PATIOS DE LA ALHAMBRA, 1996-1997

No se trata de copiar la realidad física de los patios de la Alhambra, sino de convocar sobre el lienzo la dimensión simbólica que les acompaña: el arrebato romántico, el casticismo chirriante de las postales para turistas,  las zambras de escote y navaja, los cuentos de Washington Irving… Se trata, ante todo, de inventar un artificio que el espectador ha de percibir como real y verdadero. Por ejemplo, un viajero que recuerda haber visto un improbable amanecer naranja sobre los estanques de la Alhambra, y se congratula junto al artista de captar el «embrujo» del monumento.

El pintor no debe imitar la Naturaleza, sino construir una nueva realidad de la misma.

ARRAYANES PUERTA OESTE

Patio de los Arrayanes, puerta norte (1996). T/M sobre lienzo, 158×158 cm.

PATIO ARRAYANES PUERTA SUR 1997

Patio de los Arrayanes, puerta sur (1997). T/M sobre lienzo, 162×130 cm.

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PATIO ARRAYANES1

Patio de los Arrayanes a primera hora de la mañana (1997). T/M sobre lienzo, 162×146 cm.

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PARTAL-1

El Partal (1997). T/M sobre lienzo, 162×146 cm.

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ALHAMBRA, 1996-1997

Entre septiembre y octubre de 1997, a propuesta de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, se colgaron los cuadros de Granada y la Alhambra en la Fundación Rodríguez-Acosta. Se editó un catálogo que incluía la obra sobre papel y se completaba con un bello poema de Felipe Benítez Reyes titulado «Planeta Juan Vida», y los textos de José García Leal, Álvaro Salvador, José Carlos Rosales, Antonio Muñoz Molina y Miguel Rodríguez-Acosta que definió la colección como “un movimiento parecido al del caballo del ajedrez que, para avanzar, necesita dar un paso lateral con el que sorprender por su eficacia y frescura.”

Como epígrafe escribí en el catálogo el siguiente texto del admirable Juan José Arreola:

“Sé muy bien que llevando una vida un poco más higiénica y racional podría llegar en buen estado al siglo venidero. Donde una poesía nueva está aguardando a los que logren salvarse de este desastroso siglo XIX. Pero me siento condenado a repetirme y a repetir a los demás.”

Para el colofón escogí estos versos de Luís García Montero:

Para la huida

laberintos azules son sus calles,

exactas son sus fuentes

en la persecución,

mientras cada frontera de la ciudad cerrada

se estrecha como un límite

final de la aventura.

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AIRE

Aire (1996). T/M sobre lienzo. 146×162 cm.

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ALHAMBRA M RIOS copia

Alhambra (1996). T/M sobre lienzo. 146×185 cm.

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COMARES-1997

Torre de Comares (1997). T/M sobre lienzo. 195×162 cm.

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A TORRE DE LOS PICOS

Torre de los Picos Nº2 (1997). T/M sobre lienzo. 162×146 cm.

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GRANADA, 1996

Después de las inauguraciones en la Galería Almirante solíamos celebrarlo en el Oliver o el Gádes, aunque para las cenas de diario buscábamos algún sitio más doméstico, como El Comunista. Una noche, cenando allí con Teresa Alberti, María Luisa de la Vega y Norberto Gotor, vi que, en el zócalo de madera que rodea las paredes, el roce de las sillas había producido un descascarillado que parecía una postal de la Alhambra iluminada vista desde San Nicolás. Aquella imagen me dio pie para indagar sobre la doble realidad del monumento, la de su leyenda y la de sus piedras, pues las dos son reales y las dos configuran igualmente su imagen.

La iniciativa tenía el riesgo de ser entendida como una involución hacia posiciones conservadoras, especialmente en aquel ambiente en el que lo más lógico era perseguir con atención el pulso de las últimas tendencias para que el reloj no se te parara en seco. Pero siempre he sido un inconsciente y me he guiado por el instinto más que por el interés, y he tratado de pintar lo que en cada momento me apetecía sin plegarme a ninguna exigencia que no fuera la del placer de encontrar cada día algo nuevo sobre el lienzo. En aquel momento, para mi, lo más nuevo se encontraba en la lectura de la tradición tardorromántica, desde los grabadores del XIX, hasta Hermenegildo Lanz, pasando por Fortuny, Sorolla, López Mezquita, Rodríguez Acosta, Santiago Rusiñol…

En mayo de 1997 presenté en la Galería Almirante una serie de cuadros de gran formato que trataban sobre Granada y la Alhambra. Se editó un catálogo, introducido por el profesor José García Leal, en el que se reproducía toda la obra colgada. La exposición fue un éxito. Antes de abrir se habían vendido todos los cuadros a excepción del que me había reservado por precaución, de manera que aquella noche recorrimos el itinerario completo, incluida, por supuesto, la cena casera en El Comunista.

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SAN MATÍAS 3

Torre de un edificio de la calle San Matías (1996).  T/M lienzo 162×146 cm.

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CARRERA DEL DARRO

Carrera del Darro (1996).  T/M lienzo 195×114 cm.

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I PASEO DE LOS TRISTES

Paseo de los Tristes (1996).  T/M lienzo 190×165 cm.

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PINTURA SOBRE PAPEL

En junio de 1996 expuse en la Galería Real 79 de Almería una colección de pinturas sobre papel hecho a mano. El tratamiento era muy plástico y los temas los habituales de mi repertorio: suburbios, entrevías, torres de tendido eléctrico, mujeres leyendo, mujeres durmiendo, una serie de bodegones y algunos dibujos de París. Utilicé materiales «sucios» parecidos al alquitrán o al aceite de los motores, y barnices como la cera o la miel para evocar un universo telúrico y líquido al mismo tiempo.

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zaidín1

Paisaje del Zaidín (1996) T/M sobre papel. 54×66 cm.

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PAISAJE DE LOS LÍITES DE LA CIUDAD

Paisaje de los límites de la ciudad (1996) T/M sobre papel. 54,x66, cm.

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PAISAJE DE POLÍGONO INDUSTRIAL

Paisaje de polígono industrial (1996) T/M sobre papel. 54×66 cm.

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MUJER DURMIENDO ENTRE SOMBRAS

Desnudo de mujer entre sombras (1996) T/M sobre papel. 69×100 cm.

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BODEGON NEGRO1

Bodegón de la fuente negra (1996) T/M sobre papel. 43×51 cm.

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PAISAJE DEL SENA

Paisaje del Sena (1996) T/M sobre papel. 54×66 cm.

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BARNICES Y CARBONATO CÁLCICO.

Exigido por la agenda de la galería Almirante y por la crisis económica de los primeros noventa, no tuve más remedio que dedicarme a pintar con verdadera profesionalidad. En 1994 un grupo de empresarios granadinos me encargó el techo central del emblemático edificio Aliatar. Para su realización traté de convocar sobre la superficie pintada el recuerdo del «agua oculta que llora», construyendo un espacio ondulante sobre el que gentes, animales y cosas evocan una particular imaginería granadina que fluye sin tiempo como lo hacen los recuerdos por la memoria. Lamento no disponer de imágenes de calidad para verlas aquí. Tambien lamento el estado en que el techo se encuentra en la actualidad.

En otoño de 1995 expuse en la Galería Nova de Málaga, una serie de desnudos femeninos de gran formato en los que predominaban las masas de color blanco realizadas con pintura acrílica enriquecida con carbonato cálcico y mezclada con pintura y barnices grasos. En la edición de ARCO de 1996 presenté tres cuadros de esta colección con el denominador común de la mezcla imposible de la pintura al agua con espesas capas de barniz sintético sobre las que crece un dibujo de trazo grueso y magro. Este mismo año expuse parte de la serie en la Galería Trindade de Oporto.

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LA EXPULSIÓN-DEL-PARAISO

La expulsión del Paraíso (1995) Técnica mixta sobre lienzo 185×200 cm.

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DESNUDO CON LIMONES

Desnudo con limones (1996) Técnica mixta sobre lienzo 162×185 cm.

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MUJER CON LIBRO Y JARRÓN 130X148

Mujer con libro y jarrón (1996) Técnica mixta sobre lienzo 130×148 cm.

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