Exigido por la agenda de la galería Almirante y por la crisis económica de los primeros noventa, no tuve más remedio que dedicarme a pintar con verdadera profesionalidad. En 1994 un grupo de empresarios granadinos me encargó el techo central del emblemático edificio Aliatar. Para su realización traté de convocar sobre la superficie pintada el recuerdo del «agua oculta que llora», construyendo un espacio ondulante sobre el que gentes, animales y cosas evocan una particular imaginería granadina que fluye sin tiempo como lo hacen los recuerdos por la memoria. Lamento no disponer de imágenes de calidad para verlas aquí. Tambien lamento el estado en que el techo se encuentra en la actualidad.
En otoño de 1995 expuse en la Galería Nova de Málaga, una serie de desnudos femeninos de gran formato en los que predominaban las masas de color blanco realizadas con pintura acrílica enriquecida con carbonato cálcico y mezclada con pintura y barnices grasos. En la edición de ARCO de 1996 presenté tres cuadros de esta colección con el denominador común de la mezcla imposible de la pintura al agua con espesas capas de barniz sintético sobre las que crece un dibujo de trazo grueso y magro. Este mismo año expuse parte de la serie en la Galería Trindade de Oporto.
.
La expulsión del Paraíso (1995) Técnica mixta sobre lienzo 185×200 cm.
.
Desnudo con limones (1996) Técnica mixta sobre lienzo 162×185 cm.
.
Mujer con libro y jarrón (1996) Técnica mixta sobre lienzo 130×148 cm.
.