EN EL BUEN SENTIDO DE LA PALABRA, CLAUDIO

Siempre me he considerado una persona con suerte. La suerte de tener hermanos mayores de los que aprender de oído más de la mitad de las cosas decisivas de mi vida. Cuando yo era un insolente aprendiz de pintor tuve la fortuna de conocer a mi hermano Claudio Sánchez Muros, un artista diferente, un maestro. Talvez la persona que más influencia ha ejercido en mi carrera de artista. De él aprendí que el arte es mitad mano y mitad cerebro, que la técnica sólo es recurso y que el medio no es el mensaje. De su boca escuché por primera vez las palabras diseño, buril y Lao-Tsé. Conocí el sentido exacto de la honradez, la difícil lección de la modestia y los límites del talento propio. Nunca nadie le vio un mal gesto, nunca un reproche. Descanse en paz el vivo retrato del hombre bueno, del maestro generoso, del artista sensato.