La Galería Almirante ocupaba el bajo y parte de la primera planta del número 5 de la calle Almirante de Madrid, y la dirigía un equipo formado por Inés Cobo, Teresa Alberti y María Luisa de la Vega. Desde el principio formé parte del proyecto en condiciones muy favorables, tanto económica como afectivamente. La galería me compró en el estudio toda la obra de la exposición de 1990, corrió con los gastos de invitaciones, mailing, y prensa, y editó un catálogo en el que escribía Juan Manuel Bonet. Para la inauguración me hospedé con mi novia en el hotel París de la Puerta del Sol, en una de las habitaciones con terraza en las que está situado el anuncio de Tío Pepe. Como dato significativo recuerdo que, leyendo El País en esa terraza, encontré mi nombre en las páginas de economía como un valor de futuro en el que invertir. ¡Qué cosas!
El caso es que en ese tiempo me vi obligado a dejar mi casa y mi estudio del centro de Granada para trasladarme a las afueras de Pinos Genil, un pueblecito situado en las primeras estribaciones de Sierra Nevada. Entre las obras de acondicionamiento y el traslado a la nueva casa se abrió un paréntesis de inactividad que duró un par de años. No obstante la galería organizó algunas exposiciones, la más importante fue la de la Caja de Ahorros de Antequera en Málaga, compuesta por una colección muy bien seleccionada por Isabel Amor y Carmen de Julián, que iba de los primeros cuadros de 1988, hasta el último que pinté en el estudio de la Carrera del Genil. En el catálogo escribieron Justo Navarro, Antonio Jiménez Millán y Mariano Maresca, Se cerraba así el periodo en el que construí mi manera definitiva de pintar, mi propia voz.
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Niebla (1989) T/M sobre lienzo. 163 x 130 cm.
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Bañista 103 (1990) T/M sobre lienzo. 200 x 185 cm.
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