballo al regreso de Nueva York que engendró mi lenguaje figurativo actual.

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Sin título (1974) Óleo/madera. 82,5 x 56,5 cm.

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Galgo corredor (1988) T/M sobre papel 74 x 114 cm.

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También estos bañistas son ejemplo del cambio radical en mi forma de pintar un mismo asunto antes y después de 1987. El primero se titula  Bañista nº 1, es de 1985 y pertenece a una serie muy matérica y expresiva que presenté en la Galería Palmo de Málaga y en la Casa de la Cultura de Fuengirola en ese mismo año. Este cuadro y su compañero, «Bañista nº 2», fueron adquiridos por el Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Bañista nº 1 (1985). T/M sobre lienzo 160 x 130 cm.

Al segundo lo titulé 14. Pescador de almejas, 1972, que es cómo venía reseñado el famoso cuadro del maestro Willen de Kooning en el catálogo que, para la exposición de 1979 en la Fundación Juan March, diseñó el genial Diego Lara. El título está pintado sobre el lienzo con la misma tipografía del catálogo. Pertenece a la colección que expuse en la galería Almirante de Madrid entre septiembre y octubre de 1990.

14. Pescador de almejas, 1972. (1990) T/M sobre lienzo. 190 145 cm.

Por último, esta bañista es mi madre en una foto de antes de que yo naciera. Los collages son las plantillas de cartón de unos ciclistas unidos por una línea de bolígrafo azul que dibuja una especie de carretera. Mi madre se llama Julia y el 14 de julio es el día central del Tour de Francia. También se expuso en 1990 en la Galería Almirante.

14 de julio. (1990) T/M sobre lienzo. 180 x 140 cm.

Los tres cuadros se refieren al mismo tiempo feliz de los veranos, y en los tres reina la quietud que precede al sueño.

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Entre estos dos cuadros hay algo más que cuatro años de diferencia. Los dos hablan del mismo tema, pero con lenguajes distintos. En El Ingenio de San Juan ya está consolidado el patrón de trabajo desde el que he cimentado mi obra adulta. Se trata de uno de esos cuadros que salvaría de la quema.

Ingenio de San Juan (1986) T/M sobre cartón 20 x 30 cm.

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El Ingenio de San Juan (1990). T/M sobre lienzo 200 x 190 cm.

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