22 de mayo de 2009
Con el paso del tiempo la ciudad les rodea como una serpiente lo hace con su presa. Edición menor del teatro de los sueños –metáfora exacta de la vida misma– se inclinan por instinto hacia la demarcación teórica del domingo, aunque su perfil desolado desvela su triste vocación de lunes. Mustio páramo de los barrios antiguos, entre la posición del medio volante y el carril del ocho, el largo cuello de una grúa presagia el fin del último partido.